Universidad

22/9/2017

Sociales: el responsable del avance del Rectorado es el kirchnerismo

La fractura del kirchnerismo en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA derivó en el fortalecimiento del ala más ligada al Rectorado, que llevó a Carolina Mera como decana y a la UES al centro de estudiantes. Es el resultado directo del fracaso de la gestión de Glenn Postolski, que ambos sectores protagonizaron en común. Luego de años de una política de sometimiento, que convalidó las políticas y presupuestos que ahogaron a la facultad, el Rectorado logró avanzar reemplazando al ala camporista por una tropa propia.


 


La ayuda que el kirchnerismo brindó a tal fin es inestimable: durante la semana de la elección dirigentes como Daniel Filmus y Jorge Taiana se acercaron a Sociales a apuntalar a los candidatos apadrinados por el rector Alberto Barbieri. De fondo, revela el carácter conservador de esta fuerza política, que en sus doce años de gobierno nunca confrontó con el régimen universitario de la corrupta Franja Morada, al punto de reprimir en varias ocasiones a la Fuba y al movimiento estudiantil en lucha por la democratización. El kirchnerismo que hoy le entrega su bastión en la UBA al "yacobittismo" [Emiliano Yacobitti, dirigente de la UCR porteña con peso en la Universidad] es el mismo que ayer gobernó con la Ley de Educación Superior menemista e impulsó las políticas de ajuste y mercantilización sobre la universidad y la educación.


 



 


La campaña desesperada de Proyecto Sociales, que repartió a diestra y siniestra las denuncias que había callado durante dos años de co-gestión con la UES, careció, por ello mismo, de credibilidad. Sin hacer ningún balance de su política de alianzas con la UES y el Rectorado, de la que se valió en 2015 para desplazar a la izquierda del Centro de Estudiantes (CECSo), la Cámpora y Nuevo Encuentro presentaron su ruptura como el resultado de una puja por diez computadoras. La única fuerza que podría comprar semejante relato fue la Mella, que se acopló a la campaña por la reelección de Postolski sin animarse a defenderla. En ese camino tuvo que abandonar su lista “Sudestada”, que se reveló como un escalón efímero para negociar un frente con los K. En un oportunismo que no conoce límites, mientras los estudiantes de la Mella hacían campaña "contra el Rectorado", sus graduados ingresaban a la Junta de Ciencia Política por la lista de Carolina Mera ("Política por Venir").


 


Ahora, se abre una nueva etapa en la facultad. El alineamiento directo con el Rectorado implicará una fuerte ofensiva contra las conquistas históricas de la facultad para impulsar a fondo una política de mercantilización, recursos propios y flexibilización laboral. Dos carreras están en la mira: Sociología y Relaciones del Trabajo, cuyas direcciones impulsan reformas en línea con las exigencias del Ministerio de Educación. La campaña “pro-inclusión” de la UES vino a ocultar (mal) su apoyo a esta orientación privatista. Mientras los diputados y senadores del PJ aprueban las leyes de Macri y sus decanos ejecutan el ajuste en la universidad, la UES finge ceguera y habla de una supuesta "inclusión" financiada por la plata que le baja el Rectorado. Esta falsa "inclusión", que a fin de cuentas otorga menos becas que las que supo dar el CECSo en manos de la izquierda, sirve para viabilizar las políticas de ajuste de las autoridades y por eso mismo parte de dejar de lado la responsabilidad del Estado en garantizar el acceso y la permanencia en la universidad.


 


La elección de la izquierda y los próximos desafíos


 


En este contexto, donde dos alas del kirchnerismo se disputaron la facultad entre sí, la izquierda logró abrirse camino. Crecimos varios puntos en relación al año pasado y volvimos a ganar las mayorías estudiantiles de las juntas de Comunicación con el 41,53%, donde nuestra candidata, Fabiola Ferro, ganó en votos absolutos siendo votada por más de la mitad de la carrera con el 53,16%; y de Sociología, con el 36% de los votos para la junta y un porcentaje idéntico para la candidatura de Néstor Correa. En Trabajo Social, con nuestra candidata Tamara Seiffer conquistamos la minoría estudiantil con el 32% de los votos, a menos de 100 votos de la mayoría de la Cullen [K].


 


Asimismo, por muy poquito no llegamos al consejero directivo por la minoría estudiantil, en una elección donde votaron 11463 estudiantes y la izquierda se ubicó con el 24,84%. Por último pero no menor, en la consulta sobre decano/a, propuesta desde nuestro espacio y donde participaron 3579 estudiantes, nuestro candidato, Eduardo Grüner, obtuvo el 46% de los votos frente al 33% de Mera y el 21% de Postolski. Todo un dato sobre la extendida conciencia que existe entre los estudiantes acerca de la necesidad de contar con una dirección de izquierda que saque a Sociales del marasmo y le haga frente a la ofensiva del gobierno y el Rectorado.


 


En las próximas semanas, los bloques que se enfrentaron en las elecciones cerrarán filas para defender una sucesión "ordenada" al decanato, donde la voluntad de 200 profesores (dado el sistema antidemocrático de gobierno que rige en la UBA) se imponga sobre toda la facultad. Sin embargo, la enorme votación que obtuvimos Grüner y la izquierda en esa categoría plantea otra orientación. Que la elección de las futuras autoridades no siga el camino del caduco estatuto de las camarillas universitarias, sino el de una deliberación y votación masivas, donde se confronten públicamente estrategias y programas y donde todos y todas podamos votar por igual, incluyendo a los trabajadores no docentes.


 


Lo mismo aplica a la carrera de Comunicación, donde debe respetarse el voto absolutamente mayoritario hacia la izquierda y no los votos ponderados de una ultra minoría de profesores.


 


Hacia adelante, queda organizar la defensa de nuestra facultad y la puesta en pie de un movimiento estudiantil que pelee junto a los secundarios que hoy están ocupando masivamente los colegios, a los investigadores del Conicet y, de forma general, a todo el movimiento popular que comienza a levantarse contra el plan de ajuste de Macri y sus cómplices políticos. La importante votación a la izquierda es un mandato para emprender este camino.