En octubre, el Consejo Directivo de la Facultad de Psicología de la UBA deberá elegir al nuevo decano. Una vez más, la gran masa de estudiantes, docentes y no docentes de Psico seremos un “cero a la izquierda”: solamente 16 consejeros tendrán poder de voto para designar a las nuevas autoridades, que suelen surgir de acuerdos espurios, prebendas y el típico “rosqueo”.

El Frente EPA, que integra el Partido Obrero junto a otras agrupaciones de izquierda (Mst, Cepa, Militancia Socialista e independientes), y que ha logrado el año pasado recuperar la dirección del Centro de Estudiantes luego de 16 años de conducción morada – además de contar con la mayoría del claustro estudiantil (3 consejeros) en el Consejo Directivo – ya ha iniciado una intensa campaña por la elección directa del decano: un hombre, un voto.

El problema del poder está planteado en Psico: a pesar de haber perdido el Centro de Estudiantes, el testaferro de la Franja permanece en la gestión de la Facultad. El actual decano, Raúl Courel, responde al antiguo aparato “shuberoffista-morado” – devenido ahora en echeverrista – y viene aplicando las políticas de ajuste y privatización al pie de la letra en los últimos años: aranceles para trámites administrativos, posgrados pagos, limitacionismo y “corralitos” en las inscripciones, pasantías negreras, docentes “ad honorem”, recorte de horas extras para los no docentes, concursos “truchos” para docentes y no docentes. La facultad, al igual que la universidad en general y el régimen, está al borde del colapso: obras a medio terminar, baños inhabilitados, una gran masa de estudiantes que han debido desertar de la cursada directamente por falta de recursos, docentes que trabajan por rentas de 120 pesos (menos que un plan Trabajar), no docentes con sueldos miserables y una deuda de 600.000 pesos.

Por el momento, ninguna de las dos listas competidoras, con las respectivas candidatas a decano, han planteado ningún tipo de reivindicación ni salida acorde a las necesidades del movimiento universitario en Psico. Mientras “saludan a la bandera” por “la defensa de la universidad”, “la transparencia de los concursos” y la “excelencia académica”, por atrás, hacen lobby y cuentan los porotos para la elección en el Consejo Directivo en octubre.

De las dos candidatas, Sara Slapak, quien ya fuera decana, representa más claramente la continuación del aparato radical-morado en la gestión. Bajo su gobierno, Slapak instauró todo el aparato radical en Psico con la venia del mismo Lautaro García Batallán, presidente del Centro de Estudiantes por la Franja Morada en ese momento. La otra candidata, Ana Fernández, de tradición “progresista”, ha conformado una lista con un rejunte de profesores que va desde la centroizquierda hasta el arco más derechista. Llega al extremo vergonzante de presentarse como el “mal menor”. Desde el Centro planteamos que la única manera de echar definitivamente al aparato radical de la facultad (luego de haber recuperado después de 16 años morados nuestro Centro de Estudiantes) es por medio de un movimiento masivo interclaustros por la elección directa.

Plantear sacarse de encima el aparato radical “rosqueando” con “Dios y María Santísima” no representa una verdadera perspectiva de poder para el movimiento de estudiantes, docentes y no docentes.

La campaña por la elección directa cosecha adhesión y simpatía entre estudiantes, docentes y no docentes cada día con mayor relevancia en la facultad. En la primera reunión abierta del Centro, concurrieron casi 100 compañeros para informarse y terminaron resolviendo impulsar con todo la campaña con el Centro, de cara a estudiantes y docentes.

Con la elección directa del decano, el CEP se propone desarrollar el camino abierto el 20 de diciembre pasado, haciendo retumbar con más fuerza que nunca el “Que se vayan todos” por los pasillos y las aulas de la facultad. ¡Elección directa ya!

Partido Obrero en el EPA!