Universidad

13/12/2016

Universidad de La Rioja: abajo la reforma reaccionaria

El 14, movilización contra la Asamblea Universitaria antidemocrática.


El próximo miércoles 14 de diciembre está convocada la Asamblea Universitaria de la Universidad de La Rioja (UNLaR) que deberá votar el proyecto de reforma de estatuto del rectorado de Fabián Calderón. El proyecto fue tratado durante un año por una comisión ad hoc del Consejo Superior que sesionó a puertas cerradas, alejado de la Universidad, con mayoría automática del oficialismo y sin mediar ningún tipo de debate. El dictamen de la comisión se aprobó en el Consejo Superior sin ni siquiera permitir dictámenes de minoría y sin convocar no solo a la comunidad universitaria sino tampoco a los propios consejeros departamentales que ahora deben votar la reforma en la Asamblea Universitaria. 


 


Calderón, que se reivindica del movimiento de la toma, deja de lado que la enmienda de 2014, forzada por la lucha de la primavera de 2013, fue debatida aula por aula en asambleas por claustro y por carrera y se votó en una asamblea de 162 delegados con mandato con amplia mayoría estudiantil. Aquella asamblea, está claro, también votó resoluciones contrarias a la democratización por la que se luchó en 2013. En aquel entonces el Rectorado debió valerse de la cooptación y el apriete de la Secretaría de Políticas Universitarias para lograr su cometido e incluso terminó borrando del texto final de la enmienda a 11 de los 21 puntos votados. Ahora, Calderón directamente opta por saltear toda instancia democrática.


 


El motivo por el que el Rectorado se vale de estos mecanismos es claro: se está votando una reforma absolutamente contraria a toda posibilidad democrática para la UNLaR. El régimen de camarillas montado por el ex rector Enrique Tello Roldán seguirá intacto en tanto todo el co-gobierno seguirá bajo control de camarillas profesorales y se reforzará la figura de gobierno unipersonal mediante el voto directo que además es ponderado, por lo cual el voto de los estudiantes, que somos mayoría, tendrá solo un peso del 30% en la elección. La reforma le otorga al Rectorado toda una serie de atribuciones que preparan las condiciones para desarrollar un nuevo bonapartismo al interior de la universidad, tal como se vivió durante 26 años de Tello Roldán al mando. Por su parte, los requisitos para la presentación de listas para los consejos o para los cargos unipersonales generarán todo un régimen proscriptivo que podría derivar en que en muchos casos solo la lista oficial pueda presentarse.


 


A las cualidades anti-democráticas del estatuto se le suma la continuidad del sistema de financiamiento mediante FUNLaR. La fundación de la Universidad es, desde su fundación, la principal vía de financiamiento para obras de infraestructura y otros gastos "extraordinarios". Es también mediante FUNLaR que hoy se pagan algunos salarios como los de los cursos de idioma y otros que aparecen como "prestadores de servicio". Lo cierto es que FUNLaR siempre ha sido una caja negra que no se controla y a la que se deriva una parte sustancial del presupuesto, haciendo una triangulación que es el símbolo de la corrupción en la UNLaR. FUNLaR es también la recaudadora de todo aquello que se va privatizando: posgrados, cursos de idioma, Hospital de Clínicas. En tiempos en que Calderón impulsa convenios privatistas, como el de Humanidades, que tienen como horizonte la apertura de posgrados pagos, la FUNLaR no tendrá otra función que la de funcionar como caja privatizadora con la excusa del "autofinanciamiento".


 


La Asamblea está convocada un día antes que la de Córdoba, donde se prepara una reforma muy similar que es la punta de lanza para avanzar con una contrarreforma a nivel nacional. Nos movilizamos el 14 contra la reforma reaccionaria para evitar su aprobación. Que se anule todo lo actuado por la comisión ad hoc y se vuelva a iniciar el proceso de forma democrática, con asambleas por claustro y por carrera, sin restricciones y sin intervención de la Secretaría de Políticas Universitarias. Por un verdadero co-gobierno de los consejos con mayoría estudiantil, rechazo al voto ponderado, abajo la FUNLaR y todas las políticas privatistas. ¡Democratización de la UNLaR!