Universidad

31/3/2020

Universidad Nacional de Quilmes: la cursada “virtual” no garantiza la continuidad pedagógica de todes les estudiantes

Al igual que la gran mayoría de las universidades del país, la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) implementará el método de cursada virtual. Las autoridades informaron que se iniciarán el próximo 6 de abril mediante aulas virtuales.


Al día de la fecha no hay un cronograma estipulado, y no se están respetando los horarios en que los estudiantes se anotaron a cursar, ni tampoco las horas en que los profesores tomaron sus cargos.


Lo mismo sucede con las materias prácticas, las cuales quedan a merced de las posibilidades del profesor de transformar el cronograma de estudio o, directamente, no se cursan.


La cursada virtual deja a docentes en un estado de mayor precarización. No solo no se les brinda las herramientas necesarias para esta nueva modalidad, y tampoco se sabe si van a contar con una licencia quienes se vean imposibilitados a trabajar por las demandas del hogar, como los que son madres y padres, y tienen a sus niñes en las casas.


El Rectorado lanzó una convocatoria para “ayudantes voluntarios”, que hagan un seguimiento y acompañamiento a los estudiantes durante la cursada. Estos “ayudantes voluntarios” serían estudiantes, que trabajarían sin cobrar un solo peso. Detrás del eufemismo de “ayudantes voluntarios” se esconde la superexplotación de la juventud en tareas laborales. Rechazamos el trabajo gratuito de cualquier estudiante o docente. Reclamamos que los mismos sean remunerados como corresponde.


Un aspecto crucial de los límites que implica la cursada virtual en nuestra casa de estudios es la cantidad de estudiantes que no pueden acceder a las herramientas esenciales para esto como internet o computadoras (u otros artefactos tecnológicos que permitan acceder a la cursada). Hay cursos en los cuales solo 6 de 30 estudiantes anotados accedieron al campus virtual.


En estos términos pretender “salvar el semestre” mediante la virtualidad de las cursadas es una utopía o, mejor dicho, una salida improvisada y precaria, que ataca directamente la cursada de cientos de estudiantes que no tienen acceso a esta modalidad, y altera negativamente el trabajo docente.


Nuestro planteo


Si verdaderamente las autoridades de la Universidad quieren “salvar el semestre” corresponde en primer lugar exigir la actualización del presupuesto universitario acorde a las necesidades extraordinarias que impone la pandemia del Covid-19. Impulsar un relevamiento estudiante por estudiante para asegurar que todes tengan las herramientas necesarias para acceder a la modalidad virtual. Y una reorganizacion del calendario académico, discutido por estudiantes y docentes.


Dicha cursada no puede ser obligatoria en ninguna circunstancia, ni para estudiantes, ni para docentes. Los profesores que puedan y quieran acceder a esta modalidad virtual deben tener garantizados el conjunto de sus derechos laborales. Como así también ser proveídos por las autoridades de la capacitación (remunerada) y las herramientas para dar clases virtuales.


Frente al párate económico que afecta más que a nadie a la juventud precarizada o desocupada reclamamos la implementación de un plan de becas extraordinarias en la UNQui que permita que nadie pierda la cursada. Asimismo, reclamamos al gobierno nacional la beca progresar por $10.000 para todo aquel que la necesite.


Los términos en que la UNQui promueve la cursada virtual no representan ninguna salida para les estudiantes. Por el contrario, significa estirar (aún más) la brecha en las desigualdades sociales al interior de la universidad.