Un “abrazo” histórico

“Cerco al Congreso”, “La platazo”, “Ganaron los estudiantes”, así titularon los diarios la jornada estu­diantil del 31. La movilización masiva bloqueó, mediante sentadas y cordones, todas las ‘entradas al Congreso, distri­buidas en tres manzanas. Así se hizo efectiva la consigna “Por el retiro de la Ley de Educación Superior y to­dos los proyectos alternati­vos”.


Desde el martes 30 se toma­ron las facultades en La Plata, al igual que en todo el país. Algunas, como Económicas y Periodismo, empezaron el lu­nes. El martes a las 6 de la mañana, Periodismo sacó to­dos los bancos a la calle, cor­tando el tránsito de la avenida 44, y allí dieron clases públicas todo el día. A la misma hora, estudiantes de Agronomía hi­cieron una volanteada en la salida de La Plata, en los cami­nos Centenario y Belgrano.


Las asambleas del martes fueron las más concurridas. Exactas y Naturales hicieron punta en el tren de las 7.20. El grueso de las facultades salió en otro tren, una hora más tar­de, en el que no cabía un alfiler. A las 14 horas hubo una nueva salida, con compañeros que trabajaban a la mañana. Como la Federación no garantizó los micros comprometidos, los casi 1.000 compañeros ocupa­ron otro tren. De todos estos datos surge que la concurren­cia fue de alrededor de 4.000 compañeros.


A partir de las 11 horas, cuando llegó el grueso, ante el hecho de que las dos calles la­terales al Congreso estaban valladas y con custodia poli­cial, se empezó a bloquear to­das las entradas posibles en las dos manzanas aledañas. Un momento de gran tensión se dio al mediodía, en la puerta del edificio anexo, cuando un camión hidrante y dos colecti­vos, con policía vestida de combate, con bastones y escudos, se formó delante de los estu­diantes, bajo la presencia de una multitud de medios perio­dísticos. “Mire, mire qué lo­cura, mire, mire qué emo­ción, parece la dictadura no le dan pelota a la educa­ción”, cantaba el gran pique­te.


La actitud de los legislado­res, impotentes y ofuscados con los estudiantes, contrastó con la de gran cantidad de tra­bajadores del Congreso —im­prenta, etc. —, que adhería a nuestra medida y se retiraba. Los piquetes llegaron a colo­carse hasta dentro de la confi­tería El Molino, por donde intentó colarse el “Cavallo” Al­varez con el argumento de que él “representaba” nuestros intereses.


A las 16 horas, hubo que confirmar por los medios la no­ticia de que la sesión quedaba levantada, tal era la descon­fianza. Entonces, nos recon­centramos frente al Congreso, donde confluían las columnas de la UBA, la UTN, los cole­gios, etcétera.


¿La FUA dónde está?, era la pregunta que se hacían los compañeros de La Plata. La FUA y la FUBA habían blo­queado la concurrencia de las facultades de Capital, convo­cándolas recién para las 18 ho­ras, a pesar de que sabían per­fectamente la posición de La Plata.


El “abrazo” surgió como una crítica al “cronograma de actividades” aisladas de la FUA.


Lo del 31 debe continuarse ahora en un paro activo.