Cultura

4/8/2025

La Boca

Caminito pintado de negro a pedido de Netflix

Darkminito.

De forma sorpresiva, la mítica esquina de Magallanes y Del Valle Iberlucea amaneció, el viernes 1 de agosto, con sus paredes pintadas de color negro. El fin, publicitar una nueva temporada de la serie Merlina, transmitida por la aplicación Netflix. 

De este modo, el famoso y colorido Caminito pasa a ser Darkminito gracias a la aprobación del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El mismo ente a cargo de desalojar y reprimir a los artesanos, vendedores ambulantes y artistas populares entrega el espacio público a los ceos empresariales. Lo de Netflix es un caso que sirve como ejemplo, como así también la propagación de kiosquitos gastronómicos, merchandising y turísticos. 

“Incluye el pintado de frentes de esa cuadra (Magallanes) para crear una experiencia artística inversiva. Se vivirán distintas experiencias y decorados, así como una orquesta tocando tango con personajes de Merlina bailando, otra donde la protagonista toca el violoncelo, un espacio para fotos y actividades familiares durante las vacaciones de invierno” explican voceros de la gestión Jorge Macri (Pro) para el diario Clarín (01/08), aunque parece más un representantes comercial de la plataforma o de la productora de la serie. Todo esto mientras cierra, clausura y persigue a los centros culturales independientes. 

Jugando con el verde, amarillo, naranja, rojo, azul entre otras gamas de la paleta de colores, en 1959, Benito Quinquela Martín creó un museo a cielo abierto en su barrio natal de La Boca, expresando la bohemia y diversidad cultural, producida por la llegada de una alta ola de trabajadores inmigrantes especialmente venidos de Europa, perseguidos por la guerra y los gobiernos fascistas, en la primera mitad del siglo XX.

Víctor Fernández, director del Museo Quinquela Martín explica que “Hay tres grandes rasgos que definen a barrio: el ejercicio cotidiano de la solidaridad, porque los inmigrantes que llegaban creaban asociaciones de socorro mutuo; bomberos voluntarios o bien instituciones que hacían más fácil la llegada del inmigrante. Segundo, se trataba de un barrio de trabajadores, y tercero era un lugar donde estaba muy presente el ejercicio del arte. Arte solidaridad y trabajo definían a La Boca que conoce Quinquela. Este pintor siempre se reconoció como un trabajador del arte, porque a él le gustaba decir que solo había cambiado su herramienta pero que se levantaba a pintar a la misma hora que los obreros lo hacían en el puerto” (Perfil, 03/03/2019).

Detrás de las chapas y paredones pintados de vivos colores, sobreviven centenares de familias trabajadoras, hacinadas en paupérrimas condicionales habitacionales, hacinados. En conventillos amenazados de incendios y desalojos, de forma cotidiana. A la par, el ejecutivo de la ciudad entrega terrenos a los especuladores inmobiliarios. 

La transformación de Caminito en una vidriera marketinera es parte del vaciamiento sistemático del espacio público, donde se desaloja a quienes viven y trabajan en el barrio para dar paso al lucro empresario. La Ciudad funciona como una gran plataforma de negocios para los capitalistas, y como campo de expulsión para trabajadores, artistas y vecinos. Frente a esta avanzada, es necesario organizar una defensa activa del patrimonio popular y de quienes lo sostienen día a día, con lucha y con trabajo.

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