Alrededor de 10.000 docentes y estudiantes en la ciudad de Neuquén y otros 5.000 en Fiske Menuco (Río Negro), marcharon el jueves pasado en apoyo a la huelga docente y en defensa de la universidad pública.

En Neuquén, la movilización fue precedida por la toma de la Facultad de Humanidades y el Rectorado, votada por unanimidad en una asamblea interfacultades. La medida fue llevada adelante por los centros de estudiantes combativos y las agrupaciones estudiantiles de izquierda. En Fiske Menuco, dos grandes columnas de estudiantes y docentes de la Universidad Nacional del Comahue (Unco) y la Universidad Nacional de Río Negro se unieron en el centro de la ciudad luego de movilizar desde sus respectivas sedes.

La conducción de la Federación Universitaria del Comahue (FUC), el Miles y la Cepa-PCR, se ausentó de la asamblea de Neuquén y sólo se hizo presente el día después, impulsando asambleas por facultad, pero no con el objetivo de plegar a más compañeros a las medidas de lucha sino de colocarlos contra los estudiantes en lucha. Fracasaron, pues la simple descripción de la ofensiva del gobierno contra la educación pública bastó para revalidar las medidas de lucha adoptadas por los sectores combativos del movimiento estudiantil. En la asamblea estudiantil de la sede de la Unco en Fiske, por un margen estrecho ganó la moción de la FUC contra la toma de la facultad, aunque sí se votaron diversas medidas de lucha.

El papel conservador de la dirección de la federación está determinado por su alianza con las autoridades kirchneristas de la Unco. El rector Gustavo Crisafulli ha participado de diversas marchas bajo el lema “en defensa de la Universidad pública” y se presenta como opositor a la política universitaria del gobierno de Macri. Sin embargo, él mismo ha sido el ejecutor de toda la orientación privatista al interior de la Unco. Así lo revela su avanzada contra las carreras de grado, habilitando el proceso de acreditación de las carreras a la Coneau en función de adaptar los planes de estudio a las exigencias del mercado; o la firma de convenios con empresas privadas, para dar curso a la política de autofinanciamiento de la Universidad; y el sostenimiento de un esquema de tercerización de los servicios y precarización laboral en la Unco.

Es por eso que Crisafulli, y las agrupaciones estudiantiles que le son tributarias, le temen como a la peste a la irrupción del movimiento estudiantil. Pues la defensa de la universidad pública no sólo plantea derrotar al gobierno de Macri sino también a los rectores, que son quienes ejecutan toda una política privatizadora al interior de las altas casas de estudio. Junto al reclamo de recomposición salarial de los docentes y de aumento de presupuesto, es necesario reclamar por la gratuidad de los posgrados, el financiamiento único estatal de las universidades, la suspensión de todos los convenios con empresas y su revisión por parte de comisiones de docentes y estudiantes electas, y la anulación de la Ley de Educación Superior y la Coneau.    

Las tomas y movilizaciones son expresión de un movimiento que viene en alza y que se planta en defensa de la educación pública. Con la intervención de los sectores combativos a la cabeza se le arrancó a la Federación la convocatoria a una asamblea inter-facultades para el martes 4. Es necesaria la masiva participación de los estudiantes, para poder darle continuidad y profundizar el plan de lucha iniciado. La UJS impulsa la toma generalizada de las facultades de la Unco para la semana en curso, la realización de cortes y piquetes y nuevas movilizaciones hacia el final de la semana.

Es necesario reforzar la lucha en defensa de la educación pública hasta quebrar el ajuste de Macri, los gobernadores y las autoridades.