El próximo viernes 4 de diciembre se realizarán elecciones estudiantiles del Consejo Superior, donde votan los consejeros directivos electos en las trece facultades de la UBA. La presentación de listas dejó planteada una pelea voto a voto por la mayoría estudiantil. De un lado, estamos las agrupaciones de izquierda que conducimos la Fuba y los centros de estudiantes combativos. Del otro, un armado del Rectorado que comandan Barbieri y Yacobitti, y reúne a consejeros estudiantiles de la UCR, el PJ y el PRO.

El escenario es sumamente parejo y por eso es enorme la responsabilidad de algunas agrupaciones que, a pesar de contar con pocos consejeros, serán clave para terminar de inclinar la balanza.

Es el caso de los tres consejeros del MLI de Ingeniería y del consejero del Fana de Agronomía, cuyos votos asegurarían un triunfo de la izquierda. Ambas agrupaciones vienen de participar del último congreso de la Fuba, que no pudo sesionar por falta de quórum. En esa ocasión, MLI y Fana concurrieron a la convocatoria de la izquierda y se diferenciaron de esa manera del boicot que ejercieron Nuevo Espacio (Franja Morada), el PRO y el kirchnerismo contra la principal organización del movimiento estudiantil de la UBA. 

Esta misma semana, el MLI aportó el quórum para la reunión de la Junta Representativa de la Fuba. Allí votaron junto a la izquierda la participación en la marcha nacional educativa convocada por los Suteba recuperados y otros sindicatos combativos. Sin embargo, mantienen reserva sobre su voto en el Consejo Superior, al que consideran un ámbito “distinto” a la Federación. La realidad es que nuestros consejeros actúan como una extensión de la lucha de la Fuba. En ambos terrenos enfrentamos a los mismos enemigos de la educación pública. Escindir uno del otro es artificial y sólo apunta justificar una inconsecuencia política.

En la vereda de enfrente, ocupa un lugar similar la UES, que detenta dos de los tres consejeros del frente K que ganó en Sociales. La UES votó a Barbieri como rector, participó del sabotaje a la Fuba y ahora negocia un apoyo que podría ser decisivo para la lista que encabezan los pibes de Yacobitti y Cambiemos. A horas de pedir un balotaje “contra el neoliberalismo”, el voto de los consejeros de Sociales por Franja Morada y el PRO mostraría el grado de compromiso profundo de los K con la transición en curso.

La nueva conducción de Sociales debe pronunciarse sobre este salto a la derecha.

La necesidad de una definición alcanza también a las agrupaciones que participan de la conducción de la Fuba. Como la elección admite una multiplicidad de listas, La Mella optó por abrir distintos caminos presentándose al mismo tiempo junto a la izquierda y en otras variantes con La Cámpora y los K. De nuestra parte, rechazamos esta unidad suicida con el kirchnerismo, justo cuando el fracaso de su experiencia falsamente “nacional y popular” acaba de llevar al poder a Mauricio Macri.

La pelea por la mayoría estudiantil es una disputa estratégica para el destino de la universidad y para los reclamos de sus estudiantes y trabajadores. Se juega también la continuidad del frente de conducción de la Fuba, cuando la asunción del gobierno PRO exige más que nunca independencia y consecuencia en la defensa y la lucha por la educación pública.

Reforzamos el llamado a todas las agrupaciones de izquierda e independientes a actuar como un único bloque el próximo 4 de diciembre. Es la condición para garantizar un triunfo sobre el Rectorado y defender la autonomía del movimiento estudiantil y la juventud en la nueva etapa política que se abre en la Argentina.