Correo de lectores
23/2/2019
Jóvenes en huelga en Europa por el clima
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N. R. Círculo de Secundarios San Isidro
El año pasado, y en particular en los últimos meses, comenzaron a darse en varios países europeos importantes protestas estudiantiles para obligar a los gobiernos de turno a tomar cartas en el asunto sobre el cambio climático.
Este movimiento comenzó a levantar vuelo el año pasado, cuando Greta Thunberg, una estudiante de 14 años decidió no ir a la escuela los viernes para protestar frente al parlamento de su país porque ni los capitalistas ni el gobierno estaban reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero pactado por el acuerdo de París. Es así como ella convocó a sus compañeros y estudiantes de otras localidades a movilizarse. Su punto cúlmine fue el 15 de febrero, cuando los y las jóvenes estudiantes de 30 ciudades en Inglaterra se sumaron a su protesta, consiguiendo que 10.000 estudiantes en todo el país se movilizaran.
“¿Para qué ir a la escuela si no tengo futuro?”
El fracking, las emisiones de CO2, la sobreproducción de carnes, los agroquímicos, las bajas o nulas regulaciones industriales en el mundo. Todo en beneficio de los grandes capitalistas, ¿qué le quedará a la juventud en el futuro? Cada día verificamos la acentuación de los climas extremos.
Hemos observado también los deshielos de los glaciares de Argentina y el mundo. Incluso han llegado a haber migraciones de osos polares en Rusia por culpa del deshielo en el Ártico.
El doctor Diego G. Miralles, profesor en Hidrología y Clima en la Universidad de Gante (Bélgica) es muy claro en este punto: “Los datos científicos no dejan lugar a dudas: el cambio climático se ha acelerado desde la era industrial”, “a día de hoy, el único modo realista de paliar las consecuencias del calentamiento global es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero” (National Geographic - España).
No hace falta ir muy lejos. En Argentina, Vaca Muerta, el negociado de Chevron que comenzó con el kirchnerismo y ahora sigue con el macrismo, ya causó sismos de magnitud 4 y más en los pueblos cercanos, destruyendo las viviendas que no están preparadas para soportarlos, ya que previamente al fracking no existían estos peligros.
La crisis capitalista y el cambio climático
La guerra comercial entre China y Estados Unidos puso de relieve que no está en los intereses capitalistas cuidar el medio ambiente. En China se encuentran las ciudades con mayor contaminación ambiental en el mundo. EE.UU hace poco decidió irse del acuerdo de París aludiendo que acabaría la “guerra contra el carbón”, esto es quitar las restricciones a las empresas privadas.
La crisis de sobreproducción, la competencia entre los grandes monopolios industriales y la aparición de nuevos regímenes con tendencias fascistas -como los Bolsonaro y los Trump-
que hacen fila para salvaguardar al gran capital ponen en peligro el medio ambiente. Un ejemplo de esto es el aval de Bolsonaro a los empresarios agrícolas para deforestar zonas protegidas del Amazonas, que junto con el uso de agrotóxicos pondrán en peligro a las comunidades indígenas y agrícolas de la zona.
La solución no está en, como individuos, consumir menos luz, agua y plástico. Un ejemplo claro, la industria de la carne consume 4664 litros de agua por cada 266 gramos de carne (un corte promedio). La solución se encuentra en una economía sustentable planeada estratégicamente por un gobierno de trabajadores.
En conclusión, y así como lo dicen los estudiantes ingleses, si este sistema no da respuesta a la catástrofe climática, debemos buscar otro que lo haga. Por el socialismo. Impulsemos acciones para este 15M, y sumémonos a una nueva instancia de movilización internacional en defensa del medio ambiente.
#YouthStrike4Climate
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