Este jueves finalizó el taller de lectura y discusión de la UJS en Filosofía y Letras. Esta serie de encuentros había sido pensado originalmente para debatir textos marxistas con estudiantes de la carrera de Historia, pero muy rápidamente logró canalizar un interés y una demanda por parte de compañeros de otras carreras, de otras Facultades, e incluso desde fuera de la Universidad de Buenos Aires. Con más de 40 participantes independientes, pudimos intercambiar sobre los fundamentos del materialismo histórico, la vigencia de la teoría leninista del imperialismo para comprender la rapiña internacional por la distribución de las vacunas, el rol de León Trotsky en la revolución de Octubre, la experiencia de la Revolución China, y los debates del Mayo Francés.

Estudiar y discutir una salida contra el ajuste

Estos encuentros nos permitieron superar la barrera del distanciamiento físico en el marco de la cursada virtual, y han sido un puntapié para poner en discusión cómo nos organizamos en defensa del derecho a la educación. Como planteamos en el cierre del último día, tenemos en frente un plan de ajuste por parte del gobierno nacional. Las universidades públicas funcionaron durante gran parte del 2020 con el presupuesto macrista de ajuste del año 2019. Por su parte, el diseño presupuestario de este año plantea un nuevo recorte, puesto que previó un aumento de tan solo el 17% contra una inflación interanual que escala por encima del 50%.

En nuestro último encuentro, el estudio del Mayo Francés fue un trampolín para pensar qué Universidad queremos y para intercambiar sobre la importancia de la unidad entre la clase obrera y el movimiento estudiantil. Los intelectuales del régimen que han querido reducir este episodio de la lucha de clases a un mero acontecimiento cultural están orientados a desnaturalizar (o borrar sin más) los debates políticos que protagonizaron las juventudes trabajadoras y estudiantiles.

No es extraño que los participantes de nuestro encuentro hayan pensado en comparaciones con el Cordobazo y con la realidad de nuestros días. El poder en las Universidades argentinas hoy es monopolizado por camarillas que defienden un interés extraño al conjunto de la comunidad académica y educativa. Sobre esa base, las autoridades universitarias actúan como correa de transmisión de los planes de ajustes de los distintos gobiernos al interior de las aulas.

En defensa del marxismo

En términos de un horizonte más amplio, este taller nos permitió intervenir en un aspecto de la vida interna universitaria que la masa de estudiantes considera central: la discusión con la diversidad de posiciones intelectuales y académicas que circulan dentro de la Facultad. Una agrupación que pretenda organizar a la juventud estudiantil a partir de sus reclamos no puede ignorar ni despreciar sus preocupaciones. Por el contrario, necesita tener el oído pegado a las masas.

Debemos apreciar el hecho de que durante cuatro semanas hayamos podido dedicar dos horas a debatir de forma directa y sistemática sobre la concepción materialista de la Historia como guía para la acción, para transformar el mundo. Defender los planteos del marxismo e impulsar su influencia fortalece el debate y la crítica, y nos deja en mejores condiciones para el desarrollo de una corriente socialista entre los estudiantes.

Esta defensa del marxismo toma un peso mayor cuando se trata de polemizar contra las corrientes de pensamiento que rechazan la perspectiva y la organización de clase. Cuando los clichés de estas corrientes logran posicionarse como lugares comunes en la formación profesional y en el ámbito académico pueden convertirse en un factor de presión contra el estudiantado en general y contra los activistas en particular.

El éxito de este taller nos coloca dos objetivos concretos. En primer lugar, reforzar los planteos del marxismo y de la Unión de Juventudes por el Socialismo en las polémicas contra las perspectivas pequeñoburguesas que gravitan en la Universidad y en la juventud. En segundo lugar, organizar a más jóvenes en la perspectiva de separar a las juventudes de las distintas alas del régimen político burgués, y unirnos a la construcción de organizaciones obreras para salir a luchar contra el ajuste que perpetra este régimen de hambre y saqueo de los que gobernaron en las últimas décadas.

 

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