Universidad

7/4/2020

Universidad del Comahue: las clases virtuales, un sistema que se derrumba antes de empezar

El “sálvese quien pueda” de las autoridades.

UJS-vicepresidenta Centro de Estudiantes de Humanidades UNCO

Apenas puestas en ejecución las resoluciones rectorales en la Universidad del Comahue (UNCO) sobre poner en marcha la cursada de forma virtual, se hizo claramente evidente la inviabilidad de este sistema.


En primer lugar, porque no todxs lxs estudiantes podemos acceder a las herramientas tecnológicas (computadora, internet) y a todo otro tipo de requerimientos materiales para poder cumplir con la cursada. Muchxs de los estudiantes son padres o madres, quienes deben decidir, en medio de la cuarentena y el aislamiento, entre dedicarle tiempo a esa clase virtual o atender a sus hijxs.


En el campo de los docentes, el cambio forzado en el método de cursada ha significado un ataque en regla a sus condiciones laborales ya que deben resolver, sin la necesaria experiencia previa, por cuál dinámica optar, aumentando la exigencia laboral, con las sobrecargas y esfuerzos a las que se lxs somete, extendiéndose, inevitablemente, la jornada sin remuneración.


Así, de un día para otro, sin la formación de docentes y estudiantes en un sistema absolutamente distinto al presencial y con requerimientos tecnológicos que puede que ni siquiera los docentes cuenten con ellos, la cursada se convierte en un “sálvese quien pueda”.


Y esto queda meridianamente claro en el caso de las materias de dictado estrictamente presencial, como las dictadas en laboratorios, trabajos de campo, etcétera.


La reciente “recomendación” del Ministerio de Educación de la Nación para que las universidades modifiquen su calendario académico para dar comienzo al ciclo lectivo en junio, tal como ya ha anunciado la UBA, demuestra el fracaso de esta modalidad forzada.


La responsabilidad de las autoridades y el gobierno


Ahora bien, se ha decretado implícitamente la libre decisión para que las universidades, si lo desean, sigan aplicando o no la virtualidad. Lo que a simple vista puede verse es el abandono de las autoridades y el gobierno nacional a la educación utilizando la improvisación.


En este sentido, no podemos esperar que la educación de modalidad virtual cumpla con las condiciones laborales indispensables y contemple las necesidades de lxs estudiantes. Nunca se ha invertido ni un centavo en avances tecnológicos e informáticos en el propio sistema educativo, es por eso que las plataformas como Siu Guarani y Pedco, colapsan o no pueden centralizar las aulas virtuales, los foros de consulta y demás aspectos que se requieren de la mano de la virtualización.


Además, estudiamos en una Universidad donde vemos cotidianamente el derrumbe edilicio de las facultades, la parálisis de las obras de mantenimiento, el desabastecimiento de los comedores, las pésimas condiciones de salubridad e higiene, el hacinamiento en las cursadas, el ataque al salario docente y el avance en medidas privatizadoras de contenidos a través de posgrados pagos.


Además, las autoridades han decidido el cambio en la cursada sin consultar a ninguno de los claustros. Le ha dado la espalda a una deliberación en conjunto con docentes y estudiantes.


Es indispensable la creación de un plan discutido democráticamente sobre cómo continuar el ciclo lectivo. La modalidad virtual no puede ser forzada.


Nuestros planteos


Proponemos que las autoridades de la universidad convoquen a las representaciones docentes y estudiantiles para que la continuación o el corrimiento del cuatrimestre sean consensuados y que no se realice sobre la base de una explotación de los docentes.


Si la universidad quiere realizar algún tipo de cursada virtual debe garantizar previamente el proceso de formación de los docentes en ese nuevo sistema, además de asegurar, para docentes y estudiantes, el acceso a las herramientas tecnológicas necesarias para la efectiva cursada.


Es necesario que la universidad garantice la extensión de becas para lxs estudiantes que trabajan en fotocopiadoras y bares de las distintas facultades hasta que se reanuden las clases presenciales.


Consideramos que la evaluación en este marco, y con todos estos problemas, lleva al bochazo masivo, por lo tanto, esta modalidad no puede ser obligatoria, ni para estudiantes ni para docentes.


Es necesaria la reprogramación de un calendario académico, consensuado con docentes y estudiantes.


La pelea por un aumento de la beca Progresar a $10.000, su acceso automático y sin restricciones, ya que la mayoría de lxs trabajadores informales sin cobertura frente a la pandemia son lxs jóvenes y estudiantes.


Exigimos la respuesta de las autoridades frente a los problemas planteados y que la Federación Universitaria del Comahue, ponga sobre la mesa estas exigencias.


En este sentido le proponemos a las agrupaciones del Frente de Izquierda–Unidad, a todas las agrupaciones independientes del gobierno y las autoridades, y a lxs compañeres activistas, el desarrollo de una campaña común con un plan integral sobre estas bases para la defensa de lxs estudiantes y docentes.