Ambiente

22/7/2021

Jóvenes por el Clima, ¿el ambiente se defiende apoyando las listas del gobierno?

En un comunicado llaman a respaldar la candidatura de "Jackie" Flores dentro del Frente de Todos.

A través de un comunicado, Jóvenes por el Clima convoca a apoyar la candidatura de “Jackie” Flores, militante del MTE de Juan Grabois, dentro de las listas del Frente de Todos. ¿Ese es el camino para defender las causas ambientales?

La integración de esta organización al gobierno nacional ya se había consumado mediante su participación en el Ministerio de Ambiente, bajo la órbita de Juan Cabandié. La creación de una dependencia ministerial era presentada como el remedio a la depredación ambiental que originó en 2019 importantes movilizaciones juveniles, de las que Jóvenes por el Clima participaba como organizadora.

Sin embargo, a pesar del discurso “verde” del ministro y del propio Alberto Fernández en las cumbres internacionales por el clima, el balance tras un año y medio de mandato es lapidario: apuesta a habilitar la megaminería contaminante en Mendoza, Chubut y Andalgalá; aprobó el primer trigo transgénico para favorecer el agronegocio, intenta sellar el acuerdo con China para instalar las granjas porcinas, subsidia el fracking. La explicación de esto es sencilla, y es que el eje de la orientación oficial pasa por recaudar los dólares necesarios para cumplir con el repago de la deuda externa y al FMI, los cuales provendrán de las exportaciones de estas ramas.

Producto de su incorporación al gobierno, Jóvenes por el Clima terminó por ausentarse de todas las jornadas de movilización que a lo largo y ancho del país ganaron las calles para defender el ambiente y las condiciones de vida de la población, en la medida en que estas tendían a chocar directa o indirectamente con la política oficial, y mostraban al Ministerio como una vía muerta para que se atiendan estas problemáticas. El hecho de que se hayan excusado de movilizar por la situación sanitaria de la pandemia solamente revela una decisión vergonzante y difícil de defender de cara al movimiento ambiental.

Estas limitaciones se mostraron en la propia experiencia que derivó en el acercamiento de Jóvenes por el Clima con la organización de Grabois, en ocasión del conflicto de Dolores Etchevehere en la disputa por la herencia de su clan terrateniente. Aquel apoyo a la “legítima heredera”, hoy candidata a diputada por el Frente de Todos en Entre Ríos, terminó con el desalojo a la granja agroecológica que había instalado el MTE, mientras el gobierno nacional se despegaba afirmando que defendía la propiedad privada.

La frustración de aquella experiencia era previsible, y no solo por la presión de la oligarquía terrateniente sino de todo el esquema de promoción de los agronegocios. Es también el interés que llevó a que en plena pandemia los desmontes fueran récord, se hiciera la vista gorda ante los incendios de la Patagonia, el Delta o las sierras cordobesas, y se cajoneara la Ley de Humedales. Es también lo que se vio en el recule bochorno en la intervención de Vicentin, que dejó en off side a todos lo que aseguraban que era una cruzada en defensa de la “soberanía alimentaria”. Lo mismo vale para la mantención de la concesión privada de la Hidrovía.

Lo que Jóvenes por el Clima tiene en común con Grabois es que la integración al Estado lo coloca de espaldas a los reclamos que dice representar. Por eso en un país con la mitad de la población bajo la línea de la pobreza y con un desempleo en alza, las masivas movilizaciones de desocupados corren por cuenta del Polo Obrero y la Unidad Piquetera, mientras las organizaciones como el MTE y el Evita ocupan los sillones del Ministerio de Desarrollo Social. En estos términos, la “economía circular” que pregona Grabois, formulada como una salida a los problemas sociales y ambientales, no es más que el afianzamiento de la precarización laboral, cuando miles y miles salen a las calles exigiendo trabajo genuino.

Lo que se evidencia es que el problema no era tener un “Estado presente”, sino terminar con todo un régimen de saqueo de los bienes naturales y las riquezas del país, que es ciertamente una política de Estado común a todos los que se sucedieron en el poder. La cooptación estatal es un recurso para dividir al movimiento de lucha o absorber una parte de él, pero nunca una palanca de desarrollo del mismo ni de realización de sus reivindicaciones fundamentales.

Las organizaciones socioambientales, asambleas regionales y el activismo que viene luchando por el agua, contra el acuerdo porcino, las mineras, el fracking, los agrotóxicos y la especulación inmobiliaria, debe sacar conclusiones de la integración política de Jóvenes por el Clima y el incumplimiento del discurso “sustentable” del gobierno. Se demuestra una vez más la importancia de que el movimiento ambiental defienda su independencia política de los que hundieron y saquearon al país durante las últimas décadas, sometiéndolo a la miseria y el hambre. La Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, que se constituyó como un frente único de lucha, expresa la conciencia de seguir esta pelea en las calles.

Además de impulsar cada acción de lucha, desde Tribuna Ambiental y el Partido Obrero llamamos a apoyar al Frente de Izquierda – Unidad, que representa una alternativa al régimen de los depredadores del ambiente y levanta un programa para terminar con el saqueo de los bienes naturales y el pago de la deuda externa.