Cultura

12/12/2023

Virus: a 40 años de “Agujero Interior”

El tercer disco de la banda platense es la puerta de entrada a la masividad.

Carátula del disco

El 10 de diciembre de 1983 y después de siete años, se terminaba la dictadura militar, organizada por la burguesía y el imperialismo, que desapareció a 30.000 compañeras y compañeros. Se iniciaba entonces el “período democrático” con Raúl Alfonsín como presidente, aquel que mencionó la famosa frase “con la democracia, se come, se educa y se cura”, una arenga que resultó rápidamente defraudada.

En igual fecha salía a la luz “Agujero Interior” de la banda platense Virus. Grabado en los estudios Moebio entre octubre y noviembre del ‘83, es su tercer disco y el sucesor del combativo “Recrudece” donde ya cantaban irónicamente, en plena dictadura: “No te muevas no te rías. La música es cosa seria”, proponiendo el baile y la explosión musical. Los aires de cambio están expresados en este nuevo LP. Musicalmente es más rockero y en sus letras están presentes el destape y la liberación sexual. Las letras son más directas. Pasan de la new wave a un rock más pesado. Producido por Danny y Michael Peyronel de los Riff. Se empiezan a hacer muy presentes los sintetizadores. Es un disco más directo y con muchos puntos altos como “El probador”, “Agujero interior”, “Autocontrol” o “Carolina”.

(versión demo de “Agujero Interior”)

La banda integrada por Federico Moura, Marcelo Moura, Julio Moura, Quique Mugetti, Ricardo Serra y Mario Serra había cambiado su imagen y salía en sus conciertos con ropas de cuero, una estética similar al rockabilly, una imagen más cruda. Con este disco se consiguió un punto alto de popularidad, tocando en teatros y boliches. En enero del ’84 realizan una “gira Atlántica” junto a Riff y llegan a tocar en Obras, el llamado “templo del Rock”, el 8 y 9 de julio de 1984, con la puesta en escena del actor Lorenzo Quinteros y el artista plástico, Nebur.

La tapa del disco es una imagen difusa de los integrantes a través de un televisor. Esta fotografía está hecha por Marcelo Zappoli y el diseño estuvo a cargo de Rubén Vázquez.

Contiene 11 canciones, muchas de las cuales fueron cortes de difusión y tiene una duración de 41 minutos.

 

“En mi garage” (J. Moura y F. Moura). Una letra con mucho juego como el sello característico de la banda: “Necesito una herramienta en especial. Necesito un sentimiento en especial, ya no quiero tener esta sensación”.

“El probador” (J. Moura y F. Moura). Rock y teclados presentes. La historia de un encuentro amoroso furtivo. Libertad sexual, hacer lo prohibido. “Sin perder tiempo aprovecharon…”

“Hay que salir del agujero interior” (J. Moura y R. Jacoby) La canción hit del disco que habla de los cambios, terminar con las culpas sin pedir perdón. Federico Moura en vivo cantaba: “Hay que sacarse la ropa interior” y poner el cuerpo y el bocho en acción. Un desafío al conformismo, como lo indica ya su título.

“¿Qué hago en Manila?” (J. Moura y F. Moura). Una balada clásica de Virus, un canto al amor. En la edición en CD tiene una versión bailable como bonus track, con el acento y la letra cambiada, adaptada más para el público español ya que tenían pensado trabajar en aquel país.

“Ellos nos han separado” (F. Moura y R. Jacoby). Tema dedicado a su hermano desaparecido, Jorge Moura, militante del ERP secuestrado por un grupo de tareas. Marcelo cuenta en su libro sobre Virus, que en los recitales siempre observaba al personal que trabajaba en la seguridad privada, que eran la “mano de obra desocupada” de la dictadura, para ver si podía reconocer a los secuestradores de su hermano. “Hermano, quiero apretarte la mano/ Sabemos, que ellos nos han separado/ Parece ser un mal general/ Que va haber que solucionar/ Tenés que estar en cualquier lugar/ Que pronto vamos a encontrar”, dice una parte de la letra.

“Juegos postergados” (M. Serra, R. Serra y F. Moura). En la misma idea de “Hay que salir del agujero interior”, “Autocontrol” o “El probador”, el eje es la liberación personal (“Para poder salir de este bloqueo. Tengo que explotar, en nadie creo. Hay que jugar los juegos postergados. Dejar de estar cerrado con candado”). Siempre en la vereda de enfrente a la conformidad, ese era el mensaje.

“Buenos Aires Smog” (F. Moura). Habla de la “sucia” Buenos Aires haciendo referencia a la dictadura (“A vivir todo ya, como me gusta. A vivir todo ya, nada me asusta”).

“Carolina”. Versión de un rock de Moncho Alpuente dedicada a la hija del príncipe de Mónaco. Los teclados fueron grabados por Danny Peyronel, productor del disco. En los recitales, el público siempre pedía esta canción.

“Mundo enano” (J. Moura y R. Jacoby). En el sentido de “bandas chantas arañan la nada” de su LP anterior, esta canción habla de en contra de la repetición y la necesidad de innovar (“Cantemos nuevas canciones que cuenten nuevas verdades. Gocemos nuevos placeres castigados por un nuevo dolor”).

“Los sueños de Drácula” (J. Moura, R. Serra y F. Moura). Es la última canción de “Agujero Interior” y llama a superar los miedos internos: “Hoy tuve un sueño que me aplastó. Me vi muriendo por la opresión de un mundo burdo y atroz”, canta Federico Moura.

A 40 años de uno de los grandes discos de Virus y 40 años de la democracia, hoy estamos en el “agujero interior” de esta época: 45% de pobreza y un cuadro casi hiperinflacionario dejado por el gobierno de los Massa, Fernández y Kirchner; con la asunción de un Milei como presidente, declarado anti-derechos y negacionista de los crímenes de la dictadura militar y partidario de un plan de guerra contra los trabajadores que ya está en curso.

A seguir poniendo el “cuerpo y el bocho en acción…”, entonces.

https://prensaobrera.com/cultura/un-alegato-artistico-contundente