Universidad

24/7/2008|1047

FEDERACION UNIVERSITARIA ARGENTINA

Un Congreso que no existió

El Congreso de la Federación Universitaria Argentina (FUA), que debía reunirse el fin de semana pasado en la provincia de San Luis, nunca tuvo lugar. No hubo debates, comisiones ni resoluciones. Nadie hizo uso de la palabra para fijar una posición o lo que sea, ni mucho menos sobre la crisis política. El “congreso” se limitó a una larga y penosa negociación en torno a la acreditación de los delegados.

El estatuto de la FUA es de por sí antidemocrático, ya que crea una sobre-representación de las universidades pequeñas del interior, cuyas ‘elecciones’ tienen dudosa legalidad. Esto le permite a Franja Morada arreglar que el peronismo ocupe el segundo lugar, a pesar de que la izquierda dirige importantes federaciones regionales. El pacto radical-peronista ha vaciado la FUA.

Pacto de silencio

Todos los bloques políticos alineados con las patronales, sean el ‘campo’ o el gobierno, de derecha a izquierda, se sintieron a gusto con el ‘pacto de silencio’. Si se abría el debate corrían serios riesgos. Los peronistas se dividieron, dejando a la lista que contaba con el respaldo directo de la Casa Rosada en minoría. Los `chavistas`, a destiempo, se sumaron a la lista K derrotada en la interna, que finalmente quedó en tercer lugar. Por otro lado, varios sectores K apoyaron la lista clásica de la JUP; la interna del peronismo se resolvió finalmente por la fuerza: ganó quien movilizó más ‘culatas’. Las denuncias de robo de delegados de ambos lados y de elecciones truchas e inexistentes mostraron, por si hiciera falta, que todo el congreso se movió en la ilegalidad.

Las otras listas tampoco reclamaron un debate. Un sector que antes posaba de ‘independiente’ y que tiene como máximo referente a La Bisagra, agrupación que cogobierna la universidad cordobesa junto con la Franja Morada, armó una lista K ‘crítica’, con el apoyo del PC. A esta ‘pata izquierda’ del kirchnerismo no le importa el contubernio de La Bisagra con Franja Morada.

Finalmente, la ‘izquierda campestre’ armó su lista sin denunciar el carácter del congreso, ni la truchada de los delegados. Esta ‘izquierda’ también prefirió el silencio y se entiende por qué: cada vez que se abrió un debate en asambleas o en congresos su posición fue ampliamente derrotada. Pero en el caso concreto del Congreso de la FUA había un motivo adicional: habría dado el espectáculo lamentable de exhibir su frente único sojero con Franja Morada. Ante semejante alternativa prefirieron el silencio cómplice. En este cuadro de complicidades mutuas obtuvieron una secretaría sobre las nueve que tiene la Junta Ejecutiva. Quedó plasmado, así, un frente que va desde la Franja hasta la izquierda `campestre`.

Por  qué nos retiramos

La UJS-PO se movilizó fuertemente al Congreso para exigir un debate público sobre la crisis política y de la universidad pública y la educación. Fuimos a reclamar un pronunciamiento político contra los bloques capitalistas que se benefician de igual modo con la explotación de la clase obrera. Señalamos que el triunfo del bloque derechista del capital agrario había mostrado el fracaso manifiesto de las pretensiones ‘nacionales y populares’ del gobierno.

Con esta posición llamamos a formar un bloque a todas las agrupaciones que tenían un punto de vista similar. Planteamos que todas las agrupaciones que teníamos una posición independiente debíamos luchar contra el vaciamiento político pactado por la Franja y el peronismo, al cual se sumaba la ‘izquierda campestre’. Para dar esa batalla propusimos movilizarnos frente a la única instancia real del Congreso, la acreditación de los delegados y realizar un acto exigiendo que se abriera el debate, cosa que hicimos con gran repercusión, dada la gran cantidad de compañeros y la cobertura mediática conseguida.

También propusimos una declaración en común y la realización de una nueva reunión dentro de 15 días para debatir el impulso de un Encuentro Nacional de Estudiantes y un plan de lucha.

Frente al vaciamiento del Congreso, la UJS-PO decidió retirarse y no presentar lista. Hacerlo, en esas condiciones, habría significado convalidar el congreso trucho. Las fuerzas de izquierda que sacaron el pronunciamiento junto con nosotros acompañaron nuestra posición pero de manera formal: la mayoría de ellas eran partidarias de no dar batalla por una sesión real del congreso, porque ya tenían pre-determinado el boicot. Por eso fueron a San Luis con fuerzas reducidas.

Un bloque de peso

Las fuerzas que nos movilizamos frente al Congreso para realizar un acto común y que suscribimos juntos el comunicado representamos, sin duda, el bloque de mayor peso de la izquierda. De haber presentado una lista habríamos peleado el tercer lugar contra una de las listas K. Participaron del bloque fuerzas como la Federación de la Patagonia, Movimiento Estudiantil de Liberación, la Darío Santillán (que tiene la presidencia de la Federación de La Plata junto con el PCR), el Cause y el MIU de La Plata, La Mella de la UBA, fuerzas estudiantiles de varios puntos del país, el PTS. Es decir, la inmensa mayoría de las fuerzas de izquierda de la universidad. La ‘izquierda campestre’ quedó en el mayor de los aislamientos. Todas estas fuerzas realizamos un plenario abierto, a la postre la única instancia deliberativa de todo el Congreso.

Nuestro balance es más que positivo. El bloque Franja-peronismo-izquierda rural buscará revertir el vaciamiento de la FUA y usar su aparato para enfrentar el avance de la izquierda en todas las universidades. Para eso deberá superar su heterogeneidad, la repulsa que este contubernio produce entre los estudiantes y las divisiones que seguirá creando la crisis política nacional. Las fuerzas que organizamos el bloque de la izquierda combativa debemos tomar conciencia de la nueva situación y avanzar en un reagrupamiento real sobre la base de la claridad.