Educación

9/3/2024

Apuntes políticos para la lucha del movimiento estudiantil contra Milei

Extendamos la lucha contra el gobierno a todas las universidades, institutos y colegios. Preparemos la huelga educativa para derrotar el plan motosierra.

Cacerolazo educativo

El inicio de clases del mes de marzo empalma con un ataque brutal por parte del gobierno nacional contra los trabajadores y la juventud. Hablar de ajuste no sería del todo preciso: hay una transferencia de recursos hacia el capital con un aumento del valor del dólar en un 120%, un tarifazo del 500%, despidos, licuación de los salarios y las jubilaciones y aumento de la pobreza. Todo con la “garantía” de una política represiva con Bullrich y su protocolo antipiquete y la promesa de atacar el aborto legal, seguro y gratuito.

El movimiento estudiantil, que viene de un par de años en los que primó el reflujo, comenzará las clases con un gobierno profundamente antiobrero, de impronta opositora a los intereses de la juventud y ataque directo a las masas. Esto se combinará, a su vez, con un ajuste que la golpea de lleno y una política que pone en jaque la universidad, principalmente, aunque también los institutos de formación y los colegios, con la educación en general.

Las clases arrancarán en un contexto en el que existe una pelea contra Milei que se expresa en asambleas populares, en la movilización que arrancó el 20 de diciembre con el movimiento piquetero y la izquierda, el paro de la CGT (sin un plan de lucha posterior), los cacerolazos y las expresiones de lucha del movimiento obrero. La impronta estudiantil no faltó: cacerolazos educativos, marchas como la de La Plata y molinetazo.

Discutir y procesar lo que cada organización, centro de estudiantes, asamblea o estudiante piensa que son las claves de la etapa no es solamente un aporte y una necesidad: también es una obligación.

Presupuesto congelado

El plan Milei incluye un ataque sin precedentes contra la educación y la universidad. La partida universitaria en febrero de 2024 es igual, en pesos, a la de febrero de 2023, con un 254% de inflación en el medio. Esto tiene implicancias concretas en el funcionamiento de las facultades.

El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) declaró que “de no mediar acciones que rectifiquen el rumbo, se verá seriamente afectado el pleno funcionamiento de las instituciones universitarias públicas”. Hubo declaraciones de emergencia y preocupación presupuestaria en Unsam, Ungs y UBA. En Hurlingham limitaron la inscripción de materias a tres, mientras que en la Unqui (Quilmes) solamente a dos. Algunos informes periodísticos y de las gestiones afirman que muchas universidades solamente podrían funcionar uno o dos meses. Además, esta situación tuvo una expresión concreta en la Universidad de La Pampa, donde cerró la carrera de Enfermería, con un recorte de los viáticos para los docentes.

El salario docente, a su vez, pone de manifiesto el congelamiento presupuestario antiobrero. Luego de una propuesta de 6% y 20% respectivamente, hoy los docentes universitarios no tienen aumento por segundo mes consecutivo y el gobierno de Milei informó que no existe más la paritaria con el gobierno nacional. La eliminación del Fonid, por parte del gobierno, agrava el ajuste y el peso del mismo sobre el salario docente.

El congelamiento y suspensión de la ampliación de la Beca Progresar, hoy en poco menos de $20.000, no solamente perjudica a sus portadores sino que marca la profundización de una política establecida: las becas no existen. La combinación de esto con un tarifazo de (por ahora) alrededor del 500% pone en jaque la cursada. Esto profundizará la deserción: según un informe de la Coneau publicado el año pasado, entre 2017 y 2020 el 40% de los ingresantes en las universidades públicas no se reinscribió al año siguiente. Hoy, además, pasa en la previa: en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, por tomar un ejemplo, entraron 350 personas en 2024, la mitad que el año anterior.

La situación en las provincias reflejará, por lo dicho anteriormente, el ajuste nacional. En CABA, el aumento del 69% del presupuesto educativo por parte del gobierno de Jorge Macri ya quedará retrasado contra la inflación de los últimos tres meses. Esto pone en riesgo la existencia de los institutos terciarios, ya atacados por la Unicaba. Kicillof, en la provincia de Buenos Aires, lleva una política de desguace del salario docente: el 20% anunciado es un dibujo, ya que se trata de un porcentaje sobre el sueldo de diciembre. Una maestra que ingresa al sistema recibirá apenas $30.000 de aumento con respecto al mes pasado, es decir $355.000 en marzo.

