Universidad

10/4/2020

UNC: Juri insiste en una virtualización forzosa

Luego de la resolución del Ministerio de Educación de la Nación donde se recomienda a las universidades nacionales reprogramar el inicio del cuatrimestre, rápidamente el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Juri, salió al cruce de la disposición ratificando la continuidad del ciclo lectivo mediante clases virtuales. Bajo la afirmación de que “la UNC no cierra sus puertas” el rector intenta avanzar en el proceso de virtualización forzosa, cuyos límites han sido admitidos incluso por las autoridades de la UBA.


En una crisis sanitaria, económica y social como la impuesta por la pandemia, la universidad está llamada a jugar un rol central, colocando a disposición de las necesidades de las mayorías populares todos sus conocimientos, recursos humanos y tecnológicos disponibles. Las afirmaciones del rector Juri no parecen ir en esta sintonía.


Sin embargo, los intentos por migrar de manera masiva y compulsiva toda la educación superior a la virtualidad se estrellaron contra la realidad. En un universo muy variado la experiencia ha tenido un denominador común: la mayoría de los docentes no cuenta con formación específica para afrontar la virtualización forzosa; los equipos de cátedras no cuentan con la cantidad de docentes necesaria para atender la masividad que suponen las aulas de la UNC en la virtualidad; en muchos casos docentes y estudiantes no cuentan con el acceso a los recursos tecnológicos requeridos; y en aquellas cátedras donde se pudieron llevar adelante experiencias virtuales las dificultades pedagógicas exponen la imposibilidad de reemplazar la experiencia áulica presencial por una plataforma virtual.


Claro está que las prácticas en laboratorios como en Ciencias Químicas, el trabajo con pacientes que exigen carreras como Odontología y las de Ciencias Médicas, o la producción colectiva que requieren numerosas carreras de Artes y Comunicación resultan imposible de suplantarse por la virtualidad. La situación se ha mostrado inviable, por esto cátedras enteras de la facultad de Ciencias Agropecuarias hoy ya discuten la suspensión de la actividad académica virtual.


Una orientación mercantil para la UNC


La disposición unilateral e inconsulta de Juri responde a una orientación más general tendiente a promover la educación a distancia de grado, pregrado y posgrado, en detrimento de la educación presencial. Esta política fue diseñada ya en su anterior gestión, plasmada en la Planificación Estratégica Participativa 2018-2028, y concretada mediante la creación del Campus Virtual que fue acompañado con la construcción de un fastuoso edificio para centralizar las carreras a distancia.


Para Juri, la virtualización implica una gran fuente de negociados y la vía para avanzar aún más en la precarización laboral. En experiencias recientes los docentes fueron incorporados a estas nuevas ofertas educativas mediante contratos o monotributos, aumentando así la taza de beneficios sobre la base de la precarización laboral.


Una vez más, Juri pretende hacer la punta para avanzar en un proceso de mercantilización de la educación superior, a costa de la degradación de la calidad educativa y la depreciación de los títulos de grado.


Conadu y Adiuc una sociedad necesaria


La avanzada oficial cuenta con el respaldo de Conadu. Luego de aceptar el miserable aumento salarial y entregar la cláusula gatillo, se han lanzado a una campaña de “hábitos saludables” para cuidar la salud en el teletrabajo, sin levantar la voz frente a los atropellos laborales que supone el trabajo a distancia. En sintonía, Adiuc (el sindicato de los docentes universitarios de Córdoba) publicó un documento expresando “preocupación” y planteando una serie de medidas para “adaptar” la labor docente a esta nueva realidad. La conducción del Adiuc no se ha hecho eco de ninguno de los reclamos que recorren las cátedras, en su lugar dispuso una batería de cursos online para la planificación virtual.


En línea con la agrupación Naranja Nacional, el Frente Docentes en Lucha denunció el colaboracionismo de las burocracias y rechazó categóricamente las disposiciones de Juri. Se inició una campaña para que cesen las presiones sobre la docencia y denunciar la virtualización forzosa como un mecanismo de precarización laboral y degradación académica. En este sentido reclamamos que la reprogramación del calendario académico y las garantías del cursado virtual y presencial estén definidas por un comité con participación de docentes y estudiantes.