La jornada de este miércoles 10 de abril en la Facultad de Ciencias Exactas fue un gran paso adelante en la constitución de un movimiento de lucha contra la destrucción presupuestaria de las universidades. Al mediodía se juntaron 1.500 estudiantes, docentes, investigadores y no docentes en un abrazo al edificio del Cero + Infinito. Luego, la asamblea convocada por el Cecen convocó a 200 estudiantes. Queremos plasmar un balance de esta jornada y las perspectivas planteadas.

El inicio de un movimiento

Estamos evidentemente frente a una primera reacción masiva de la comunidad de Exactas al ataque del gobierno de Milei, que pretende congelar el presupuesto universitario, poniendo en riesgo la continuidad misma de la universidad.

Lo distintivo del abrazo, que fue convocado hasta por el decano Willy Duran (ligado a Patria Grande, FEM en la facultad), fue la enorme participación de estudiantes (en gran parte de los primeros años) y trabajadores independientes. Las jornadas previas venían siendo pequeñas en convocatoria, y mayormente participaban de ellas las agrupaciones.

En la asamblea ocurrió lo mismo: la mitad de la asamblea eran estudiantes independientes, que en buena parte acudían a su primer instancia de estas características. Esto es porque la conducción de La Cámpora ha paralizado en los últimos años el centro como instancia organizadora, pero también porque hay una nueva generación de estudiantes que quiere organizarse al calor de la conmoción que generó la motosierra.

Frente único de lucha sí, integración a las autoridades no

A partir de la posibilidad de cierre de la universidad, el decano y las autoridades de Exactas han salido a dar muestras de querer enfrentarlo, por ejemplo convocando al abrazo como planteamos arriba, o a una charla informativa sobre el problema del presupuesto al inicio de cursada. Esto es algo que se viene dando en toda la UBA: las autoridades, atentas a la posibilidad de que se desarrolle un movimiento de lucha, pretenden posar para encabezarlo y organizarlo desde arriba, para evitar que los sobrepase y se les vuelva en contra.

No hay que confundirse, la lucha en defensa de la universidad nos hará confluir circunstancialmente en medidas convocadas incluso por las autoridades, tanto las ligadas al peronismo como al radicalismo. Sin embargo, esto requiere de una clara delimitación: la lucha es común, pero los objetivos son diferentes. Las autoridades buscan utilizar la presión de la comunidad universitaria para forzar a Milei a negociar un aumento que les permita mantener el funcionamiento de las universidades y de sus negocios en ella, pero de ninguna manera se plantean derrotar el plan del gobierno y abrir paso a una defensa integral de la universidad y de las necesidades de estudiantes, trabajadores e investigadores. Es lo que ocurrió en años anteriores, como en 2016 o 2018.

Lo mismo vale para las agrupaciones estudiantiles ligadas a las autoridades. Identidad (La Cámpora) paralizó el Cecen y confrontó cada expresión independiente de organización y lucha. El FEM es la agrupación de la gestión de la facultad y ha hecho bloque en las pocas asambleas con Identidad. Los consejeros superiores del peronismo, además, vienen de agruparse detrás de los intentos de negociación de la Franja con Milei. Se pelean, entre ellos y con los radicales, pero están unidos por lo que les interesa: no perder sus negocios universitarios.

Depende de los estudiantes y docentes

Este tipo de jornadas masivas funcionan como un estímulo político para el conjunto de la universidad. Todo un sector del estudiantado y la docencia van a sumarse a constituir un movimiento de lucha que hay que desarrollar hasta derrotar el plan de Milei.

La marcha federal educativa, convocada por las federaciones estudiantiles, docentes y no docentes para el 23 de abril, es la gran parada y tenemos que preparar la participación de la comunidad de Exactas y de toda Ciudad Universitaria. Por esto mismo la tarea inmediata es preparar la asamblea interclaustro votada para el jueves 18, e impulsar todas las instancias de lucha convocadas.

La manera de evitar las maniobras de las autoridades va a ser pelear por la más amplia participación en las jornadas que se vienen. El movimiento en defensa de la universidad sólo puede ser llevado a su triunfo si es liderado por los estudiantes y docentes, y no por las camarillas del poder.

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