Vecinos de la localidad de Jáuregui presentaron tres denuncias en la Comisión de Salud y Medio Ambiente del Concejo Deliberante de Luján, "referidas a fumigaciones con agrotóxicos y la circulación de camiones y maquinaria agrícola" (El Civismo, 20/8).

Entre el año pasado y el presente, han sido reiterados los llamados de pobladores de diversos barrios como Lezica, Sarmiento y Padre Varela o las localidades de Open Door y Pueblo Nuevo para avisar de la presencia de tractores (mosquitos) en campos aledaños listos para fumigar o que circulaban en pleno casco urbano.

El alerta vecinal tiene su justificación. Fue tras una formidable lucha de organizaciones sociales y ambientales, que a mediados del año 2011 se sancionó la ordenanza municipal N° 5953 de regulación del uso y manejo de agroquímicos. La normativa local establece, entre algunas medidas, la prohibición de las fumigaciones aéreas (que son las que más dispersan el veneno), las fumigaciones terrestres a una distancia mínima de 500 metros de los poblados (los especialistas recomiendan al menos 2.000 metros) y zonas de protección como escuelas, centros de salud, cursos de agua y reservas naturales. Además, obliga a los aplicadores a inscribirse en un registro para ser habilitados para tales tareas. La reglamentación prohíbe expresamente la circulación de vehículos que transporten agroquímicos dentro de los radios urbanos del distrito y, solo si es en caso de fuerza mayor, pueden hacerlo con los tanques de carga vacíos.

En el transcurso de estos años, sin embargo, la ordenanza se cumple poco y nada. La responsabilidad de controlar la situación recae en los vecinos de los lugares afectados, que denuncian todas las irregularidades. En la pasada gestión, el exintendente macrista Oscar Luciani se regía por el lobby de la Sociedad Rural de Luján para dilatar la promulgación de la norma.

En el actual mandato de Leonardo Boto, del Frente de Todos, apenas pocas intervenciones de oficio se realizaron para frenar fumigaciones en algunos barrios, amén de que hubo casos graves de aplicaciones de agrotóxicos desde avionetas, de mosquitos en cercanías de una escuela en el límite de los partidos de Luján y General Rodríguez y un constante desfile de camiones o máquinas cargadas de químicos para uso agrícola en pleno pueblo de Jáuregui. En definitiva, el Estado actúa como cómplice de la voracidad del gran capital agrario.

Desde Tribuna Ambiental y el Partido Obrero somos partícipes, desde aquel entonces, del movimiento de lucha que arrancó la ordenanza 5953/11 y hoy hacemos un llamado a los vecinos, a la juventud y a las organizaciones ambientalistas para impulsar nuevamente un plan de acción por el cumplimiento efectivo de la normativa local y por el resto de los reclamos como la erradicación del basural, la clausura de la termoeléctrica o de las obras el Río Luján. En síntesis,  necesitamos reactivar la lucha por la elemental defensa de la salud y el ambiente para las mayorías trabajadoras lujanenses.

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