Juventud

16/9/2021

A 45 años de La Noche de los Lápices, solo luchando tenemos futuro

En CABA movilizamos a las 16hs de Congreso a Plaza de Mayo junto a la Coordinadora de Estudiantes de Base.

Presidenta del CENBA

Este 16 de septiembre se cumplirán 45 años de “La Noche de Los Lápices’’, un operativo represivo del terrorismo de Estado llevado adelante por la última dictadura cívico-militar, que secuestró y torturó a 10 estudiantes en La Plata que luchaban por el boleto educativo y por defender la educación pública.

Los cuatro sobrevivientes son Gustavo Calotti, Pablo Díaz, Patricia Miranda y Emilce Moler, mientras que Claudio de Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel A. Racero y Horacio Ungaro continúan desaparecidos y aún hoy no se sabe dónde están.

La lucha por la educación y por el boleto

El movimiento secundario de La Plata había conquistado el boleto con descuento estudiantil en septiembre de 1975, después de una lucha importante con acciones callejeras y en las escuelas, que culminó con una gran movilización frente al Ministerio de Obras Públicas, convocada desde los centros de estudiantes.

Finalmente, después del Golpe fue suspendido en agosto de 1976 con una finalidad: detectar, mediante un trabajo de inteligencia y espionaje, quiénes eran los dirigentes y activistas en los colegios para ir a buscarlos y detenerlos.

La lucha por el boleto mostró la fuerza de la organización estudiantil. Pero estos estudiantes no peleaban sólo por ese reclamo: se organizaban políticamente para defender la educación pública de la descentralización presupuestaria llevada adelante por el gobierno de Onganía, que a través de la Ley 17.878 oficializó una nueva transferencia de establecimientos escolares nacionales a las provincias, orientación luego profundizada por la dictadura de Videla.

 

Los lápices siguen escribiendo

En la actualidad la Argentina se encuentra atravesando una de las peores crisis educativas en su historia. Después de un año y medio de pandemia el gobierno de Alberto Fernández no destinó ninguna política en concreto a solventar la brecha social que se profundizó en las escuelas y que dejó como resultado que 1 millón de estudiantes tuvieran que abandonar sus estudios y 6 millones presentaran problemas de conectividad a causa de no tener dispositivos ni acceso a Internet.

Recién solo a dos semanas de las elecciones el Frente de Todos decidió relanzar iniciativas como el “Argentina Programa”, que abarca sólo a 7 mil estudiantes y pide como requisito tener una computadora e internet para poder entrar, paradójicamente. También anunciaron la asignación de 663.000 computadoras a través del Plan Juana Manso, que aún no tienen fecha de distribución. Ambas medidas muy por detrás de las necesidades y de la realidad de lxs estudiantes.

Los resultados recientes de las elecciones legislativas sacaron a relucir el descontento social contra el gobierno de Alberto Fernández, que perdió 5 millones de votos. El ‘’voto bronca’’ se desprende de la profundización de la crisis económica y social, que tiene a la mitad más uno del país hundido en la pobreza y sobre todo golpea a quienes se encuentran en edad para estudiar.

El giro a la derecha de la elección tuvo a los partidos de la oposición dándole guiños al negacionismo del terrorismo de Estado y de La Noche de los Lápices. Javier Milei fue protagonista de envalentonar un discurso fascitizante en la campaña y de integrar en sus listas a personajes como Victoria Villarruel, quien es una abogada defensora de genocidas y una fuerte activista negacionista. Él mismo reconoció haber sido funcionario del genocida Bussi, interventor de última dictadura en la provincia de Tucumán. Pero también Juntos por el Cambio sostuvo a Sabrina Ajmechet, funcionaria de la Unicaba, como candidata a diputada nacional después de haber sido escrachada por escribir que intentó mostrar a los y las estudiantes desaparecidos el 16 de septiembre del ’76 en La Plata como «perejiles», cuando lo que hicieron los militares fue «un operativo contra un grupo montonero».

Frente a la pobreza, el crecimiento de la política represiva contra la juventud

Los números de la pobreza hablan por sí solos: 7 de cada 10 menores de edad en la Argentina y 3 de cada 4 en la provincia de Buenos Aires no tienen para comer esta noche.

Pero en vez de invertir en la asignación de becas, que incluso en pandemia reforzaron sus restricciones como pasó con las Progresar, el gobierno apostó durante la cuarentena a reproducir una política represiva con los jóvenes de los barrios y las villas. Según la Correpi, un pibe es víctima del gatillo fácil que ejecutan las Fuerzas de Seguridad cada 20 horas. Son más de 200 los crímenes desde que comenzó la gestión de Alberto Fernández.

La militarización de los barrios y la política de rienda suelta a la policía hoy tiene de protagonista a Sergio Berni, quien se paseó por los canales televisivos atacando a los organismos de Derechos Humanos, carga en su espalda con más de 100 jóvenes asesinados por la bonaerense y con la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo Astudillo Castro.

Mientras sostiene esta política y refuerza con millones a la Bonaerense después siquiera emplea los recursos necesarios para avanzar con la investigación para encontrar a Tehuel de la Torre, un joven trans que se encuentra desaparecido hace 6 meses después de ir a una entrevista laboral. Lo insólito del caso es que la última vez que se lo ve a Tehuel es en una grabación durante una fiesta clandestina dónde se encuentran dos efectivos de la Bonaerense. En casos como el de Tehuel o el de Facundo se refuerza la verdadera orientación del gobierno “nacional y popular”: la persecución, criminalización y ataque a la juventud; y a la vez, la garantía de la impunidad y encubrimiento total frente a estos hechos aberrantes.

Solo luchando tenemos futuro

Los reclamos que levantaban los estudiantes de “la Noche” siguen más vigentes que nunca. La responsabilidad de continuar su legado está presente en defender a la educación del ataque de los gobiernos, que anteponen sus intereses electorales a la exposición al contagio de las comunidades educativas. Hay que pelear por una presencialidad segura, donde se implementen correctamente los protocolos de higiene y distanciamiento y por un plan de obras para todos los colegios, por la distribución de computadoras y liberación de los datos móviles de todas las plataformas, por la universalización de la canasta alimentaria, por la implementación de la educación sexual laica, y por la entrega inmediata y el aumento de las becas estudiantiles a 10.000 para todos los niveles. El reclamo por el boleto estudiantil que encarnaba el movimiento secundario en aquel entonces, hoy se traduce en la lucha en contra de la deserción: es necesario un aumento del presupuesto educativo de forma urgente.

Por memoria, verdad y justicia, y porque la lucha en contra de la impunidad y en defensa de la educación cobran especial vigencia, este 16 de septiembre se realizarán movilizaciones en todo el país. En la Capital movilizaremos a las 16hs desde el Congreso hacia la Plaza de Mayo junto a la Coordinadora de Estudiantes de Base (C.E.B).

Este 16 de septiembre, los lápices siguen escribiendo por memoria, verdad y justicia, y contra la impunidad de ayer y hoy.