Universidad

26/3/2020|1586

Universidad contra el Covid-19, sí; trabajo gratuito, no

El martes 24 de marzo se anunció la convocatoria oficial de estudiantes para actuar como “voluntarios” en el marco de la crisis por coronavirus. La excepcionalidad que implica enfrentarnos a una pandemia requiere de la toma de medidas extraordinarias por parte del Estado, que se dispongan de todos los recursos necesarios y, lógicamente, la universidad debe estar al servicio de esta pelea. No obstante, las autoridades y el gobierno no pueden con palabras lindas maquillar un llamado al trabajo gratuito y la precarización en la juventud.


“Voluntarios”


El llamado a voluntarios se presenta a través de las redes sociales del Rectorado, páginas de distintas facultades y de agrupaciones estudiantiles que responden directamente a la camarilla que dirige la facultad, como Nuevo Espacio en Ciencias Médicas o el Edi en Psicología. “El gobierno busca sumar a estudiantes del último año de Medicina y Enfermería para que participen del operativo destinado a contener la pandemia. Estiman que los profesionales disponibles no serán suficientes para enfrentar el avance del virus en las próximas semanas, cuando se estima el pico de casos” (La Nación, 23/3).


La importancia de que quienes estudiamos nos pongamos al servicio de la pelea contra la pandemia, como están haciendo lxs trabajadorxs de la salud de todo el país, es un planteo válido en esta situación excepcional. No obstante, la palabra “voluntario” es sinónimo de trabajo gratuito. El gobierno debe garantizar, por el contrario, el salario, la capacitación y las condiciones laborales de lxs estudiantes que participen de esta iniciativa; otra cosa es la superexplotación de jóvenes voluntarixs. A su vez, la medida debe garantizar las condiciones y el equipamiento correspondiente para sostener la salubridad e higiene de lxs estudiantes e impedir que ellxs mismos se conviertan en un factor de trasmisión de la enfermedad.


Sistema de salud o pago de la deuda


Lxs especialistas más optimistas proyectan que la cantidad de infectados llegará a un aproximado de 250 mil personas en pocas semanas. Ante esto, el avance del Covid-19 muestra todos los días y cada día un problema de fondo: la precariedad del sistema de salud pública para enfrentar lo que se viene. La irrisoria cantidad de camas de internación en terapia intensiva (120 en la Ciudad de Buenos Aires), la falta de recursos para hacer los test diagnósticos o la escasez de respiradores (lo cual es un insumo fundamental para enfrentar un virus respiratorio) forman parte del estado basal de vaciamiento de la salud previo a la emergencia sanitaria por coronavirus. Pero el problema central que ahora busca atender el gobierno con el llamado a “voluntarios” es la falta de personal en los hospitales y centros de salud que, por un lado, es una situación urgente que es necesario atender en el marco de una pandemia y, por el otro, el resultado de las pésimas condiciones laborales y la falta de nuevas contrataciones de los últimos años. La pandemia pone al desnudo una realidad de miserabilidad preexistente.


Les estudiantes y lxs trabajadorxs de la salud no podemos ser el paliativo de un sistema de salud colapsado. Es necesario defender un planteo integral de medidas para hacerle frente a la inminente propagación masiva del virus, entre las cuales -en tanto se garanticen los reclamos de los profesionales de la salud- se incluya la contratación de estudiantes de los últimos años de formación con seguro y remuneración, así como con especificación de tareas a realizar (atención telefónica, tareas administrativas, etc.), las cuales en ningún caso pueden ser tareas de riesgo, tanto para la salud de lxs estudiantes como de lxs pacientes.


El gobierno dispone de los fondos para estas iniciativas, si no las lleva adelante es un problema de voluntad política. Alberto Fernández no tocó un peso de las grandes sumas destinadas día a día al pago de intereses de deuda, de los subsidios a las patronales y de los beneficios de la Iglesia católica. La defensa de la salud frente a la pandemia debe ser la prioridad número uno.


¿Qué medidas habría que tomar?


Para darle una respuesta real a la falta de personal en el sistema de salud, en primer lugar, es necesario una convocatoria para la contratación de profesionales con salarios acorde con la canasta básica. El gobierno de la Ciudad anunció una convocatoria de profesionales, ofertando un salario neto cercano a la línea de pobreza y aún así hay más de 8 mil enfermerxs inscriptos. Es necesario el pase a planta de todos los residentes del último año que no cuentan con estabilidad laboral al finalizar su especialización. Como medida urgente, es necesario el salario y ART para los cientos de miles de concurrentes de todo el país que, en muchos casos, no forman parte de los equipos de salud para combatir la pandemia porque no tienen seguro y condiciones que los amparen.


La UBA como el conjunto de las universidades del país deben poner sus recursos materiales e intelectuales al servicio de esta emergencia de manera centralizada por el Estado en el marco de un sistema único de salud, que centralice los recursos públicos y privados. Es necesaria una inversión de presupuesto extraordinaria que garantice todos los insumos necesarios y la bioseguridad de quienes, como dicen, están en la primera línea en la lucha contra el coronavirus: lxs trabajadorxs. El llamado a les estudiantes para hacer frente al coronavirus debe estar sostenido sobre esas bases.


Compartimos los reclamos de la Asamblea de Residentes y Concurrentes de la Ciudad de Buenos Aires:


• Elementos de protección en hospitales.

• Aumento urgente de salarios para todxs lxs profesionales de la salud.

• Salario para concurrentes.

• Reconocimiento de licencias a profesionales dentro de la población de riesgo.

• Incorporación de enfermerxs con salarios y derechos laborales correspondientes.