Además, los ataques presupuestarios no son monopolio del libertario: el “Presupuesto 2024” presentado por Massa bajaba 6 puntos en relación a la inflación el presupuesto educativo. Este papel no es aislado: en 2020 y 2023 existieron grandes recortes presupuestarios (ambos cerca del 15%). El del 2022 redujo la partida un 6% y los de 2018 y 2019 un 9% y un 7%. Lo primero que hizo Massa, cuando llegó a ser “superministro”, fue sacar de un plumazo 50 mil millones en unas horas.

Esta situación no es fruto de impericias o negligencias, sino de una línea política: durante muchos años, nuestra corriente se caracterizó por denunciar que era Universidad o FMI. Los gobernantes eligieron la segunda, siempre. Así estamos.

Orientación social

La orientación de Milei es, además, profundamente privatista. El ahogo presupuestario dará lugar a los “recursos propios”, que abrirán paso a diferentes formas de financiación que no son otra cosa que convenios de las universidades con empresas. Además, el herramental legal de Milei (Ley de Bases, DNU, etc.) permite el arancelamiento a extranjeros y los exámenes de inscripción (cupos).

Defender la universidad es derrotar el plan Milei. Actualmente existen casos en algunas facultades de la Universidad Nacional de Tucumán y la Universidad Nacional de La Plata donde se pide algún tipo de pago (arancelamiento para sostener las carreras).

El lado del mostrador

El rol de las autoridades universitarias merece nuestra atención. Si bien todas, de todos los colores políticos, muestran un rechazo discursivo a esta política, esto requiere una caracterización. Primero, es indivisible del rol de sus bloques políticos: el radicalismo votó la Ley Ómnibus, mientras que el peronismo mostró a través de los gobernadores no sólo vocación de diálogo sino también de hacer pasar el ajuste en sus provincias.

Pero también, por su rol, las autoridades se prestan a negociar con Milei, no a derrotar su plan. Su fisonomía los llevará a priorizar la defensa de los negociados y sectores de poder. Si uno toma el ejemplo de la Facultad de Sociales de la UBA, que se excusó en el ajuste de Milei para sacarle conquistas históricas a los no docentes,  puede quedar ilustrada esta situación. La pelea por la independencia política del movimiento estudiantil es trascendental.

Es por eso que, si bien es importante convocar a toda la Universidad a ponerse en pie de lucha en defensa propia y, por ende, para derrotar el plan Milei (hay un signo igual entre ambas), sin sectarismos de ningún tipo, tampoco depositamos ninguna confianza en las autoridades de la facultad.

Morados y peronistas

El ataque a fondo de Milei a la universidad encuentra aún una nula respuesta por parte de la Fuba, FUA y gran parte de los centros de estudiantes. En 2023, la Franja Morada se acomodó en el balotaje a la unidad nacional bajo la candidatura de Sergio Massa. Hoy en día, la complicidad de la UCR con la Ley Ómnibus, a pesar de la última votación, es un hecho tan evidente como insoslayable: la Franja busca posar de “centroizquierdista”, posiblemente habiendo aprendido de experiencias del pasado, pero esas campañas demagógicas para un sector político que negocia, aprueba leyes de Milei y forma parte mayoritaria de las autoridades de la facultad, chocará contra intereses de la política general y de sus intereses partidarios.

A su vez, los centros dirigidos por el kirchnerismo estuvieron atravesados por una movilización raquítica y tardía, desde hace varios años. Si bien también posarán de “anti-Milei”, su accionar estará depositado en una estrategia general de ese bloque que combina negocios con Milei en las provincias y el Congreso, así como también la expectativa de que cualquier descontento no vaya a derrotar el plan de ajuste general sino a una candidatura próxima.

Con agrupaciones del kirchnerismo tuvimos un debate, desde hace años, que conviene recoger. Lo que ellos calificaban como  “pelear desde adentro” (gobiernos, gestiones), dio lugar a  “juventudes funcionarias”, en una estrategia que entregó las iniciativas del movimiento estudiantil a la subordinación frente a otros intereses. Dicha estrategia, ¿mejoró la vida de la juventud o no? Yendo más a fondo, ¿no apalancó la victoria de Milei, que usufructuó el concepto de casta?

Está situación pone en primer orden la necesidad de recuperar los centros de estudiantes y las federaciones para convertirlas en espacios de organización del movimiento estudiantil en la lucha contra Milei.

