Educación

23/3/2025

Algunas consideraciones sobre los planteos educativos de CFK en el discurso del llamado “Congreso Nacional Educativo”

CFK en Sociales de la UBA

1- CFK citó, del documento base que se presentó para el llamado congreso educativo, "Líneas para una nueva estatalidad educativa" que la base del problema a resolver sería el malestar existente sobre el estado del sistema educativo. El malestar de las familias (porque no hay clases todos los días, por la falta de cuidado de la infraestructura estatal, etcétera), de los docentes y estudiantes, reflejaría que la educación dejó de ser un pasaporte a la movilidad social ascendente. CFK en lugar de apuntar sus dardos a la crisis de la estructura capitalista argentina, que arrastra crisis tras crisis hace más de 50 años, culpa a la crisis educativa por la falta de posibilidades para el ascenso social.

2- En su discurso planteó que el problema está en que se cambió un paradigma educativo, cuyo comienzo estuvo dado por la Ley 1.420, que promovió una formación enciclopedista común, pero que la supresión de ese paradigma no vino de la mano de otro nuevo. Esto se habría dado debido a la fragmentación del sistema educativo y la formación docente que se produjo en los 90, que con la excusa de la federalización habría buscado un ahorro fiscal pero que terminó promoviendo las desigualdades que hoy explotan a la vista de todos. Oculta que el eje no era solo el ahorro sino la promoción de la educación privada como un negocio y la destrucción de la formación universalista propia de los currículos existentes para adaptarlos a las necesidades de la degradada estructural industrial-laboral argentina.

3- Dentro de los “malestares” a solucionar, estaría en el odio que existe entre la mayor parte de la sociedad, trabajadores no registrados o precarizados, para con los docentes como trabajadores estatales, que, a diferencia del resto de los trabajadores, tendrían derechos y estabilidad que el resto no puede tener. Este “malestar” el gobierno lo utiliza para su discurso anticasta. Pero CFK oculta que bajo sus gobiernos creció de manera exponencial la precarización laboral, tanto en el ámbito privado, como especialmente en el público con la generalización de contratos basura que lleva a que una gran parte de la planta de trabajadores estatales no tenga ni derechos, ni estabilidad. Y oculta que lejos de combatir esa trabajo no registrado y esa precariedad sus gobiernos la incentivaron con la excusa de impulsar la actividad económica, generarle ganancias a una clase capitalista que se benefició de esa precariedad. Con ese horizonte solidificaron una precarización laboral gigantesca. Y con el aporte de las direcciones sindicales burocráticas, que en lugar de unificar a la clase trabajadora para de conjunto mejorar su condición, derechos laborales y reducir la tasa de explotación, se dedicaron a solidificar esa fragmentación de la clase trabajadora. De esta forma le dieron base material a los prejuicios ideológicos que los trabajadores no registrados tienen contra los registrados y que en el mundo escolar se refleja en la falta de “autoridad docente”.

3- Propuso, como gran "innovación", el fortalecimiento del rol de los docentes y directivos, mediante la creación de una carrera de formación de directivos. Nada diferente a lo que el macrismo viene haciendo, de hecho es lo que hace la Unicaba /Universidad de la Ciudad, carreras para formar directivos. Nada diferente a los que discute el Consejo Federal de Educación y que está en la base de todos los documentos educativos desde hace años atrás: la idea de darle más peso al directivo y autonomía en su capacidad de decisión. Es decir "verticalizar" más la escuela con la excusa de "horizontalizar" la estructura. Nada nuevo. A su vez, vuelve con el discurso reaccionario y derechista de que el trabajo de la construcción de un equipo docente en una escuela no es pedagógico, sino de liderazgo y preparación. De vuelta, el directivo mandando por sobre todos, verticalismo por sobre la necesaria construcción de equipos y vínculos basados en las competencias pedagógicas y socioeducativas. A su vez planteó que hay que lograr que los docentes no quieran salir del aula para ser directivos, porque allí ganan mejores sueldos de los que ganan en el aula. En el medio no se privó de reivindicar la meritocracia “del esfuerzo y del trabajo”. Parecía un discurso guionado por Soledad Acuña y Mercedes Miguel.

4- Planteó la necesidad de una nueva "ética digital" a partir de la acción de la escuela, dado que actualmente los pibes serían solo consumidores digitales, y necesitaríamos una escuela que haga que los pibes sean productores digitales para construir una "economía del conocimiento". Nada diferente a lo que el macrismo porteño nos planteó con la Secundaria del "futuro" y ahora con la Secundaria Aprende. De su discurso se vislumbra un país de servicios digitales como mejor horizonte posible. CFK abandona cualquier planteo de una transformación productiva del país que promueva una necesaria industrialización de la estructura económica. Su modelo a seguir no es muy diferente de lo que vienen pensando los Milei y Macri: un país de extractivismo de minerales, soja, gas y petróleo y entretener a la población de las grandes urbes con servicios digitales, en el mejor de los casos.

