Nuevos focos de incendio están azotando nuestras sierras, favorecidos por las altas temperaturas y una sequía prolongada. Si bien en algunos parajes varios focos se encuentran extintos, el fuego de la zona de Tala Cañada ha develado una gran cantidad de material combustible y la precariedad de los recursos para combatirlo, lo que produjo reinicios. Este foco obligó, anoche, a que se evacuen a más de 50 pobladores, entre ellos niños y adultos.

En este marco, se viralizó un audio en el que un vecino, desesperado, denuncia el abandono del Estado: “se fueron los bomberos, somos siete peleando, cuidando dos casas” exclama. Los brigadistas que luchan contra el fuego, ante un Estado que no da respuesta, denuncian, al igual que las asambleas ambientales, que los incendios son intencionales, provocados para garantizar los negociados del agronegocio y la especulación inmobiliaria.

En particular, el foco que quema parte del departamento Punilla se da en el lugar donde se ejecuta el trazado de la ruta 28, que es para los capitalistas una vía de transporte para saquear los recursos naturales de nuestra provincia.

Los incendios son una consecuencia de la política del gobierno provincial para garantizar negocios. Pero esto no solo sucede en Córdoba. Días atrás, el fuego azotó a la provincia de Salta, producto de la quema de cañaverales de la empresa Seabord Corporation, propietaria del ingenio.

 

Los recursos de nuestro país están siendo entregados a los grandes capitalistas, que junto a sus gobiernos sostienen una política de depredación ambiental sobre todo el territorio.

La agenda que dicta el FMI no solo representa más ajuste, sino una avanzada sobre el territorio a fuerza de incendios y contaminación para traer los dólares necesarios para pagar la deuda y garantizar negociados.

Vamos por una movilización independiente para frenar las políticas de depredación ambiental. Exigimos la prohibición de cambio de uso de suelo y que su control pase a manos de las asambleas populares y ambientales, y reclamamos que se destinen los recursos necesarios para enfrentar los incendios.