Universidad

24/6/2020

No queremos a Berni y su policía en la Unsam

Rechazamos que las autoridades cedan laboratorios a la Bonaerense.

El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, estuvo presente, el lunes pasado, en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) en una capacitación de la Policía Científica, para la realización del test que diagnostica coronavirus. Las autoridades decidieron unilateralmente ceder el uso de los laboratorios de la universidad para capacitaciones de la Bonaerense, una resolución que ni siquiera pasó por el Consejo Directivo.


Esta política de las autoridades de la Unsam no es nueva. El año pasado firmaron un convenio con el municipio de Tres de Febrero y el Ministerio de Seguridad, dirigido entonces por Patricia Burllrich, para colaborar en un Programa de Seguridad Ciudadana, justo después de que la doctrina “Chocobar” de gatillo fácil generara el asesinato de Diego Cagliero en ese municipio.


Luego de la capacitación Berni fue entrevistado por los medios y ante la pregunta de si va a colapsar el sistema de salud respondió que “con estos números, no hay ninguna duda. ¿De quién va a depender? Del comportamiento de la sociedad”. Este intento de presentar el problema como un asunto de responsabilidad individual pretende encubrir la responsabilidad de los distintos gobiernos en el vaciamiento del sistema de salud, y que en tres meses de cuarentena no se ha invertido en revertir esta situación porque la prioridad es garantizar el repago de la deuda.


Ante esta situación, ¿qué rol juegan Berni y su policía? En los últimos días se conoció el asesinato por parte de la Policía Bonaerense de un joven de Berazategui, mientras que otro de 17 años fue gravemente herido en un ojo en un allanamiento en domicilio equivocado. La misma fuerza viene de protagonizar además la represión y desalojo de los trabajadores del frigorífico Penta de Quilmes y la quema de casillas de familias en José León Suarez. Estos no son casos aislados sino que es una política de Estado, que se vale de la cuarentena para desplegar las fuerzas represivas y militarizar los barrios y amedrentar a la población.


Buenos Aires es una de las doce provincias del país donde la pobreza alcanza al 40% de la población. En plena crisis sanitaria y social,  Kicillof se recuesta cada vez más en el aparato represivo de la Bonaerense, a modo de preparación ante los reclamos populares por el hambre y el aumento de contagios.


Para evitar la proliferación de contagios, no hay que reforzar las fuerzas represivas, hay que triplicar el presupuesto de salud, garantizar la provisión de insumos hospitalarios y realizar testeos masivos. Por eso, repudiamos esta política de las autoridades de la Unsam de colaboración con las fuerzas represivas, que implica un aval político a su accionar.


Muchos laboratorios de la Unsam hoy se encuentran funcionamiento. Algunos para investigaciones de la universidad, otros para investigación y producción de empresas privadas, y ahora otros con capacitaciones de la Bonaerense. La continuidad de las investigaciones y la producción de insumos sanitarios debe ponerse al servicio de la población, no para el usufructo de un privado ni para ensayos de las fuerzas represivas. Llamamos a todos los centros de estudiantes y organizaciones políticas de la universidad a pronunciarse en rechazo a esta resolución inconsulta.


La universidad debe ser puesta a disposición de las necesidades populares, convirtiéndose en un centro de investigación y testeos para la atención de Covid-19, con el presupuesto necesario y trabajadores en blanco.


 


 


 


 




 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


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