Un movimiento estudiantil de masas contra Milei

Desde la UJS entendemos que la tarea pasa por construir un movimiento de lucha estudiantil para derrotar el plan Milei, sin ninguna confianza en las autoridades ni en las fuerzas políticas que negocian con el gobierno nacional, en una política que defienda el frente único de pelea para derrotar la “motosierra” del gobierno nacional, buscando la unión con el movimiento de trabajadores ocupados y desocupados. Esto último incluso es un debate al interior de la izquierda y la Asamblea Nacional votada para el 13 de abril juega un papel en ese sentido.

Para poner en pie esto es clave la unidad docente-estudiantil-nodocente, para lo que juega un rol por ejemplo la reunión del pasado martes 5 de AGD-UBA con los centros de estudiantes, votando el inicio de un plan de lucha en toda la universidad. Es importante convocar asambleas e instancias de organización en todas las facultades y, en donde haya negativas o bloqueos, generarlas con organización estudiantil. Será crucial generar instancias de coordinación por fuera de las federaciones que se disponen una y otra vez a dejar pasar este plan de guerra contra la juventud y la educación.

Este plan tiene que fundirse con el resto de los movimientos de lucha, con el movimiento obrero ocupado y desocupado, los trabajadores de la cultura, las asambleas barriales. Con cada instancia debe plantearse el desafío de una lucha común. También llamar a los estudiantes a la participación en esa pelea desde cada lugar, como por ejemplo pasó con las postas de salud contra la represión de estudiantes de Medicina y Farmacia, con el CEFYB a la cabeza, en defensa del ambiente, de la cultura, etc. La jornada solidaria organizada por  comedores y diferentes organizaciones del Frente de Lucha Piquetero, que tuvo una gran participación estudiantil, aporta a esa fusión. Un ejemplo de esto es el “merendazo” que realizó El Yunque en la UNGS y la colecta de los los centros de Farmacia, Veterinaria (UBA), Cedam, Ceavi (UNA) y CEJVG, CEA (terciarios).

Será importante en la etapa, lógicamente, una campaña en regla contra la persecución y la represión de Bullrich y compañía. En ese sentido, la lucha para tirar abajo la causa contra Tatiana Fernández Martí por el “molinetazo” es una acción importante que el movimiento estudiantil tiene que tomar como propia, como todos los casos de este tipo.

No encaramos esta experiencia desde el vacío. Nuestra organización estuvo a la cabeza de la Federación Universitaria de Buenos Aires (Fuba) y dio muestras de una política de dos décadas de enfrentar a todas las camarillas y los sectores de poder, en defensa de la universidad, contra cualquier recorte y política capitalista que la desguace. La Fuba del Puente Pueyrredón, de los trabajadores del Casino, el Mc Donalds´s, la del movimiento piquetero, la del aborto legal, la de Mariano Ferreyra. Esa historia, que se interrumpió en un marco de reflujo del movimiento estudiantil, hoy vuelve a estar presente, no como receta ni como espejo, sino como herramienta para transitar las peleas futuras.

Esta lucha requiere anexar el problema presupuestario a un programa propio, empezando por una gran campaña por el boleto educativo gratuito, en defensa de la cursada, contra los cupos, contra cualquier arancelamiento. Un plan de lucha escalonado debe construirse, a sabiendas de que para vencer este ataque de alcance histórico se requieren medidas de pelea con la misma fuerza: poner en pie la huelga universitaria es el camino.

Esa preparación, que ya empezó, toma forma esta semana. Luego del pañuelazo educativo y el 8M, tendremos el cacerolazo en Houssay este martes, así como también el molinetazo del viernes 15. A su vez, el apoyo con acciones de lucha al paro del 14 y a todas las medidas de lucha del movimiento docente y no docente deben estar a la orden del día.

Universidad de los trabajadores

De fondo, peleamos por una orientación social de la universidad y de toda la educación. Defendemos la perspectiva de una universidad de los trabajadores, no sólo en términos de alcance material, lo que hoy requiere poner en agenda la derrota del plan Milei, sin tapujos, sino también la pelea para que las facultades, los institutos, los colegios, se fundan en la lucha por una salida de los trabajadores.

Milei no es un emergente en el vacío: es el armado político de una clase social que para restituir su tasa de ganancia a costa de aumentar la explotación y los negociados con la educación, la salud, etc. Confrontar contra el gobierno es pelear contra esa clase social.

Necesitamos extender la lucha contra el gobierno a todas las universidades, institutos y colegios y preparar la huelga educativa para derrotar el Plan Motosierra.

Para derrotar a Milei y sus cómplices, entonces, no puede estar ausente la necesidad de construir una juventud revolucionaria y socialista, incorporando la salida.

La historia llama a la juventud y al movimiento estudiantil a estar a la altura de esta pelea. Así será.

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