Ambiente

24/4/2021

Dos cartas al presidente reflejan dos orientaciones en pugna en el movimiento ambiental

Una de lucha y otra de conciliación.

El jueves 22 fue el Día de la Tierra, que conmemora aquella histórica movilización de 1970 que dio origen al movimiento ambiental a nivel internacional. Las organizaciones socioambientales que se encuentran en lucha, nucleadas en la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, convocaron a una concentración en la Plaza de Mayo para realizar un acto denunciando la depredación y entregaron una carta dirigida al presidente. El mismo día se realizaba también la Cumbre de Líderes sobre Cambio Climático convocada por Joe Biden, de la cual participó Alberto Fernández y hacia la cual distintos agrupamientos que se han ido integrando al Estado -como Jóvenes por el Clima y EcoHouse- difundieron también una carta abierta dirigida al mandatario.

El texto entregado por la Coordinadora BFS denunció la persecución política a los luchadores ambientales y exigió la liberación inmediata de todos los detenidos en Andalgalá. La carta sentencia “Guernica es un ejemplo de violencia de Estado ejercida hacia los más vulnerables, aquellos que serán las primeras víctimas de las catástrofes ambientales que se avecinan si no cambiamos el sistema ahora. Enfatizamos: no a la criminalización de la protesta. La lucha no es delito”. Estos reclamos fueron omitidos en la misiva impulsada por Jóvenes por el Clima, la cual tampoco exigió el cese del avance megaminero en Chubut.

Ambas cartas pintan de cuerpo entero los debates que atraviesan al movimiento ambiental, en una etapa de recrudecimiento de la depredación capitalista. Mientras la Coordinadora BFS expresó que “nos sobran los motivos para estar en las calles a pesar de la situación de emergencia sanitaria en relación al Covid-19, ya que la raíz de esta pandemia, como toda de origen zoonótico, tiene un origen en la depredación ambiental que el modelo extractivista desarrolla desde hace décadas y que usted está profundizando con cada acción que toma este gobierno”, la agrupación oficialista declaró que “quedamos a disposición para trabajar en conjunto por una política climática transparente”; una total adaptación al régimen.

De cara a la cumbre Jóvenes por el Clima expresó que “Argentina se encuentra ante la oportunidad histórica de alzarse como país referente de una transición verde y justa para la región y el mundo”, y llamó a “la restructuración de la deuda externa argentina, proponiendo invertir ese dinero en medidas de mitigación de gases de efecto invernadero y adaptación al cambio climático”. Es decir que ignoran (o fingen ignorar) que el rescate de la deuda se lleva a cabo mediante ajuste fiscal, tarifazos y saqueo de los recursos del país, porque es finalmente uno de los mecanismos del sometimiento nacional al imperialismo y a los pulpos multinacionales. Precisamente por eso Alberto Fernández pretende recaudar los dólares para el repago mediante la megaminería y los agronegocios también contaminantes,

En contraste, la Coordinadora BFS manifestó que “dado su público apoyo [al agronegocio, el fracking y la megaminería], absolutamente nada demuestra y hace pensar que la Argentina cumplirá con las metas fijadas de carbononeutralidad para 2050”, y agregó que “el colapso climático y ecológico que Usted y el Ministro de Ambiente Juan Cabandié conocen, y aceptan, parece no ser suficiente para que deje de gobernar para el beneficio de las megacorporaciones y el pago de una deuda ilegítima, y no a favor del pueblo, del agua, de la vida y de los ecosistemas”.

Ambas cartas reflejan posiciones políticas claras. Jóvenes por el Clima y EcoHouse apuestan a un “ambientalismo popular” en consonancia con la política discursiva del ministro Cabandié, que opera como justificativo de su integración al gobierno. Pero la depredación no es el producto de una supuesta ausencia del Estado (reversible mediante sanción leyes y creación de ministerios), sino de un régimen de saqueo que se expresa en política de Estado. Como no se puede estar de los dos lados del mostrador, las movilizaciones contra el acuerdo porcino con China, la megaminería o las quemas de bosques y humedales dieron origen a la Coordinadora BFS, que nuclea a las organizaciones socioambientales independientes.

Desde Tribuna Ambiental y el Partido Obrero llamamos a todos los activistas ambientales y las organizaciones que luchan contra la depredación que promueve el gobierno nacional, a debatir estas conclusiones. La pelea por mantener la organización ambiental en el terreno de la independencia política es fundamental. La complicidad de Jóvenes por el Clima y EcoHouse ante la avanzada depredadora del gobierno debe ser contrarrestada en las calles, que es donde se define esta pelea.