Artistas y trabajadorxs de la cultura nucleados en el frente Unidxs por la Cultura, con movilizaciones en las provincias y con concentraciones que tuvieron como epicentro el Congreso de la Nación, nos manifestamos contra la caducidad con fecha 31 de diciembre del presente año de la vigencia del financiamiento mediante disposiciones tributarias ad hoc para la actividad cultural a través de sus Institutos y Comisiones (Incaa para cine, INT para teatro, Inamu para música, Conabip para bibliotecas populares) y el pase de esos fondos a rentas generales del Estado que serían –eventualmente- asignados de manera discrecional por el Ejecutivo, a través de la Jefatura de Gabinete. Esto ocurriría según la modificación que el 21 de diciembre, entre gallos y medianoche, se llevara adelante en 2017 luego de las multitudinarias manifestaciones del 14 y 18 contra las reformas laboral y previsional promovidas por el gobierno de Macri, merced a la modificación de los incisos e) e i) del artículo 4 de la Ley 27.432.

Después de la primera concentración [de este año] se había logrado un acuerdo por el cual, luego del dictamen favorable en la Comisión de Presupuesto del 3 de mayo, bajaría a recinto y sería votada una ley de autoría del diputado Pablo Carro (Frente de Todos) que prolongaría ese financiamiento por 50 años. Sin embargo, las dilaciones para su tratamiento, la aparición de otros proyectos (de derogación de las modificatorias a la ley de marras, por ejemplo) que inducen a mayores confusiones y demoras, motivó la nueva concentración del 2 de junio. El riesgo cierto se profundiza no sólo por el paso de los días, sino porque además la elaboración de los presupuestos para 2023 ya se encuentra en proceso. Las modificaciones aprobadas hace ya cuatro años y medio, durante el gobierno de Mauricio Macri, comenzarían a hacerse efectivas después del acuerdo firmado por el gobierno de Alberto y Cristina Fernández con el FMI que contempla un drástico ajuste fiscal.

Con la espada de Damocles sobre el financiamiento de la cultura por parte del Estado, en el contexto de una inflación que rondaría el 70% anual y la objetiva y permanente devaluación de nuestra moneda que licúa salarios y jubilaciones destacamos –una vez más- la inacción de la dirección de la Asociación Argentina de Actores en la defensa del salario, del trabajo y las condiciones laborales de sus afiliades y no afiliades en general. Tal como lo anunciamos en cada documento y publicación, la “salida” de la pandemia es con más precarización laboral de les artistas. Se vulneran nuestras paritarias contratándose a compañeres que perciben como pago por parte de las productoras regulaciones según Sutep (Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Público), por menores montos a los que corresponderían por Actores. Las propias paritarias del sector se desarrollan sin ninguna convocatoria por parte de la dirección sindical a discutir colectivamente el precio de nuestro trabajo. Han hecho oídos sordos a la expresa manifestación de las plataformas virtuales por quebrar las condiciones de trabajo en los set y locaciones, en la duración de las jornadas y el pago de las horas extra. Y le dan la espalda a los reclamos de les artistas escéniques de las delegaciones donde fueran derrotados electoralmente, como han manifestado les compañeres de La Plata por ejemplo, en su lucha contra los recortes y deudas del gobierno (Pro) de Julio Garro.

Desde Actuemos entendemos que ambas luchas –por la continuidad del financiamiento a la cultura y por el salario y condiciones de trabajo- necesitan de direcciones sindicales independientes del Estado y de las patronales, algo que está muy lejos de la realidad de la actual conducción de Actores.

.- Por la sanción ya de la continuidad del financiamiento a la Cultura.

.- Por salario y condiciones de trabajo discutidas en asambleas de artistas escéniques.