Cultura

25/8/2022

De sueños, petróleo, explotación, masculinidad y fantasmas

A partir de una explosión y de su historia familiar, Sebastián Zanzottera se sumerge en su corto “Fuego en el mar” en las heridas del país.

“Fuego en el mar” logra entretejer una plétora de cuestiones

“El 2 de julio de 2021, una bola de fuego incendiaba el mar: la ruptura de un gasoducto marino cerca del Golfo de México”. Estas palabras precisan lo que vimos y seguiremos viendo en los primeros minutos de “Fuego en el mar”, cortometraje dirigido por Sebastián Zanzottera y producido por el colectivo Antes Muerto Cine, que en estos días se podrá ver en el festival Doc Buenos Aires y en el de General Pico (La Pampa).

Una bola de fuego traída a nosotros primero en fotos y luego en 3D, una imagen demasiado propicia para una pieza que habla de aquello que emerge desde lo profundo. Flamante director, Zanzottera vuelca su voz en subtítulos para contarnos cómo esa bola de fuego despertó en él un sueño alrededor de fotos que su papá, trabajador de Gas del Estado, había tomado en una planta de gas y petróleo en la estepa patagónica en 1982. De acá emprendemos un viaje que no deja de sorprender. Es que por su naturaleza lúdica y desinhibida, por la sensibilidad e inteligencia con que está edificado, “Fuego en el mar” logra entretejer una plétora de cuestiones -masculinidad, explotación, extractivismo, destrucción capitalista del ambiente y de los cuerpos- en una experiencia envolvente de la que salimos transformados.

Cruzando el trabajo de archivo con la recreación 3D y un impecable trabajo sonoro, el film atraviesa de forma onírica una triple ausencia: la de las largas estadías laborales fuera de casa, la de empresas estatales disueltas por la privatización y la de la temprana muerte de su papá a los 56 años. En diálogo con Prensa Obrera, el director señala esta última, sucedida en 2014, como un punto de origen posible para el corto: “desde ahí fui haciendo un duelo, sacando conclusiones y viendo cómo el trabajo hace mierda a la gente y no deja que se jubile”.

Así es que “Fuego en el mar” resulta una exploración hamletiana: la muerte del padre demanda respuestas, y el metraje se vuelve a la historia para responderlas. Volvemos entonces cien años, hacia la fundación de YPF, cuando el general Mosconi dota de atribuciones heroicas a los trabajadores de las empresas extractivas estatales, para ver cómo esa construcción de masculinidad se anuda con una explotación que devendrá en privaciones, precariedad y finalmente despidos.

En este cruce entre género, clase, Patagonia e industria extractiva, el corto traza un vínculo estrecho con Río Turbio, reciente documental sobre el papel de las mujeres en aquella ciudad minera, que tuvo a Zanzottera como montajista y cuya directora -Tatiana Mazú- realizó el montaje de “Fuego en el mar”. En la entrevista, Zanzottera describe el alza del movimiento de mujeres de estos años como algo que “nos movió el piso”, y recoge sus diálogos con compañeres a propósito de cómo “esta frase de que ‘lo personal es político’ está mucho más pensado para mujeres que para hombres. Como si los hombres no tuviésemos una historia, si nuestra masculinidad no tuviese historia. Lo pensé con mi viejo, una persona a la que adoro, sumamente emocional, pero a quien el trabajo lo llevaba a un lugar donde eso no podía desarrollarlo. Para mí era una forma de hacer el puente entre lo personal y algo más general”.

Testimoniando en primera persona los impactos de las privatizaciones y desguaces de los ‘90 en quienes éramos chicos en ese entonces, el cortometraje interpela con particular fuerza a toda una generación. Esto lo hace también por otra vía inesperada y poco vista en el terreno documental, que es el uso de un lenguaje 3D de videojuegos. Consultado por esa elección, Zanzottera destaca “la posibilidad infinita de hacer cosas” y el potencial inmersivo del recurso, pero también su capacidad para cuestionar lo “indicial” en el documental, esa ficción de un vínculo directo entre el “documento” y lo documentado. Y asimismo que “el corto pueda ser algo de goce, de imaginar, que era una búsqueda que había más allá de los aspectos de denuncia”.

No deja, sin embargo, de estar la denuncia presente en esa construcción tridimensional que nos lleva a recorrer en primera persona aquellas plataformas petroleras, a la que acompaña un delicado trabajo de diseño sonoro de Julián Galay que evoca los vientos patagónicos y las ensordecedoras máquinas extractivas. “El corto busca intervenir en el presente, ahora que aparecen proyectos como el de la instalación de petroleras en Mar del Plata, nuevas promesas de un progreso que nunca llega, y en las que nunca se pone en la balanza quién va a sufrir las consecuencias de un eventual derrame o explosión”, señala Zanzottera. Y añade que esta inmersión 3D en las plataformas busca “darle un cuerpo a ese espacio, notar lo que genera vivencialmente ver algo tan grande desde un punto de vista más chico. Tener presente de qué se trata cuando dicen ‘van a instalar petroleras en la costa pero no va a pasar nada’. Las empresas y el gobierno son capaces de destruir tierras y cuerpos para pagar la deuda y sostener un proyecto ridículo”.

Como decíamos, no deja de sorprender todo lo que logra contener “Fuego en el mar” sin dejar de ser una construcción orgánica, emocionante y divertida. Es de esperar que el promisorio recorrido que viene teniendo -estreno en el festival suizo Visions du réel, selección en Vienna Shorts y en festivales de Perú como Atemporal y Muta, premio a mejor corto en Cosquín y Bahía Blanca…- se continúe. Hay en la original voz de este flamante director una multitud de voces que merecen ser escuchadas.

“Fuego en el mar” se podrá ver en:

-Doc Buenos Aires. Presencial: viernes 26/8, a las 18 h, en la Sala Leopoldo Lugones. Online: del 24 al 28/8 a través de ciclosyfestivales.vivamoscultura.buenosaires.gob.ar

-Festival de Cine de General Pico: Viernes 2/9, a las 20 h, en Cine y Teatro Pico