Universidad
15/3/2019
Universidad de General Sarmiento: un presupuesto 2019 de ajuste
Votado por la gestión K y sus consejeros. La izquierda se opuso

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En diciembre del año pasado, en sesión extraordinaria, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), encabezado por la rectora Gabriela Diker, votó de manera unánime el presupuesto 2019 de la universidad, con excepción de los consejeros de izquierda quienes lo rechazamos. Los consejeros representantes del gremio docente Adiungs, y del no docente Apungs votaron a favor de este robo contra la universidad pública.
El “aumento” presupuestario para la UNGS será de apenas un 23% (150 millones de pesos) respecto al presupuesto 2018 que ya había quedado varios puntos por debajo de la inflación. Según el informe que la propia gestión elaboró, si a este 23% de aumento se le quita el aumento de los gastos de mantenimiento que volvieron a dispararse producto de la dolarización de las tarifas, en limpio queda apenas un 19% de aumento. Como en la inmensa mayoría de las universidades, del total del presupuesto, en la UNGS, el 86% se destina a salarios de los y las trabajadoras. Por lo tanto, el presupuesto para becas, investigación, reformas edilicias, apertura de comisiones y un largo etc., está completamente vapuleado y no alcanza estrictamente para nada.
Por ejemplo, la beca de ayuda económica para los estudiantes que se cobra semestralmente equivale (con aumento incluido) a $700 mensuales (¡!). ¿La gestión creerá que con esta miseria se puede garantizar la permanencia de los y las estudiantes en la universidad en momentos de ajuste en el país?
La gestión y sus consejeros son sumamente responsables de este ajuste porque lo votaron a sabiendas que la inflación no sería del 25% como planteaba el gabinete macrista y el ministro de educación Alejanadro Finocchiaro. En diciembre del año pasado los analistas ya configuraban una inflación 2019 que llegaría con tranquilidad a un 40%.
Hay un detalle más: el “aumento” de este año (similar al del año pasado) se sentirá con mucha más fuerza en la UNGS porque el Curso de Aprestamiento Universitario (CAU) que funcionaba como filtro -dejando al 60% de los y las ingresantes afuera- ha cesado de existir como tal. Esto constituye un paso adelante en la lucha diaria del centro de estudiantes en defensa del acceso irrestricto a la universidad pública. Con ello la matricula de la universidad aumentó considerablemente respecto al 2018, contamos con más estudiantes pero con menos presupuesto para satisfacer sus necesidades básicas, como más aulas, más docentes, más personal de limpieza, becas, trabajadores administrativos, etc. Un primer estallido se dio recientemente durante las inscripciones, cuando muchos estudiantes quedaron sin anotarse porque la universidad no cuenta con los recursos necesarios para abordar una inscripción jamás antes vista pero sumamente predecible.
El presupuesto de la misión FMI
En el presupuesto universitario de este año está la mano de la misión FMI. No olvidemos que como pautas para el segundo acuerdo entre Macri y el fondo figura como condición proceder a un ajuste fiscal en toda la línea, esto quiere decir, reducir lo más posible el dinero destinado a educación, salud, planes de vivienda, etc. Su contrapartida es el impulso a universidades privadas, que signifiquen un ahorro al Estado y un negociado a su favor, mientras se avanza contra el derecho de las familias obreras de poder mandas a sus hijos e hijas a la universidad pública. Lo que el gobierno ahorra en salarios, salud y educación, va directo a resarcir el negociado financiero un puñado de capitalistas.
La misión FMI no le compete solo a Macri, es política de Estado para Lavagna, Massa, y el delfín de CFK, Kicillof. Tanto peronistas como kirchneristas le han asegurado al fondo que de perder Macri en las elecciones, serán ellos quienes le paguen dólar por dólar la deuda usuraria al FMI. Claro, a costa del pueblo trabajador. Esta es la madre de las razones por la cual los rectores y las rectoras kirchneristas y peronistas han aprobado en el Consejo interuniversitario Nacional el presupuesto de ajuste de Macri-Finocchiaro. Así ocurrió en la UNGS con el voto a favor de los y las consejeras del kirchnerista Funyp y del Puente (PJ municipal de Leo Nardini).
Enfrentemos con el Ceungs el ajuste
A partir de las reivindicaciones más apremiantes debemos lograr poner al movimiento estudiantil en las calles junto al movimiento obrero peleando contra el ajuste.
El Ceungs, del cual junto a las otras fuerzas del FIT somos presidencia, debe auspiciar las luchas, organizando a los y las estudiantes contra el FMI y el pago usurario de la deuda externa, por el aborto legal seguro y gratuito, la separación de la Iglesia del Estado, y la implementación de la ESI laica y científica; por la unidad obrera-estudiantil contra los despidos, todo el apoyo a los trabajadores de Fate y a su sindicato (Sutna) clasista que pelean contra el intento de la patronal de dejar más de 400 trabajadores en la calle; para tirar abajo el presupuesto educativo y pelear por uno que satisfaga las necesidades de las comunidades educativas, por becas integrales que garanticen la permanencia de los y las estudiantes en la universidad; por el boleto estudiantil gratuito que desde el 2017 está aprobado en la UNGS pero Vidal pretende robarse, el boleto es un derecho elemental para contrarrestar la deserción estudiantil más cuando atravesamos tarifazos permanentes en el transporte.
Tenemos que convocar ya mismo a una asamblea extraordinaria donde diagramemos este plan de lucha hasta ganar, para que la crisis paguen los capitalistas que hundieron al país y al sistema universitario. No vale relegar nuestras luchas como pretende el kirchnerismo en nombre de un recambio electoral. Al ajuste lo derrotamos en las calles, junto a los trabajadores y al poderosísimo movimiento de mujeres el cual no debe esperar nada de aquellos y aquellas que piden unir pañuelos verdes y celestes.
Con este programa El Yunque-UJS/PO sale a organizar al estudiantado curso por curso.