Universidad

1/9/2020

Segundo cuatrimestre en la UNLa: las autoridades siguen dándole la espalda al estudiantado

“Humanizar” la virtualidad no evita la deserción.

Pasadas dos semanas del inicio del segundo cuatrimestre, está más que claro que el gobierno y las autoridades de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), a pesar de que llevamos cinco meses de pandemia, continúan sin garantizar las condiciones materiales para el acceso y la permanencia en la universidad, sin capacitaciones y avasallando derechos estudiantiles y docentes. La realidad del primer cuatrimestre virtual fue, ni más ni menos, un “sálvese quien pueda”, en el que las cursadas que se garantizaron fueron fruto del enorme esfuerzo de docentes y estudiantes.

Este ajuste en la educación pública es la consecuencia de la política del gobierno nacional,que debe valerse de los fondos para pagar la fraudulenta y colonial deuda externa, en los términos pactados con el FMI y los bonistas. Luego de arrastrar durante todo el año (a pesar de la inflación), el mismo presupuesto universitario que en el 2019, el Ministerio de Educación informó una “ampliación” del 31% partiendo de un presupuesto votado en diciembre de 2018. Contemplando la inflación acumulada desde entonces, estamos ante un ajuste del 40%. El Rectorado de Ana Jaramillo, a través del Consejo Interuniversitario Nacional, celebró este ajuste contra las universidades.

Es evidente que la UNLa no es ajena a esta asfixia presupuestaria, el gobierno nacional y las autoridades universitarias no respondieron a nuestros reclamos por aumento de becas, insumos tecnológicos a estudiantes y docentes para acceder a las clases virtuales; pero esto no fue impedimento para dar inicio a un nuevo cuatrimestre bajo un panorama de amplia deserción estudiantil. Por el contrario, han sostenido el ajuste en la universidad con la entrega de escasas becas de conectividad. La única reacción de la gestión en todo el periodo fue ampliar los montos solidarios que aportan los docentes y no docentes de sus salarios para aumentar las pocas becas que otorga la universidad.

Ni la FUNLa (federación estudiantil) ni los centros de estudiantes, que responden fielmente al Frente de Todos, han impulsado iniciativas de lucha para hacer frente a esta situación. Por el contrario, luego de festejar el acuerdo colonial con los bonistas se han dedicado a impulsar la campaña “humanizar la virtualidad”, que lejos de una campaña para garantizar insumos tecnológicos para les estudiantes se trata meramente de un comunicado que responsabiliza a la propia comunidad educativa de las trabas que pueden existir en las clases virtuales. “Participar”, “Compañerismo”, “Hacerse notar” -los eslóganes de esta iniciativa- no son políticas aplicables para les pibes que no tienen acceso a la conectividad y por ende a la cursada. Son más bien una lavada de cara al gobierno que no garantiza la continuidad pedagógica, sino que por el contrario profundiza las desigualdades entre el estudiantado y permite cursadas que se sostienen sobre la base de precarizar aún más la labor docente.

Además de la imposibilidad para un amplio sector de acceder a la misma, la problemática de la cursada, este cuatrimestre, incluye otros aspectos. Uno de los principales es la inviabilidad de promocionar materias, sea cual fuere la calificación. Esto da como resultado que la única forma de aprobar una materia sea a modo de final y aquellos estudiantes que ya adeuden finales se verán frente a una acumulación de exámenes cuya fecha de vencimiento comenzará a correr una vez regularizadas las clases.

Otro de los problemas que salieron a la luz son los inconvenientes en las comisiones de carreras como Diseño y Comunicación Visual y Enfermería. Muchos estudiantes tuvieron que pedir cambio de horarios ya que los anotaban en otros completamente distintos que los que habían elegido. Cambio de materias y de turnos que interfieren con sus horarios laborales y hacen que los estudiantes tengan que dejar materias. La respuesta desde la universidad es que hay problemas del sistema de inscripción o falta de aviso de cambio de horario de los docentes. Son muy pocos los casos en que estos problemas se solucionan y le dan la posibilidad a los estudiantes de seguir con su cursada, pero la realidad de la mayoría refleja la poca preparación para la modalidad virtual.

Ante el progresivo aumento de casos de Covid-19 las autoridades de la UNLa se suman al intento de lanzar a estudiantes y docentes a las aulas en octubre para algunas carreras y exámenes, sin contemplar que no están dadas las condiciones sanitarias para que ello ocurra. Tanto una eventual vuelta a las aulas, como la planificación de mesas de exámenes, tiene que ser fruto de una deliberación de los estudiantes junto a los docentes, donde no se vulneren los derechos de unos y otros, y donde les estudiantes tengamos poder de veto para verificar el cumplimiento de todas las condiciones de seguridad sanitaria y académicas en el caso de que sean presenciales, virtuales y mixtas.

Les estudiantes debemos avanzar a una nueva fase de nuestra organización colectiva, junto a nuestros docentes para conquistar la triplicación del presupuesto, el aumento de la beca Progresar a $10.000, insumos de seguridad e higiene, computadoras y acceso a internet masivos, para frenar la deserción estudiantil y la precarización docente. Ante la inactividad de los centros de estudiantes, es necesario promover asambleas e iniciativas entre les estudiantes.

Para que todo esto sea posible es indispensable rechazar el acuerdo colonial que el gobierno ha realizado con los tenedores de la deuda, luchar por el no pago de esta, como también por el establecimiento de un impuesto extraordinario a las grandes fortunas y ganancias como planteó el Frente de Izquierda en el Congreso.

Para organizar una respuesta de la juventud y los trabajadores al ajuste que desarrolla el gobierno y los capitalistas, desde La Caldera (UJS +independientes) te invitamos a sumarte al Congreso de la UJS que tendrá lugar el viernes 25 y sábado 26 de septiembre de manera virtual y a sus iniciativas de lucha.