Universidad
6/1/1994|410
Pacto podrido, Congreso podrido
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La Franja Morada ya no está sola en la dirección de la FUBA. Desde su último Congreso está acompañada por el centroizquierda, que accedió a la Secretaría General de la Federación mediante el expediente de juntar a todos sus sectores, un amplio abanico que va desde el “menemista” MNR (PSP-Estévez Boero), pasando por agrupaciones ligadas a Bordón y Shuberoff (MOVES de Sociales), hasta los restos del Frente Pampillón afines al PC. Naturalmente, este rejunte no tiene programa, su único objetivo es acceder a un puesto en la dirección (un “dirigente” del PSP de Económicas, haciendo gala de una “claridad” irreprochable, declaró a Página 12 (21/12) que “lo que resulta significativo es que nos hayamos podido juntar”). Pero esta falta de programa constituye en realidad toda una definición política, dado que este bloque evitó por todos los medios pronunciarse respecto al proyecto menemista de “régimen económico-financiero”, que autoriza el cobro de tasas o contribuciones a los estudiantes, habilita a las universidades a integrar “sociedades comerciales” de cualquier tipo con empresas privadas y liquida la autonomía universitaria. Tampoco se pronunció frente a la intervención a Santiago del Estero.
La Franja Morada, por su parte, rechazó impulsar un plan de lucha que diera respuesta a los ataques contra la universidad y avaló el pacto Menem-Alfonsín. El documento de situación nacional aprobado por el Congreso destaca “la importancia del diálogo entre gobierno y oposición”, ya que éste sería “producto de una actitud recíprocamente generosa para alcanzar niveles de armonía que la sociedad merece”, y propugna que el pacto podrido “debe avanzar hacia la discusión civilizada para consensuar una propuesta abarcadora del conjunto político y social como corresponde al tratamiento de la Ley Fundamental”. (Frente a un pacto podrido, la FM parió un congreso podrido).
No obstante todo esto, en la base de la Franja se evidenció cierto clima de deliberación, una gran debilidad y muchas vacilaciones que sin embargo no derivaron en nada.
La UJS difundió una declaración que denuncia el pacto Menem-Alfonsín y exige el repudio a la intervención a Santiago del Estero votada por todos los bloques parlamentarios. También caracterizó de conjunto la situación política nacional y su repercusión en la Universidad (pacto CIN-Del Bello), planteando las siguientes reivindicaciones: por la organización de un plan de lucha contra la privatización de la universidad y el aumento inmediato del presupuesto educativo sobre la base de impuestos a los grandes capitales; cese de subsidios a la enseñanza privada; cese del pago de la deuda externa; convocatoria a un congreso extraordinario docente-estudiantil sobre la base de asambleas por facultad.
La UJS resumió sus propuestas en una moción final, que fue votada favorablemente por el delegado de la agrupación centroizquierdista MATE de Ciencias Sociales.
La conclusión es que las contradicciones entre la Franja Morada y el conjunto de los estudiantes se han profundizado y exasperado a raíz de la transformación de ésta en un mero agente de los “privatizadores”, lo cual sienta las bases para la recomposición del movimiento estudiantil y la reedición de la gran lucha del ‘92.