Universidad

9/9/2018

PTS, el parasitismo como política

Presidente de la FUBA

Imagen de la asamblea interestudiantil en Plaza de Mayo. Foto: Juan Diez.

Con decenas de facultades tomadas y asambleas masivas en todo el país, la lucha universitaria entra en una semana decisiva. La Conadu Histórica anunció su sexta semana de paro a pesar de las amenazas de Finocchiaro, el boicot de los rectores y la traición de las burocracias de Fedun (PJ) y Conadu (K). El movimiento estudiantil logró superar, en numerosas asambleas, las maniobras de las agrupaciones que, de Franja Morada al kirchnerismo, intentaron levantar las ocupaciones. Esta semana, en la UBA, se presenta para este enorme movimiento de lucha un nuevo desafío: recuperar los centros de estudiantes en las elecciones que se realizarán en seis de las trece facultades.


Divisionismo


La principal batalla en este sentido ocurrirá en la facultad de Medicina. Allí estudiantes y docentes vienen de protagonizar clases públicas, cortes y hasta una vigilia en la facultad, a pesar de la oposición activa y los aprietes de Nuevo Espacio (PJ/Franja Morada), la agrupación del rector Barbieri. Una asamblea más de 800 estudiantes, motorizada por los docentes “ad honorem”, se planteó el objetivo de desplazar a estos socios de Macri de la conducción del centro. La particularidad de Medicina consiste en que a la cabeza de esta pelea se encuentra El Frente, la agrupación de la UJS-PO, junto a centenares de activistas y agrupaciones independientes y de izquierda.


En una nota en la Izquierda Diario, el PTS nos denuncia por integrar a la Mella a nuestra lista. Lejos de afectar el carácter de la misma, el acuerdo que alcanzamos es más que correcto porque despeja el camino para que el activismo recupere el centro de estudiantes. El PTS, por el contrario, rechazó nuestro llamado a unirse a la pelea y presentará una lista divisionista que solo sirve a Nuevo Espacio.


En Medicina, el kirchnerismo irá en dos listas, la del Miles y la de la Cámpora, Nuevo Encuentro y compañía. La Mella, convertida en el último tiempo a un satélite K, eligió no mimetizarse sin embargo con ellos, lo que al extremo la llevaría a perder su independencia organizativa. De nuestra parte, nos valemos legítimamente de esta contradicción para que triunfe en Medicina la lista del movimiento de lucha, lo que sería enteramente progresivo y un gran golpe a la línea de flotación de Franja Morada en toda la universidad.


Infamias


Para encubrir su política liquidacionista que ignora las tareas del movimiento, el PTS lanzó una campaña de infamias sobre la UJS y el Partido Obrero. Está claro, sin embargo, para cualquiera que participe de la vida universitaria, que el PO fue un factor decisivo para el desarrollo de la rebelión en curso. Desde la conducción de la AGD y la secretaría adjunta de Conadu Histórica, aseguramos la continuidad del no inicio mientras los gremios K levantaban el paro. Desde la presidencia de la FUBA, impulsamos las asambleas y ocupaciones en todas las facultades. Fuimos los primeros en plantear que la histórica marcha del jueves 30/8 debía dirigirse a Plaza de Mayo, centro del poder político. En ese acto, nuestro compañero Federico Casas, secretario de la FUA de la UJS, fue el único que denunció la oferta de Finocchiaro y llamó a profundizar la huelga y las tomas. El PTS sencillamente vio todo esto por TV. Cuando la pelea se dio al interior de la Conadu Histórica, entre la lista del PCR, los K y Patria Grande y la Multicolor que impulsamos junto a otras organizaciones de izquierda, el PTS no osó abrir la boca.


Parasitismo


En sus extensas notas sobre la asamblea interestudiantil del jueves pasado, la Izquierda Diario oculta un dato elemental: que la asamblea fue convocada y organizada a instancias de la Fuba. En su intento de asemejar a la Fuba con las federaciones burocráticas dirigidas por la Franja y el PJ/K, el PTS se ve forzado a negar la realidad. Dos reuniones previas se hicieron en el local de la Fuba para organizar la interestudiantil, reuniendo a decenas de agrupaciones, activistas, coordinadoras de estudiantes terciarios y secundarios y a la federación de la UNA. Nuestra política para la asamblea fue apostar a convertirla en un factor de desarrollo de la huelga, en el momento en que el gobierno, los rectores y la burocracia buscaban dar por concluido el conflicto. Rechazamos, por eso, la idea de reducirla a un registro de las posiciones de cada partido. Mediante una intensa lucha política logramos alcanzar un acuerdo entre las diferentes corrientes para votar un plan de lucha, que partiera de denunciar la oferta de Finocchiaro e impulsar la continuidad de las asambleas y ocupaciones. El PTS, por el contrario, maniobró para oponer consignas, con las que naturalmente acordamos, a las acciones de lucha debatidas colectivamente. A tal punto fue correcta nuestra orientación que la Mella, Sur y los K debieron bajarse de ella, al día siguiente, para intentar levantar las tomas de Exactas y Psicología (en este caso sin conseguirlo).


El PTS vive una suerte de doble vida: mientras sus legisladores se pasean junto a los dirigentes de la Cámpora, el Movimiento Evita y el Vaticano, la Izquierda Diario pretende dar lecciones de cómo luchar contra el kirchnerismo. Su política faccional contra la UJS-PO y la Fuba es un intento por parasitar un movimiento que no ha desarrollado.