Universidad
1/4/2021
Virtualidad 2020 en la Universidad de La Matanza: ¿”exitosa experiencia”?
Un balance para prepararnos ante los nuevos desafíos.
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UJS La Matanza
La Universidad Nacional de La Matanza comenzará un nuevo ciclo lectivo bajo modalidad virtual. Será una continuidad de la supuesta “exitosa experiencia de la virtualidad” de 2020, como la definieron las autoridades de las universidades del Conurbano bonaerense. Frente a este panorama, resulta necesario realizar un balance de la cursada del año pasado, para orientarnos frente a los viejos y nuevos desafíos que la comunidad educativa de la UNLaM encontrará este año.
¿Cómo cursamos en el 2020?
El comienzo de la cursada virtual 2020 fue parte de un “sálvese quien pueda” improvisado y forzado. Sumado a un contexto de crisis económica y sanitaria, formó un combo abrumador para la juventud que tuvo costos importantes, que son silenciados tanto por las autoridades universitarias de la UNLaM como por la conducción del centro de estudiantes Liga Federal/PJ.
El año pasado, las autoridades retrasaron una semana el arranque de las clases para implementar la modalidad. El peso de esta agilización en la continuidad de la cursada recayó en lxs docentes, que debieron adaptar los contenidos de las materias a la virtualidad, así como también en los no docentes que debieron acondicionar la infraestructura digital. El tiempo récord fue acompañado del crecimiento de los horarios de trabajo, sin ninguna recompensa salarial. Una vez comenzado el cuatrimestre, ante el colapso de la estructura digital de las primeras semanas, la universidad informó que “se trató de dar conexión a más de 40.000 estudiantes”.
Cotejando este número con los 60.000 estudiantes que cursaron en el segundo cuatrimestre de 2019, salta que 20.000 estudiantes quedaron por fuera de la modalidad virtual, lo que equivale a una tercera parte de la matrícula. Esa exclusión de miles se corresponde con una brecha digital, que en el Conurbano se expresó muy fuerte en todos los niveles educativos, producto de barrios enteros sin internet y la situación laboral de las familias. Una cantidad considerable de estudiantes arrancó el cuatrimestre pero no lo completó, sea por la dificultad en la adaptación de los contenidos o por situaciones personales, por lo que en realidad casi el 50% del estudiantado quedó fuera de la virtualidad.
La desorganización fue constante, la bronca se expresó por redes sociales, y también con reclamos presenciales por las materias prácticas. En el primer cuatrimestre se cambió el régimen de promoción por una evaluación que funcionaba como un “falso final”. El clima caldeado llevó a que se otorguen ciertas concesiones, como el sostenimiento de la regularidad hasta 2022 o la quita del “falso final” en el segundo cuatrimestre, así como también el regreso en febrero de las prácticas presenciales para carreras de Salud o Educación Física, y la promesa de una introducción gradual de la presencialidad para las prácticas de 2021.
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“Presupuesto acotado” y orientación privatista
Las condiciones que se impusieron con la virtualidad del 2020 y todas sus consecuencias se relaciona con la insuficiencia presupuestaria de la universidad y la arbitrariedad en su ejecución. Esto es admitido por el propio Rectorado, que en un comunicado reciente lamenta contar con un “presupuesto acotado”. Sin embargo, ¡contó con el voto favorable de la UNLaM! Además, se anunció la apertura de tres tecnicaturas aranceladas (Artes Escénicas, Animación y Periodismo Deportivo), que se suman a un menú cada vez más amplio de carreras aranceladas (no hay que olvidar el bochorno de cobrar $60.000 un curso de castellano a estudiantes extranjeros).
La cuenta es clara: las cursadas de las carreras de grado de adaptan al presupuesto acotado, mientras se abren nuevas carreras aranceladas para recaudar. La virtualidad está oficiando como elemento de ajuste en la educación y refuerza esta orientación privatista, excluyendo a los sectores de menos recursos.
Es necesario organizarse por un aumento presupuestario que permita satisfacer nuestras demandas. Además deben democratizarse los órganos de cogobierno universitario para que el conjunto de estudiantes, docentes y no docentes tengamos el control para atender las múltiples necesidades de la comunidad universitaria.
Desafíos
El compromiso de los rectores de todas las universidades con el ajuste quedó plasmado en una declaración oficial replicada en las redes oficiales de la UNLaM. En una nota en la agencia estatal Télam hablaron de una “exitosa experiencia de la virtualidad” en 2020, como argumento para continuar con esta orientación este año. Es una estafa, porque en ningún momento asumen los costos de la imposición forzada de la virtualidad. Estos funcionarios pretenden eludir sus responsabilidades en la exclusión de miles de estudiantes y el deterioro la calidad de la cursada.
Las autoridades son una correa de transmisión de la política del Frente de Todos, que ajusta el presupuesto educativo para pagarle al FMI. La responsabilidad del gobierno nacional -y de todos los gobiernos de las últimas décadas- es ineludible. El alineamiento político de la LFU/PJ con estos bloques llevó a que su único planteo en la primera parte del año pasado sea: “aguantá el cuatrimestre”.
Desde primer momento de la pandemia, desde la agrupación La Comuna aportamos propuestas para que la cursada virtual no fuera un sálvese quien pueda. Intentamos conocer a fondo los problemas que aparecieron para las decenas de miles de estudiantes de la universidad, con lo cual tomamos contacto con una audiencia estudiantil más amplia de la que teníamos.
Está planteada la tarea de seguir desarrollando esta agrupación independiente, para convertirla en una referencia de defensa de los derechos estudiantiles y construir una verdadera oposición al peronismo de la Liga Federal, junto con las fuerzas del Frente de Izquierda – Unidad. Esta premisa será la guía para reforzar nuestra acción. Ahora realizaremos una reunión abierta de La Comuna para que el intercambio entre lxs estudiantes de todos los departamentos lleve a un programa para intervenir este 2021.
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