Universidad

23/6/1993|394

La patota de la reelección

El Día de la Bandera, los estu­diantes universitarios rosarinos sufrieron dos agresiones de la patota menemista.


La primera, brutal y premedi­tada, cuando manifestaban en las cercanías del Monumento a la Bandera por el aumento del pre­supuesto educativo, el respeto de la autonomía universitaria, la gratuidad de la enseñanza y aumen­tos salariales para los docentes. Una patota del sindicato gastro­nómico, uniformada con remeras “Menem 1995”, que actuó bajo la “protección” policial, la empren­dió a palazos y pedradas contra la manifestación, dejando varios estudiantes con heridas cortan­tes. No es la primera vez que la patota menemista la emprende contra los universitarios. Pocas semanas atrás, durante una visita de Menem a Entre Ríos, otra pa­tota la emprendió, en las mismas condiciones, contra una columna de la FUER que pretendía protes­tar contra la falta de presupuesto.


La segunda agresión del Día de la Bandera, tan patotera como la anterior pero enormemente más cínica, estuvo a cargo del propio Menem, que atacó a los estudian­tes y los responsabilizó por la acción de sus propios matones. En el colmo del caradurismo y la provocación, el riojano afirmó que “la sociedad paga para que los estudiantes estudien, no para que alboroten”, cuando es el propio gobierno el que liquida las posibilidades de estudiar con los recortes presupuestarios, la arancelización y los sueldos de miseria para los docentes.


Por los plenos derechos de expresión y movilización política, hay que terminar con la patota menemista.