Cultura

6/9/2023

La cultura entre el ajuste del FMI y la motosierra de Milei

Foto: Federico Imas @ojoobrerofotografía.

Bajo el impacto de los resultados electorales que colocaron a Javier Milei como triunfador de las Paso y sus declaraciones de cierre de ministerios e institutos del quehacer cultural, en la educación y la investigación científica comienza a ponerse en pie una reacción en defensa de las instituciones estatales dedicadas a la educación artística y el fomento cultural.

Los planteos de Milei no son un rayo en cielo sereno sino más bien la indicación de acelerar un proceso que reclama hace tiempo el gran capital y que la subordinación al ajuste del FMI viene acelerando por la vía del desfinanciamiento, el vaciamiento, la promoción de la intervención privada en la decisión de qué se produce a través del mecenazgo y varios intentos de liquidación, como el que se acaba de lograr rechazar postergando 50 años la asignación automática de los impuestos que nutren los fondos de fomento.

Así como ocurre con varios científicos del Conicet, que salen a demostrar cómo contribuyen sus investigaciones con la producción capitalista con los miserables salarios que perciben por años de investigación, entre la producción audiovisual también se generaliza el intento de explicar la necesidad del fomento al cine con “rentabilidades”. Como se ve, estamos en presencia de un avance ideológico de los atacantes por sobre los defensores.

Por el contrario, si hay un derecho a defender en esos fondos de fomento es precisamente el derecho al desarrollo humano que es contradictorio con la lógica del capital. El derecho a la expresión artística sin el formateo mercantil del mecenazgo. El derecho a la investigación para avanzar en el conocimiento, sin importar si ese conocimiento sea rentable, o que sirva para denunciar los atropellos del capital sobre la producción de conocimiento.

¿A los fondos de fomento que quiere liquidar Milei no acceden las empresas privadas? Por supuesto que sí. En el caso del fomento cinematográfico hace años que la parte del león se la llevan productoras asociadas a multimedios y grandes distribuidoras, que no carecen del capital para invertir en sus producciones pero se valen igualmente de los subsidios del Estado. ¿Lo que pretende Milei es eliminar una “casta empresarial”? No, lo que busca es eliminar lo que queda de posibilidad de desarrollar arte o conocimiento con fondos públicos por fuera de la ideología de mercado.

Fomento, no. Exenciones impositivas, sí

No son pocos los economistas que se preguntan cómo piensa Milei reducir el déficit fiscal aún más que las metas sugeridas por el FMI cuando mientras lo que se ahorre pasando la motosierra, por un lado, lo perdería reduciendo impuestos por el otro.

Sin embargo, en materia de producción audiovisual el gobierno de Alberto Fernández le allanó el camino con su Plan de Contenidos Argentinos diseñado y presentado con las seis plataformas norteamericanas de streaming. A las exenciones impositivas, las conducciones sindicales afines de la Asociación Argentina de Actores, el Satsaid y la Sutep le agregaron condiciones de flexibilidad laboral inauditas a las OTT, pero Marcos Santana -CEO de NBC Universal y Telemundo- pedía algo más: un solo tipo de cambio. Lo que les ofrecería Milei.

Durante los últimos años mientras este tipo de producciones crecían se frenaban las cinematográficas financiadas con fondos del INCAA. Las permanentes devaluaciones de la moneda sobre una actividad plagada de insumos dolarizados hace que las cuotas de subsidio percibidas en pesos coloquen en situación de quebranto a las producciones de presupuestos medianos para abajo. Como se ve, las políticas de ajuste dictadas por el FMI son las que llevan a que la actual situación del instituto a defender, se encuentre empantanada.

Desde sectores que aspiran a conservar su cuota dentro del actual funcionamiento del INCAA nos advierten que las intenciones de Milei son políticamente impracticables porque debería derogar la Ley de Cine, porque no podría eliminar las asignaciones de impuestos sin pasar por el Congreso, etc, etc. Buscan minimizar el espanto que produce la unión de los distintos sectores del cine independiente.

Aunque no se llevara como propuesta a ser votada en la reciente asamblea abierta de realizadores audiovisuales del sábado 3/9, en franca oposición a esa idea desmovilizadora y de sostenimiento del statu quo vigente en la distribución del fomento surgió el planteo de “que se vayan todos” los funcionarios de cultura, que se elabore un programa y que se postule una dirección democrática del INCAA.

Cuando todo el movimiento de la cultura se encuentra frente a la tarea de defender lo que queda de sus conquistas hay un movimiento que busca avanzar y ése es precisamente el planteo del movimiento de Danza que lucha por la creación de un instituto cuya dirección sea electa democráticamente y no designada por el Poder Ejecutivo. Es imprescindible unir su lucha por un nuevo instituto a las luchas por la defensa de los atacados por el vaciamiento y la amenaza de los libertarios. Sí a la Ley, No a Milei.

¿Votemos a Massa?

El espanto provocado por el ascenso electoral de Milei y sus declaraciones de guerra contra la educación, la ciencia y la cultura funcionó como revulsivo para activar la movilización de amplios sectores que venían procesando una desmoralización con el gobierno y las gestiones sobre la cultura. Los estudiantes de la Emad tomaron la iniciativa y en torno a ellos se reagrupó una importante cantidad de centros de enseñanza artística que convocaron a la movilización del lunes 4.

Se reunió el espacio de Unidos por la Cultura y una semana más tarde la asamblea abierta del sector audiovisual. En todos los reagrupamientos apareció la cuestión del voto a Massa como instrumento para enfrentar a Milei, en algunos casos incluso en contraposición a la movilización y a la acción directa.

Levantamos en todas las tribunas el planteo de luchar por las reivindicaciones ahora, contra el ajuste del FMI y contra las amenazas de Milei. Defendemos el voto al FIT-U como el mejor punto de apoyo a estas luchas y así como no buscamos imponer a las asambleas nuestra definición política electoral rechazamos toda imposición de atar acciones comunes de defensa de la cultura a un voto a Massa.

Por el contrario, lo que corresponde es llamar a desarrollar una lucha común contra Milei, por los derechos conquistados y los conculcados, incluso con quienes votarán a Massa. Así lo entendió la mayoría de la asamblea abierta de realizadores audiovisuales del sábado pasado que rechazó pronunciarse por un candidato y votó el apoyo a la movilización del lunes, la convocatoria de otra para dentro de dos semanas y el apoyo al acto contra el negacionismo del genocidio de la dictadura.

Se abre un estado de deliberación y movilización en el movimiento cultural que plantea a la izquierda la necesidad de recuperar sus sindicatos, sus organizaciones al campo de la independencia política del Estado.

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