La escuela secundaria 17 de Merlo se encuentra en un proceso de lucha desde agosto, cuando a la vuelta del receso de invierno docentes, estudiantes y padres se encontraron con cadenas y candados bloqueando el acceso al edificio. Las movilizaciones a la Jefatura local y hasta a la mismísima Casa Rosada, impulsadas por madres y padres de la institución, llevaron esta semana a que el gobierno intentara echar lastre.

María José Barrionuevo, la presidenta del Consejo Escolar de Merlo, salió a anunciar con bombos y platillos que habían cerrado un acuerdo para trasladar la escuela a un galpón ubicado sobre ruta 200: es el mismo anuncio que hicieron en agosto, cuando de lo que se trata es de mantener la sede histórica y frenar el negocio inmobiliario que se quiere montar sobre el viejo edificio. Hablamos de una construcción de más de sesenta años declarada histórica por la Legislatura bonaerense y ubicada sobre la avenida principal del distrito, zona cuyo valor edilicio aumentó luego de una ordenanza aprobada por pejotistas y macristas que habilita la construcción de torres en Merlo Centro.

Este sábado, conmemorando la semana aniversario de la Noche de los Lápices, se organizó un festival musical en las puertas de la escuela con una gran concurrencia de vecinos, estudiantes y familias; así como con la solidaridad de varias bandas musicales, exigiendo el no traslado de la escuela y que se garanticen las condiciones de cursada. La defensa de la institución es muy sentida en todo el distrito, y no es la primera vez que la comunidad acompaña a quienes cursan y trabajan allí ante los intentos de cierre.

Ya hubieron otros intentos previos que fueron derrotados, e incluso un proyecto presentado por la bancada del Frente de Izquierda en la Legislatura provincial obtuvo un dictamen favorable para la expropiación del edificio en la Comisión de Tierra y Vivienda. Desde Tribuna Docente y la UJS acompañamos esta lucha y planteamos: no al traslado, expropiación inmediata del edificio. Que se destine una partida especial para subsanar los daños causados por la vacancia de la construcción.