El Consejo Superior de la UBA ha convocado a una Asamblea Universitaria para el próximo 17 de octubre; la última vez que lo hizo no resolvió nada y los consejeros por profesores huyeron de allí a hurtadillas. Más tarde fue convocada de nuevo y levantada otras tantas veces.

Esta vez parece que las diferencias entre las distintas camarillas fueron dejadas de lado, pero los puntos centrales, como la reforma del gobierno universitario, ni siquiera serán tratado. Es decir que se pusieron de acuerdo para vaciar la Asamblea.

De todos modos, se prevé que voten medidas limitacionistas. Por ejemplo, que las carreras se armen en base a ciclos y que carreras distintas pueden tener ciclos comunes.

Todo esto representa un viejo objetivo de las reformas reaccionarias contra las carreras de grado, que resultan inocuas, para pasar la carrera al posgrado con el filtro correspondiente, como ya sucede en Ciencias Económicas.

Lo que no se discutirá

Mientras las camarillas buscarán dejar todo como está, la situación de la universidad pública se deteriora día a día. La crisis es tan amplia que se manifiesta todo el tiempo y en todas las facultades. El derrumbe edilicio es imparable; los docentes siguen su lucha, pero el gobierno se niega a convocar la mesa de negociación salarial; las becas se cuentan con los dedos de la mano. Esta situación terminal no se discutirá en la Asamblea Universitaria. En estas condiciones, la Asamblea no pasa de una maniobra de cuarta, que busca hacer creer que se cumple con un compromiso asumido.

Nuestra política

Vamos a desenmascarar el carácter distraccionista de la Asamblea y las reformas reaccionarias que se quieren implementar. Vamos a reclamar que se eliminen todas las medidas privatizadoras que las camarillas han implementado excusándose en la falta de presupuesto. Concretamente, exigiremos que resuelva la gratuidad de los posgrados, la anulación de los convenios con los monopolios capitalistas, la expulsión de la Coneau y la derogación de las reformas curriculares armadas contra las carreras de grado.

Con esa política llamamos a movilizarnos frente a la Asamblea.