Ambiente
27/11/2024
Las lluvias en Córdoba y la destrucción ambiental
En una provincia con solo un 3% del bosque nativo, y en la que en los últimos meses se quemaron alrededor de 90 mil hectáreas, no es extraño que esta sea la situación.
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Luvias e inundaciones en Córdoba.
Las lluvias llegaron a Córdoba y con ellas las calles anegadas, los barrios colapsados y el corte de vados y puentes. Localidades como Villa Los Aromos quedaron aisladas. Año tras año, este patrón se repite, pero no se trata de un fenómeno natural inevitable: en una provincia donde apenas queda el 3% del bosque nativo y en los últimos meses se quemaron alrededor de 90 mil hectáreas, no es extraño que esta sea la situación. Es el resultado directo de una política de décadas que, en favor del desarrollo inmobiliario y el agronegocio, ha depredado sin pausa los ecosistemas esenciales de la región.
Las inundaciones no son una excepción sino parte de la regla en esta crisis hídrica en constante agravamiento. El crecimiento urbano que responde a las necesidades de los negocios inmobiliarios, sin planificación ni obras de infraestructura que garanticen el acceso al agua y servicios básicos como cloacas, ha desembocado en lagos y arroyos fuertemente contaminados. Los vertidos industriales y el uso indiscriminado de agroquímicos solo agravan esta realidad, envenenando el agua y devastando los recursos naturales que deberían protegerse.
La reciente aprobación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (Rigi) en Córdoba profundizará aún más esta crisis. Con el Rigi, el camino queda despejado para que se multipliquen los proyectos extractivistas, llevando la devastación hasta áreas de reserva como la Bamba. Córdoba, en lugar de dar un giro hacia la sostenibilidad, avanza hacia un futuro de mayor depredación ambiental y consecuencias irreparables. Milei y Llaryora comparten no solo la aplicación de una política de ajuste contra los trabajadores sino también de destrucción ambiental en beneficio de los capitalistas.
Es en este contexto que el rol de las organizaciones y asambleas ambientales se vuelve fundamental. No alcanza con pequeñas victorias aisladas; es necesario construir un frente único, superar la fragmentación, y articular una lucha común que una a docentes, estudiantes, jubilados, trabajadores y organizaciones sociales. Porque la crisis ambiental y social son parte de la misma política que afecta a las grandes mayorías, y solo con unidad y determinación se podrá enfrentar la embestida del gobierno y sus aliados.
Como planteó Berta Cáceres, activista hondureña, “el capitalismo es incompatible con la vida y la naturaleza”. En Córdoba, como en tantos otros lugares, esta afirmación resuena con más fuerza que nunca. Si el sistema destruye el ambiente, es momento de enfrentarlo.
En ese sentido, es necesario establecer una deliberación colectiva en función de un plan de lucha por los reclamos populares pendientes. En este punto, los reclamos relacionados con el ambiente crecen como consecuencia de la política de quienes gobiernan, que necesitamos enfrentar desde las bases, en la perspectiva de la huelga general. Fuera Milei y todos sus aliados ecocidas.