Ambiente

19/5/2022

21M: movilización internacional contra Monsanto

Todxs al Congreso contra los agronegocios contaminantes, transgénicos y agrotóxicos.

Movilización por el Fuera Monsanto.

Organizaciones ambientales, de la juventud, trabajadorxs y las comunidades afectadas por el agronegocio que envenena nuestros territorios están convocando para el sábado 21 mayo a una movilización mundial de repudio a las multinacionales emblemas de esta problemática, como Monsanto. En la Argentina, la jornada adquiere una importancia muy especial debido a la reciente aprobación de la libre comercialización del trigo transgénico HB4, por parte del gobierno nacional de Alberto Fernández. Reforzando así al capital agrario que depreda los suelos de nuestro país.

El carácter global de la marcha contra los Monsantos implica un cuestionamiento de fondo al régimen social capitalista de saqueo extractivista. El agronegocio, al igual que la megaminería o el fracking para los hidrocarburos, son las formas cada vez más bárbaras para incrementar sus ganancias a costa de la destrucción del ambiente y la salud de la población.

Algunos datos escalofriantes

Según una investigación de Greenpeace, en el año 2018 Europa vendió 81 mil toneladas de pesticidas prohibidos, insumos químicos agrícolas altamente peligrosos. Entre los receptores de estos herbicidas están Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, México, Costa Rica, además de otras naciones en África y Asia.

Es preciso enfatizar que la producción intensiva de cultivos transgénicos con agrotóxicos consumen y contaminan millones de litros de agua, amenazando este recurso estratégico ante el calentamiento global y la severa crisis hídrica. A su vez, este tipo de modelo necesita de la deforestación de miles de hectáreas de bosque nativo, para expandir la frontera agropecuaria. Cómo botón de muestra, en las últimas décadas en Latinoamérica se han arrasado con más de 45 millones.

América Latina encabeza junto a Estados Unidos el consumo mundial de agrotóxicos. Con 1.000 millones de litros por año, Brasil es el Estado del mundo que emplea más pesticidas en su agricultura. El 70% de los alimentos consumidos en este país tropical está contaminados por los agrotóxicos, cada brasileño consume anualmente una media de 7,3 litros de plaguicidas.

A lo largo de 24 años, el modelo del agronegocio avanzó imponiéndose en Estados Unidos y posteriormente en Argentina (bajo el gobierno de Menem y a través de su entonces secretario de Agricultura Felipe Solá), Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia. Paralelamente, en la región, la posesión de la tierra se concentró de forma dramática, con el caso extremo de Paraguay, donde el 3% de los productores concentran hoy el 85% de la tierra. De esta forma, ha crecido la extranjerización y la producción no diversificada de la tierra.

Al mismo tiempo, creció la transnacionalización del mercado. En Argentina, por ejemplo, el comercio exterior está en manos de los monopolios del complejo agroexportador y sus puertos privatizados. Vías para que los dólares se fuguen para la especulación financiera, y, a su vez, una fuente de ingreso de divisas que el gobierno necesita para el pago de la deuda al FMI, ajustando al pueblo trabajador.

En términos de impactos en la salud humana, diversos estudios han demostrado que los pesticidas se encuentran presentes en la tierra, el aire, el agua, los alimentos e incluso en sangre. Las comunidades ven cotidianamente cómo se multiplican los casos de cáncer, los abortos espontáneos y los nacimientos con malformaciones. Recordemos que en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y humanos. Para peor, en la biotecnología para diseñar los transgénicos se usan agrotóxicos incluso más nocivos que el glifosato, como el glufosinato de amonio.

Por último, entre 2009 y 2013, Paraguay quintuplicó su importación de agrotóxicos (de 8 a 43 millones de kilos). Por su parte, Uruguay emplea de manera abundante peligrosos herbicidas. En este país el 97% de las frutas y hortalizas que se consumieron entre noviembre de 2015 y agosto de 2016 presentaba residuos de plaguicidas, según datos de la Intendencia de Montevideo. En cuanto a Argentina, esta tiene un alto consumo de glifosato y aplica cerca de 800 millones de litros por año, produciendo contaminación de ríos y fuentes de agua.

Luchemos contra esta barbarie

No solo en la Argentina las comunidades luchan tenazmente contra los pulpos del agro y las semilleras (que pretenden las patentes para colonizar el campo). Sino también en el resto del mundo, por ejemplo en México (el país símbolo del maíz) lograron arrancar el compromiso de la erradicación del glifosato a fines del 2024 al igual que en Alemania para el 2023. Sin embargo, los lobbys agrícolas son muy fuertes y presionan a los gobiernos cómplices.

Redoblar la movilización popular es clave para lograrlo. En nuestro país reforcemos ese camino para expulsar a Monsanto, a todos los contaminadores del agro que representan un modelo productivo inviable. Desde Tribuna Ambiental y el Partido Obrero planteamos una salida de fondo por una producción que asegure una alimentación suficiente y saludable a las mayorías trabajadoras y en armonía con la naturaleza.

Con esta caracterización es que llamamos a movilizarnos fuerte este 21 de mayo, citandonos frente al Congreso.

Basta de agronegocios contaminantes, transgénicos y agrotóxicos. No al trigo y la soja HB4. Fuera Monsanto, Bayer, Syngenta.

 

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