La Universidad Pública se encuentra en una encrucijada que deja en peligro su continuidad en los próximos meses. La situación amerita una intervención del conjunto de la comunidad universitaria para defenderla de los ataques que viene desarrollando el gobierno nacional de Javier Milei.

La asignación de un presupuesto reconducido (sobre la base de lo ejecutado) del 2023 para el ejercicio 2024, con una inflación de 288,3% (interanual de marzo) implica un recorte inusitado. Sumado a que el 46,4% de este presupuesto son partidas sin asignar que no se encuentran comprometidas y que el gobierno tampoco busca hacerlo, dejando a las universidades nacionales en realidad funcionando con un 53,6% del presupuesto 2023, esto es lo que deja un presupuesto que alcanza hasta abril/mayo.

Esta política ya impacta en los salarios docentes y no docentes que en estos 100 días del gobierno liber-facho ya perdieron un 40% del valor de salarios que ya estaban por debajo de la línea de pobreza. También en el recorte del horario de apertura de pabellones, del servicio de limpieza y vigilancia cuando hace meses se desmantelaron los aires acondicionados en Ciudad Universitaria por robos millonarios, se eliminan horas extra que suplen la falta de personal en las distintas áreas y un largo etc. El último que apague la luz.

Esta política privatista no es nueva, sino que se sustenta sobre la base de décadas de vaciamiento que han desarrollado los distintos gobiernos y autoridades universitarias desde la LES menemista para acá.

Hoy son estos vaciadores los que quieren posar de defensores con comunicados del CIN y el rectorado al igual que los decanatos, pero son ellos quienes vienen de aprobar en el Consejo Superior el presupuesto reconducido en la UNC y un plan vaciador: los SRT con retiros voluntarios y pases a comisión para avanzar en su privatización.

La respuesta del Frente Sindical Universitario (que incluye a AGTUNC y Adiuc) fue un paro sin movilización para el 14 de marzo y luego de más de un mes un nuevo paro para el 23 de abril en el que buscan conciliar con las autoridades universitarias que vienen acompañando el ajuste de Milei delante de la movilización. Las direcciones gremiales buscan tiempo para negociar ante un gobierno que no negocia, como ya se vio con las 2 últimas paritarias firmadas por decreto, esta estrategia lleva al movimiento a la derrota.

El camino es potenciar la lucha, fuerzas hay. Así lo demostraron las enormes movilizaciones como la del 20 de diciembre por los sectores combativos que derrotaron el protocolo antipiquetes de Bullrich, el 24 de enero o el 8 y 24 de marzo, pero también con la contundencia del paro universitaria del 14 y en las distintas asambleas de claustros e inter claustros que se vienen desarrollando en las facultades.

Es necesario convertir la jornada del 23 de abril en una gran movilización educativa que agrupe a los sectores en lucha, Conicet, UEPC Capital, estudiantes, Manuel Belgrano, etc., extendiendo las asambleas por facultades e inter claustros por un plan de lucha que prepare la huelga y las ocupaciones en la UNC.

La asamblea de trabajadores ocupados y desocupados que se va a desarrollar este jueves 18 de abril, convocado por sindicatos combativos, con UEPC Capital a la cabeza, ATE y CTA-A, SUTNA, Químicos y Petroquimicos de Río III y el Polo Obrero junto al movimiento piquetero, entre otros, es una enorme instancia para preparar esta unidad. Más todavía teniendo en cuenta la negativa de las conducciones de la CGT y las CTAs a nivel nacional para convocar un nuevo paro nacional y plan de lucha. Tomemos en nuestras manos la tarea de preparar la huelga general para derrotar a Milei y a sus cómplices.

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