5- En otro desliz reaccionario, planteó la necesidad de que la escuela no sea la única institución encargada de cuestiones educativas, para lo que habría que crear una comunidad ("nueva arquitectura institucional") con clubes, ONGs, etcétera. El objetivo sería "sacar a los pibes de la calle" porque, de habitar ese espacio, serían carne de cañón para los narcos. En función de eso se lanzó a la necesidad de que en los barrios vulnerables, sobre todo, haya escuelas de doble escolaridad para que el pibe desayune, almuerce y meriende en la escuela y de ahí vuelva a su casa.

En lugar de plantear la necesidad de la recuperación del espacio público CFK se lanza al reaccionario imaginario que Perón santificó para la clase obrera: "de la casa al trabajo, del trabajo a la casa", ahora para los obreros en formación.

En lugar de plantear terminar con el narco por la vía de disolver los vínculos que los unen al aparato represivo, judicial, político-punteril y al sistema bancario, no, plantea que lo que hay que hacer es sacarles la mano de obra encerrando a los pibes en sus casas y en las escuelas.

La idea de la nueva arquitectura institucional abierta a las comunidades es la forma abstracta de legitimar, por otro lado, algo que ya sucede: el empoderamiento de las iglesias como eslabón de contención social y constructoras de un imaginario reaccionario, contrario a los derechos de las mujeres y la comunidad lgtbi. La única salida para los pibes es sacar a los narcos de nuestros barrios y que los pibes se apropien del espacio público sin miedo y desarrollen una sociabilidad sana basada en el respeto y no en la violencia.

6- También, con una perspectiva reaccionaria, abordó el tema de la caída de la natalidad: al haber menos natalidad, va a haber menos trabajadores en actividad y por ende no va a haber recursos previsionales para sostener a los viejos. Una cantinela que se viene repitiendo desde la década de los 90 en paralelo a las quiebras de los sistemas jubilatorios y su pasaje a ser un negocio financiero-bancario más. La solución a este entuerto, en sus palabras, fue que se debía trabajar en elevar la productividad del trabajo mediante un trabajo conjunto de escuela, docentes, comunidad científica y empresarios.

¿Qué hay de nuevo en esto? Nada. Durante todos sus gobiernos se utilizó el presupuesto educativo para apuntalar a empresas privadas mediante convenios entre el sistema científico y la universidad. En la Ciudad de Buenos Aires los pibes tienen que hacer “pasantías” que se presentan con el mismo discurso que CFK. Se repite la gastada fórmula de utilizar los recursos públicos para subsidiar, mediante mano de obra y "know how", a la burguesía argentina que tiene precarizada al 70 % de su fuerza de trabajo.

7- Por último planteó la necesidad de dualizar la escuela secundaria: uno para los que van a seguir estudiando en la universidad y otra para el mundo del trabajo. Y como ese mundo del trabajo no contrata jóvenes, que son la mayor porción etaria de desocupados actualmente, la preparación escolar deberá tener que enfocarse en las tareas de cuidado de adultos mayores, que en el futuro serán la mayor parte de la población y sobre la que se desarrollará todo un circuito económico. Incomprensibles los aplausos que surgían del auditorio.

8- Para finalizar. Previo al abordaje de esta agenda reaccionaria para el sistema educativo, CFK dedicó los primeros minutos de su discurso a describir lo que llamó la descomposición institucional que se vive en el conjunto del Estado argentino, tanto en el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial. Atacó a los diputados peronistas que votaron el acuerdo con el fondo a cambio de prebendas. Y describió todo esto como parte de lo que llamó una repetición “cíclica de la historia”. Para conceptualizar esto citó al libro "El cuarto giro" de Neil Howe y William Strauss, que plantearon la repetición de ciclos históricos, contra la idea del progreso indefinido. Pero CFK y la tesis citada se equivocan. La historia no es progreso indefinido, ni cíclico, sino que la historia nos enfrenta nuevamente a problemas no resueltos, pero sin repeticiones, tal vez sí farsas. Asistimos sí a una espiral descendente. Salir de esa espiral descendente requiere comprender el rol que juega la educación y la historia para comprender la dinámica del pasado y en construir una salida política de los trabajadores a esta crisis capitalista.

La “nueva estatalidad educativa” de Cristina Kirchner es pedagógicamente mercantilista y socialmente antiobrera
Un plato recalentado. -
prensaobrera.com