Educación

23/10/2020

Córdoba: la expulsiva acreditación de los espacios curriculares en los terciarios

Les estudiantes del Instituto "Simón Bolívar" necesitamos organizarnos por todas nuestras reivindicaciones.

Después de siete meses desde el inicio de clases subordinados a decisiones improvisadas del gobierno provincial de Juan Schiaretti, que pasaron por encima del Régimen Académico Marco -quitando derechos de examen que allí se establecen-, fue emitida la Resolución Ministerial 381/20 que resume el trayecto de les estudiantes en los términos “continuos” o “discontinuos” y extiende, para éstos últimos, el ciclo lectivo hasta marzo/abril de 2021.

Más allá de considerandos para la tribuna, la resolución no garantiza los aprendizajes para el amplio grupo de afectades por la educación virtual. Por el contrario, aborda el problema como si se tratara de una cuestión de sumar más meses para que las desigualdades se reviertan por arte de magia –puesto que no hay un solo punto que plantee la designación de una partida presupuestaria que atienda el asunto.

En la mencionada resolución, la Dirección General de Enseñanza Superior (Dges) resuelve los problemas con un par de moños, sin explicar qué porcentajes de cumplimientos de trabajos se consideran para promocionar o regularizar las unidades curriculares, sin tener en claro de qué manera ni en qué fechas se evaluará cada espacio ni asegurado el derecho a recuperatorios, y sin explicar qué sucederá con les alumnes en condición de libres. Se suma recién a fin de año la cobertura de las horas vacantes, con nombramientos a discreción.

A su vez, falazmente se contempla como un beneficio para les estudiantes en estado de vulnerabilidad el hecho de que puedan tener “oportunidades de acreditación”. Todo en un marco de sobrecargas que niegan de forma encubierta el derecho al descanso, tanto de docentes como de estudiantes. Muy lejos siguen quedando las garantías de conectividad y acceso a dispositivos electrónicos para los “discontinuos”, que siguen postergados hasta el próximo año.

En lo que va transcurrido del 2020, estudiantes y docentes tuvieron que sostener el peso de un sistema educativo desfinanciado, sin capacidad de respuesta y absolutamente saboteado por los gobiernos provincial y nacional. El Instituto de Enseñanza Superior (IES) “Simón Bolívar”, por su dimensión, sirve para ilustrar un proceso expulsivo en los terciarios.

Ante esta situación, lejos estuvo de dar respuesta a las demandas estudiantiles el centro de estudiantes dirigido por la agrupación Simón Dice. Esta funciona como correa de transmisión del ajuste, en la misma línea que las autoridades institucionales que mostraron su nula predisposición para ofrecer salidas a las problemáticas que nos atraviesan. Se han anulado los espacios de expresión democrática por parte del centro, que no garantiza asambleas para la deliberación estudiantil.

Tampoco se realizó ningún tipo de relevamiento serio de los estudiantes afectados por la crisis que derivó del aislamiento social. Es una responsabilidad que le cabe tanto a las autoridades de la institución como a la conducción del centro de estudiantes. Fueron suspendidas de hecho las sesiones del Consejo Institucional, lo cual impide que el claustro estudiantil pueda manifestar su voz. El mensaje ha sido “sálvese quien pueda”, sobre la base de una repudiable meritocracia.

La conducción Simón Dice cierra su mandato en el marco de la deserción de cientos de ingresantes, que no encontraron ningún margen para la permanencia, desconectados de todo vínculo de contención. También es testigo de la postergación del egreso de numerosos estudiantes de los últimos años, que hoy no tienen certezas acerca de cómo se los evaluará en sus prácticas. En el medio están los que tienen que sortear espacios curriculares, fundamentalmente los seminarios y talleres, donde no hay un criterio unificado sobre la “asistencia” virtual. Y así pueden describirse otras tantas situaciones que pasan mientras el centro solo se dedica a copiar y pegar información institucional.

Les estudiantes necesitamos otro rumbo. Necesitamos organizarnos frente a una política expulsiva, que no contempla que muches de nosotres seamos laburantes precarizados o hayamos perdido el trabajo en medio de la cuarentena, que tengamos niñes cuya educación también está cuestionada, que tengamos docentes con salarios de pobreza, que no nos alcancen los magros ingresos para cubrir internet o adquirir un dispositivo. Todo esto mientras los gobiernos orientan la economía a las exigencias del FMI y los bonistas.

Por eso desde la UJS-Lista Roja convocamos a organizarnos por las reivindicaciones pendientes: queremos la apertura de las becas Progresar para todos los que la necesitan, la liberación de datos y la distribución de computadoras del Conectar Igualdad para todes. Luchamos por una salida de conjunto en defensa de nuestra educación pública.