Universidad

7/11/2016

Hospital de Clínicas de la UBA: ¿Nuevo edificio o recorte y privatización?

Enfermero del Htal. De Clínicas - Agrupación Bordó Apuba


El ministro de Educación Esteban Bullrich anunció hace unos días la decisión oficial de construir un nuevo edificio para el Hospital de Clínicas en el estacionamiento ubicado frente al actual, sobre la calle Paraguay.


“La construcción del nuevo Hospital costaría entre 100 y 130 millones de dólares y el dinero provendría de la venta del actual edificio a un desarrollador inmobiliario”, dijo Bullrich. La diferencia de dinero entre lo que surja de la venta del Hospital y el costo del nuevo edificio, podría estar a cargo de la Universidad de Buenos Aires (UBA) o el Gobierno Nacional y se definiría en un convenio a suscribirse en las próximas semanas.


La superficie a la que se pretende mudar al Clínicas es equivalente al 50% de la actual. Esto implicaría la reorganización o eliminación de muchos servicios, lo que no solo afectaría a los profesionales y trabajadores del mismo, sino también a miles de estudiantes y residentes que cumplen actividades formativas y a  sectores que desarrollan tareas de docencia e investigación.


El Hospital de Clínicas tiene 15 pisos y ocupa las tres cuartas partes de una manzana. Durante los últimos siete años su presupuesto fue congelado. La denominada “función salud” del presupuesto fue mantenida en los mismos montos, al servicio del negocio privado de la salud del que participan encumbrados dirigentes de la UBA.


Las autoridades jamás presentaron ningún relevamiento que demostrara la inviabilidad del actual edificio o que fuera necesario uno nuevo. Todo lo contrario. Siempre ocultó las carencias y ningunearon las demandas de los trabajadores.


Anuncios y políticas de salud


Los profesionales y trabajadores del Clínicas, hace muchos años que arrastran una realidad marcada por el vaciamiento, el abandono edilicio y un sistemático ahogo presupuestario. Esto ha llevado al desguace de muchos servicios, la no renovación de aparatología, así como la carencia crónica de insumos y medicamentos.


Atrás quedaron las promesas del anterior gobierno kirchnerista de refuncionalización y la puesta en marcha de diferentes obras, por un valor de $1700 millones, realizadas ante el proceso eleccionario de 2013 y totalmente incumplidas.


Tampoco se cumplieron las promesas del actual gobierno de reacondicionamiento del hospital que ya había sido anunciado ni el refuerzo presupuestario.


Compañeros de la agrupación Bordó del Hospital fueron perseguidos por denunciar este vaciamiento, cuyo último hito ha sido el escandaloso caso del desastre del piso 12, producto de la explosión de un aparato que no contaba con el mantenimiento adecuado y que aún hoy permanece en ruinas.


Los trabajadores vivimos una situación de total incertidumbre ante este anuncio de cambio de edificio: el vaciamiento del Hospital fue ejecutado por quienes hoy, de un día para el otro, declaran la inviabilidad de su estructura actual.


La Secretaría a cargo de las cuestiones financieras está en manos de Emiliano Yacobitti,  quien fuera señalado como el responsable económico de la campaña de Martín Lousteau a la jefatura del Gobierno porteño y acusado aquel de haber realizado compras directas por valores millonarios a empresas de su titularidad.


La complicidad y el silencio de la Comisión Interna del personal no docente del Hospital (APUBA) es directamente proporcional a la responsabilidad que le cabe por haber permitido y participado del operativo vaciamiento en favor del lucro privado de un puñado de especuladores de la salud.


Exigimos la presentación de un informe que muestre la inviabilidad del actual edificio, preparado no sólo para cumplir las tareas de Hospital Escuela sino también para cumplir funciones de emergentología, algo con lo que no cuenta prácticamente ningún hospital de la Ciudad y que debió atender al menos tres masacres de grandes dimensiones como han sido el accidente del avión de LAPA, el atentado a la AMIA y el incendio de Cromañon. Su estructura permite armar los llamados “hospitales de campaña” en sus amplios pasillos, fundamentales para hechos que involucran números masivos de heridos.


Por otra parte, si se sigue adelante con el cambio de edificio, debe firmarse un acta compromiso en la que quede asentado que todos los servicios y todo el personal del Hospital de Clínicas van a mantenerse, en mejores condiciones.


El presupuesto para el hospital es otra de las condiciones para encarar un proceso serio de reconstitución, ya que el actual es equivalente a la cuarta parte del que, de mínima, se necesita para garantizar todas las funciones del Clínicas. De no garantizarse el nuevo presupuesto cualquier estructura nueva será objeto de un acelerado deterioro.


Detrás del repentino anuncio aparece un negociado que involucraría no solo a la patria inmobiliaria sino también a enormes empresas de salud que han medrado del deterioro del Clínicas ubicando sus dependencias en esa zona, que es virtualmente un polo de la salud privada. Sin el vaciamiento del Hospital de la UBA y del hospital público en general, los fines de lucro de estos empresarios no tendrían mercado.


Asamblea ya de todos los trabajadores. Por un Hospital de la UBA, público y al servicio del estudio y la investigación para el mejoramiento de la salud de las mayorías populares. ¡Basta de negociados! Verdadero plan de mejoramiento y aumento presupuestario adecuados para un pleno funcionamiento del Hospital Escuela de puertas abiertas.