Universidad

28/2/2024

Reunión del CIN: poco ruido y pocas nueces, así no vamos a quebrar la motosierra de Milei

Organicemos la intervención independiente de estudiantes, docentes y no docentes. Plan de lucha hasta la huelga general universitaria.

Rectores y rectoras.

La última reunión del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) de rectores había despertado cierta expectativa previa, por realizarse en un contexto de ataque histórico del gobierno de Milei contra la universidad pública que compromete severamente su funcionamiento. Muchos creyeron que, quizás, el CIN en buena hora iba a anunciar un plan de lucha. Pero no. Los rectores, por el momento, optaron por darle aire a un gobierno que no da pie con bola y cuya popularidad en áreas como el conurbano va en caída libre.

La única resolución del CIN fue emitir una suerte de declaración en la que instan al gobierno nacional a emitir los fondos (presupuesto) para garantizar el funcionamiento mínimo de las universidades.

La actuación de los rectores, tanto radicales como peronistas, pone sobre la mesa su “voluntad” de no romper con Milei ni enfrentarlo con la fuerza de la comunidad educativa, sino de tender puentes para negociar y conseguir alguna migaja presupuestaria, aun cuando el liberfacho no pretende ni quiere negociar nada.

El plan de Milei consiste en implementar desde el Estado un modelo universitario cuyo eje rector es la privatización a gran escala de todas las universidades públicas y la penetración total del capital financiero e industrial en su funcionamiento. Los rectores no quieren enfrentar a Milei porque guardan expectativas en ser ellos mismos quienes queden al frente de esos negocios, viabilizando de hecho (y aun con verborragia opositora) el ajuste al interior de las casas de estudio.

La “emergencia universitaria” de los rectores no es la de estudiantes y trabajadores de la educación

En nombre de la emergencia universitaria, los rectorados de la Ungs, la UNQ, la Unahur y la Unpaz (todas universidades del conurbano dirigidas por el peronismo) tomaron medidas de ajuste contra la cursada que afectan a estudiantes, docentes y no docentes. Fijaron topes máximos de materias para cursar por semestre, y en el caso de la Ungs, se agrega un fuerte ataque al Centro Cultural y al Museo Imaginario a partir del recorte de becas del gobierno.

Los rectores argumentan que, frente a la asfixia presupuestaria de Milei, ajustar es el único camino “doloroso y posible” para sostener las puertas abiertas de las universidades; y aclaran que una vez finalizada la emergencia se restituirá su “normal funcionamiento”. Este discurso constituye una verdadera extorsión contra estudiantes, docentes y no docentes, que en caso de organizarse y luchar serían atacados como irresponsables o funcionales a Milei. Nada más alejado de la realidad. En primer lugar, el “normal funcionamiento” nos trajo hasta acá con niveles desesperantes de deserción, precarización laboral a docentes y no docentes, vaciamiento del presupuesto en ciencia y tecnología, y decenas de problemáticas cotidianas en la cursada. En segundo lugar, cualquier ajuste y pérdida de conquistas en las universidades sienta un precedente negativo. Hay que luchar ahora para que el gobierno no avance ni un milímetro; lo opuesto a la estrategia de las autoridades.

Cuando los rectores hablan de “emergencia universitaria” y no acompañan la formulación con un plan de lucha para quebrar la motosierra de Milei y conquistar el presupuesto necesario, nos están indicando que tomarán medidas de ajuste “excepcionales” contra estudiantes y trabajadores de la educación. Es decir que al ajuste de Milei, los rectores le oponen… ajuste.

Subordinar la fuerza de estudiantes, docentes y no docentes a la estrategia de los rectores constituye un camino de derrota asegurada para las comunidades educativas.

Organizar la pelea

La defensa real y consecuente de la universidad solo puede partir de desenvolver y desplegar hasta el final las enormes fuerzas que brotan de la organización independiente de estudiantes, docentes y no docentes. Las tenemos que impulsar poniendo en pie instancias de organización en todas las universidades, promoviendo reuniones abiertas, plenarios y asambleas que voten un programa de defensa de la universidad pública y de las condiciones de vida de estudiantes y trabajadores junto con un plan de lucha que tenga como perspectiva construir la huelga general universitaria para derrotar el ajuste brutal de Milei.

En esta perspectiva vale destacar el cacerolazo de les estudiantes de Filo UBA, en el que confluyeron los centros combativos de Farmacia, Veterinaria y la UNA. La enorme jornada de solidaridad y lucha contra el hambre que con la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS) y la Juventud del Polo Obrero impulsamos en universidades y terciarios para abonar a la unión entre quienes luchan en las barriadas contra el hambre y los que lo hacen en los lugares de estudio en defensa de la educación fue clave. Ambas jornadas se hicieron en rechazo al gobierno de Milei. También se anotan las asambleas del centro de estudiantes de Ciencia y Tecnología en la Unsam, que pusieron el foco en organizar la pelea en la universidad durante el mes de marzo; y la asamblea interclaustros de la Ungs, que se consolida como el espacio de organización independiente de la comunidad educativa.

Y se viene la evasión de molinetes convocada por les estudiantes para el 1 de marzo, entre otras acciones que van moldeando una clara disposición de lucha de les estudiantes.

Los centros de estudiantes combativos, la AGD-UBA, la comisión interna no docente de Sociales UBA y el conjunto de las expresiones independientes que intervenimos en las universidades debemos trabajar mancomunadamente en esta dirección.

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