Federación Universitaria de Tucumán

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“He dado instrucciones a mi director general de Escuelas de que converse con los docentes dictándoles podemos iniciar este camino común con una oferta que no contempla lo que ustedes quieren” (Crónica, 5-4).

Esta frase pertenece al “gobernador del pueblo” y es la confesión escrita de Antonio Cafiero contra la huelga docente. Precisamente la orientación de quebrar la huelga docente a través de “ofertas” provinciales fue elaborada por Cafiero y Alfonsín en la reunión que mantuvieron el jueves pasado 24 de marzo.

“Con el paro docente se prendió una mecha que va a desatar una serie de conflictos igualmente legítimos, que nadie tiene idea de cómo se van a resolver dentro de las pautas económicas”, declaró a Página 12 un vocero de Antonio Cafiero (26-3-88).

La premura de Cafiero no son “los chicos” ni “la educación” sino la lección que el pueblo puede recibir de una victoria docente.

Todo el peso de la política del Estado contra los docentes ha pasado a concentrarse en los gobiernos provinciales. Este desembozado rol antiobrero de los “gobernadores del pueblo” define con claridad el carácter rabiosamente capitalista del cafierismo y del menemismo.