UBA: Golpe de estado de Techint en Ingeniería

La Facultad de Ingeniería es el epicentro de una crisis que abarca a toda la UBA. La mayoría del Consejo Directivo de la facultad, después de un intento fallido el año pasado, destituyó, en forma ilegal y sin fundamentos, al decano Bruno Chernuski Frías y nombró en su lugar a un hombre que responde al viejo aparato radical.


La destitución fue impulsada por la camarilla profesoral. Mediante la venta de servicios a terceros (grandes empresas) y el control de la Fundación Facultad de Ingeniería, esta camarilla logró armar una estructura paralela que maneja recursos calculados en más de 4 millones anuales. Estos fondos eran usados discrecionalmente; desde hace 8 años, por ejemplo, que no se presenta un balance.


La crisis estalló cuando el decano quiso poner ciertos límites a estos negocios. Por un lado, exigió el aumento del porcentaje correspondiente a la facultad por la venta de servicios, y por el otro, se negó a acreditar las carreras de la facultad en la Coneau, un organismo creado por el menemismo para impulsar la privatización y la modificación de los planes de estudio de acuerdo al interés capitalista. Esta cuestión cobró un carácter central, ya que un decreto de Duhalde estableció que las facultades que no acreditaran sus carreras estaban imposibilitadas de hacer convenios con el Estado.


La vinculación de esta camarilla profesoral con el grupo Techint es muy estrecha. Varios profesores y graduados trabajan para el pulpo; Techint armó una ofensiva para quedarse con la facultad como un centro de formación de sus profesionales, bancado con el presupuesto público.


La burocracia del gremio no-docente armó, a favor de los golpistas, una huelga reaccionaria con el propósito único de participar del botín de la facultad.


Movilización estudiantil


El movimiento estudiantil de la facultad y de la UBA se opone a la destitución. Se han realizado asambleas, movilizaciones y actos de la Fuba rechazando el golpe y denunciando su contenido reaccionario. De la misma forma ha actuado el sindicato docente de la UBA (AGD).


La lucha estudiantil, de todas formas, todavía no ha logrado parar la intentona golpista, que avanzó hasta lograr reunir los votos necesarios en el Consejo Directivo para llevar a cabo sus propósitos. La dirección del Centro, en manos de la Cepa-PCR, tiene una responsabilidad en este punto, ya que ha tomado como eje de intervención la línea abstracta a favor de la “democratización”. Al mismo tiempo, el PCR se la pasó apoyando al vicedecano, al que presentaba como un hombre de la “industria nacional”, sin reparar que el campeón de esta “burguesía nacional” armó el golpe.


Toda la energía debe estar puesta en parar al golpe, echar a sus promotores y proceder a nuevas elecciones, previo concurso masivo de docentes para ampliar la base de electores. La UJS y la Fuba han puesto el acento en este programa, y se estableció un plan de lucha en conjunto con el gremio docente.


Crisis de la UBA


El golpe en Ingeniería forma parte del intento del aparato radical shuberofista de retomar posiciones.


La destitución de un decano, hecho inédito en toda la larga historia de la UBA, advierte una etapa de fuertes choques entre los distintos sectores patronales.


El decano de Ingeniería nunca fue a fondo para echarlos de la facultad y minar su base de apoyo: dejó funcionar la Fundación y dejó los departamentos de la facultad en manos de los golpistas. Ahora buscará, seguramente, apoyo en el rector Jaim Etcheverry, un privatizador.


Planteamos el desconocimiento del nuevo decano; el reconocimiento de Bruno Chernusky como decano de la facultad; la renuncia del claustro de profesores graduados; concursos masivos de docentes y una nueva elección.