Ambiente

16/2/2022

Carta abierta

Más de 300 científicos y científicas contra la explotación petrolera offshore en el Mar Argentino

Refutan el discurso oficial que promueve la depredación ambiental.

Más de 300 científicas y científicos hicimos pública una carta abierta en que se denuncian los riesgos asociados a la explotación offshore de petróleo en el Mar Argentino. El texto surge como un posicionamiento colectivo contra el avance de las políticas de saqueo y depredación ambiental en nuestro país, a la vez que responde a la declaración publicada por el agrupamiento de científicos oficialistas CyT Argentina, quienes respaldaron el proyecto impulsado originalmente por la gestión de Macri y aprobado finalmente por el gobierno de Alberto Fernández.

La carta refuta la pretensión de plantear el proyecto “como una continuidad de la explotación hidrocarburífera en nuestro país”: actualmente las perforaciones se realizarse entre los 100 y los metros de profundidad, mientras que el proyecto contempla perforaciones de hasta 4.000 metros de profundidad. Explica que “este tipo de actividad se considera extrema, pues implica un aumento en los riesgos y posibles impactos de cualquiera de las tareas involucradas”. Además, plantea que las detonaciones utilizadas afectarán al conjunto de la fauna, desde los mamíferos hasta el plancton pasando por reptiles, aves, crustáceos y cefalópodos y que la instalación de las plataformas implicará una contaminación acústica y lumínica constante que también alterará el ecosistema marino.

Desde el gobierno y sus científicos acólitos se pretende hacer creer a la sociedad qué la actividad de explotación offshore está avalada por estudios científicos. Sin embargo, el conjunto de los estudios realizados muestra altísimos riesgos lo que se suma a los gravísimos accidentes de contaminación del sector con derrames como los que han ocurrido solo en los últimos meses en Tailandia, Perú y Ecuador. La carta denuncia que muchas de las mismas empresas adjudicatarias del concurso público son responsables de derrames en otros países y jamás pagaron ninguna compensación ni asumieron ningún tipo de responsabilidad por los desastres ambientales generados.

De esta forma una parte de la comunidad científica sienta posición y se coloca en la misma vereda que las luchas ambientales y populares en curso, rechazando el intento del gobierno y sus acólitos de infantilizar y ridiculizar la lucha ambientalista en defensa de los territorios mediante un falso discurso cientificista. Los firmantes advertimos además que quienes se presentan como portavoces únicos de la comunidad científica no representan verdaderamente al sector, donde se registra un amplio rechazo hacia estas prácticas -algo que se refleja en el gran apoyo recogido por el documento, que a pocas horas luego de publicarse ha triplicado sus firmas.

En este sentido señalamos que urge un amplio debate colectivo hacia el interior del sector científico, que pueda cuestionar las políticas científicas que hoy están al servicio de acrecentar las ganancias de las empresas y no de resolver las problemáticas de las mayorías populares. Esta verdadera política de Estado en marcha, que “trasciende gobiernos e intenta silenciar los disensos”, plantea a la ciencia como un apéndice de las grandes corporaciones, supeditando las líneas de investigación a las necesidades del capital.

En las últimas horas se ha sumado también a apoyar el proyecto de exploración offshore el exministro de Ciencia, Roberto Salvarezza, con el argumento de que es lo que necesitamos para salir de la pobreza. Este argumento no resiste el menor análisis, considerando las experiencias previas donde los únicos que aumentaron sus ganancias fueron las empresas privadas. La falsa dicotomía entre desarrollo y ambiente oculta también que el desarrollo es el de unos pocos y está basado en el sacrificio del pueblo trabajador y la destrucción ambiental. Las empresas involucradas en las actividades extractivistas fugan la mayoría de los dividendos al exterior, generan escasos puestos de trabajo y presionan permanentemente por una mayor flexibilización laboral, cuando tenemos ya una gran cantidad de accidentes laborales en Vaca Muerta. El mismo saqueo sucede en la megaminería o el agronegocio.

En medio de una crisis mundial sin precedentes, la lucha contra la depredación ambiental resulta más crucial que nunca. Los partidos patronales han cerrado filas en defensa de la explotación offshore (como antes lo hicieron respecto de la soja transgénica asociada a agrotóxicos o la megaminería contaminante). No existen grietas cuando se trata de someter al país a nuevos saqueos coloniales a la medida de las exigencias del FMI. La lucha del pueblo de Chubut contra la zonificación minera, como antes la del pueblo de Mendoza en defensa del agua, marcan el camino. El Atlanticazo suma ahora un importante respaldo de la comunidad científica para decirle no a las petroleras en el Mar Argentino.

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