Universidad

13/11/2019

Elecciones UNLP: el avance de las autoridades y las perspectivas para la izquierda

Entre el 6 y el 8 de noviembre se desarrollaron las elecciones estudiantiles en las 17 facultades de la UNLP. El resultado que dejaron es el avance de las agrupaciones ligadas al Rectorado que co-gobiernan radicales y peronistas.


De esta manera, mientras retuvo los centros de Agronomía, Veterinarias, Económicas y Observatorio, Franja Morada se impuso a la CEPA-PCR en Ingeniería y, luego de 7 años, al DALE! (UJS-PO + Agite) en Arquitectura, 47% a 44%. En Derecho quedó a 20 votos de volver a la conducción del centro que perdió el año pasado a manos de la agrupación  peronista Estudiantes de Abogacía. En Odontología, la derechista MOI, ligada a Franja a nivel regional, retuvo su conducción.


En el resto de los Centros se impusieron variantes que responden a los sectores peronistas y kirchneristas de las autoridades. En Psicología, el Frente Independiente y de Lucha en Psicología (FILPsi) que había recuperado el centro al calor de la lucha universitaria del 2018, perdió con un frente liderado por Utopía-MILES, vinculada al decano de la facultad. Pero en general el dato destacado es el avance del PJ y La Cámpora: un sector camporista ganó en Exactas a SUMA (de otro sector del peronismo), la JUP desplazó al frente entre la CEPA y la Mella en Medicina –el centro más grande de la UNLP a partir del ingreso irrestricto- y el frente pejotista Proyecto Humanidades avanzó en esa facultad, donde recortó casi 1.000 votos de un año a otro y quedó a 200 votos de ganarle el centro a La Mella. Las variantes que viniendo de la izquierda se integraron al kirchnerismo y al Rectorado (votando a Tauber y pasando de dirigir la FULP con la izquierda a hacerlo con los K) fueron desplazados en esta elección por el propio Rectorado en sus variantes más directas.


El avance de las autoridades


Al contrario del año pasado, donde los estudiantes llegaban con el envión de movilizaciones masivas y tomas de facultades por el salario docente y el presupuesto, este año la elección se dio luego de un ajuste brutal sobre la universidad que se expresó en una altísima deserción, en medio de la parálisis y la política de contención de la mayoría de las conducciones de los centros y de la FULP. Mientras que el año pasado implicó un retroceso importante de la Franja Morada y el MILES, en un año de retroceso del movimiento estudiantil estas agrupaciones, las más vinculadas al Rector Tauber, recuperaron terreno.


Las agrupaciones de las autoridades presentaron que esa ligazón les permitiría garantizar algunas cuestiones básicas y gestionar bien los servicios de buffet y fotocopiadora (que dependen de los centros). La campaña de Franja Morada fue propagandizar algunas iniciativas del Rectorado de que apuntarían al aumento de la tasa de graduados, en una universidad donde la deserción llegó a niveles récord por las restricciones y filtros de los planes de estudio, la falta de bandas horarias y otras cuestiones elementales, combinadas con la propia crisis nacional.


Lo que las autoridades radicales y peronistas intentan ocultar es la realidad crítica que atraviesa la UNLP, donde además se extiende el trabajo precario y ad-honorem de no-docentes y docentes, el vaciamiento de contenidos de las carreras y una política privatista que hace escuela en el sentido de los planes del FMI. La proliferación de los posgrados arancelados -que tiene su emblema en el céntrico edificio Karacachoff destinado solo para eso- y los convenios con empresas privadas que condicionan las investigaciones y los planes de estudio, son pasos concretos hacia la reforma educativa que reclama el capital financiero, que va de la mano de la reforma laboral impulsada por el Fondo Monetario. Esa es la política que vienen llevando adelante las autoridades universitarias de todos los colores políticos, junto al gobierno de Macri.


Por eso, los recursos destinados para hacerse de los centros tienen un objetivo preciso: imponer el pacto social al movimiento estudiantil, para hacer pasar los recortes que se vienen al presupuesto universitario y los ataques a las carreras. La resolución 1254 -que recorta las actividades reservadas y devalúa los títulos universitarios en el mercado laboral- y el Sistema de Reconocimiento Académico -que intenta igualar para abajo universidades públicas con privadas- preparan el terreno para la proliferación de nuevas carreras "chatarra" y de reformas de planes de estudio que vacíen aún más los contenidos, degradando así los títulos e impulsando mayores negocios con los posgrados arancelados. Por si queda alguna duda sobre la continuidad de esta política con el nuevo gobierno, vale tener en cuenta que sus principales promotores fueron los rectores peronistas que controlan el Consejo Interuniversitario Nacional, cuyo presidente Jaime Perczyck suena como posible ministro de Educación de Alberto Fernández.


Los desafíos de la izquierda


Ingresamos en una nueva etapa para el movimiento estudiantil platense. Si luego del 2001 era mayoritaria una perspectiva independiente, hoy asistimos al proceso contrario. Los estudiantes harán ahora una experiencia con centros ligados a las autoridades universitarias, y con una mayoría de conducciones (10 de 17) que directamente responderán al gobierno que asumirá el 10 de diciembre.


El retroceso de la izquierda y las conducciones independientes no está disociado de un cuadro político general. La elección fue una confrontación de programas para el movimiento estudiantil, y el momento de golpes, de reflujo y de contención fue un terreno fértil para los planteos de centros asistenciales y de "servicios", que encarnan la Franja y el peronismo.


En ese sentido, por lo que se viene en el país y en la universidad, más que nunca es necesario preparar una dirección de lucha para el movimiento estudiantil, contraria a la política de integración al Estado y al régimen universitario que hoy en día abarca desde Franja Morada hasta la JUP, La Cámpora y sectores "progresistas" como La Mella. La tarea necesariamente recae sobre la izquierda, la única que reivindica la independencia política para el movimiento estudiantil.


La campaña que la UJS-PO llevó adelante es un capital político importante de cara al futuro. El señalamiento sobre los planes del FMI para la educación y el ajuste que seguirá con el nuevo gobierno, el papel de las autoridades universitarias, las reivindicaciones pendientes del movimiento estudiantil, el ejemplo de lucha del pueblo chileno, y el impulso a la enorme lucha de las mujeres y disidencias, fueron algunos ejes de una campaña preparatoria hacia las peleas que se plantearán más temprano que tarde.


El lugar conquistado por los frentes de la izquierda y el activismo en las facultades son un punto de apoyo para esta política. Además del 44% del DALE! en Arquitectura y del 31% del FILPsi en Psicología, que deja planteada la lucha por la pronta recuperación de esos centros, los frentes que la UJS-PO puso en pie junto al activismo y otras corrientes de izquierda quedaron en 3er lugar en Bellas Artes e Informática (donde nos presentamos por primera vez), y en 4to lugar con votaciones importantes en Humanidades y Trabajo Social.


Profundizar una política de frente único para luchar en defensa de la universidad y las carreras será una tarea de primer orden que la UJS-PO asumirá como propia, y llamará a todas las corrientes independientes a dejar de lado el sectarismo y la autoproclamación que ha caracterizado a algunas de ellas en el último período, y que han sido un bloqueo para que actuemos como un solo puño en esta pelea.


En definitiva, la recuperación de los centros para una política independiente será la conclusión necesaria de los movimientos de lucha, como lo fue en el 2012 en Arquitectura al calor de la lucha contra la reforma del plan de estudios de la Coneau, o el año pasado en Psicología al calor de la rebelión universitaria que recorrió el país.