Educación

23/6/2022

El gobierno insiste en extender la jornada escolar mientras profundiza el ajuste

Será en las escuelas primarias como consecuencia de los resultados del Aprender.

Los responsables de la crisis educativa son los gobiernos.

El gobierno avanza en extender una hora la jornada escolar en las primarias. El Consejo Federal de Educación aprobó una resolución a ser firmada por los gobiernos provinciales que lo determina, y tiene por objetivo “enmendar” los malos resultados de la Evaluación Aprender 2021, un examen que por naturaleza pone las culpas sobre estudiantes y docentes absolviendo al Estado del cuadro deficitario de la educación pública. Pero mientras el ajuste presupuestario continúa, el gobierno improvisa alguna preocupación reglamentando una propuesta impracticable.

Uno de los argumentos centrales en la proposición del ministro de Educación Jaime Perczyk es que esto “ayudaría a recuperar” horas que “se perdieron” cuando regía la cuarentena estricta, ninguneando la enorme tarea de la docencia que sostuvo su labor en la virtualidad ante las condiciones más adversas. La cuarentena estricta vino en realidad a exponer a un sistema educativo derruido, sofocado por un ajuste presupuestario que se pasan de mano en mano todos los gobiernos que se suceden.

Y claro que hubo un marcado retroceso. El predecesor de Perczyk, Nicolás Trotta, reconoció públicamente que un millón de estudiantes abandonaron la escuela en 2020, aunque esos números fueron desmentidos por distintos relevamientos. Uno confeccionado por la Universidad di Tella en la denominada “Área Metropolitana de Buenos Aires”, por ejemplo, daba cuenta que ya luego del primer trimestre de virtualidad el 20% del alumnado dejó de participar en clase, y el ¡96%! adujo que fue por no contar con dispositivos ni conectividad. Al día de hoy son cientos de miles los que no volvieron a las aulas sin que el Ministerio de Educación se de una política para reinsertarlos.

Los estudiantes se movilizaron por el reclamo de dispositivos y conectividad en reiteradas ocasiones, pero ni el gobierno nacional ni los provinciales quisieron atender sus reclamos ni destinaron recursos a satisfacer genuinamente estos reclamos. Como lo que impera entonces e impera hoy es la política de ajuste fiscal al servicio del pacto con el FMI, no se dispuso aumento presupuestario real alguno para garantizar que cada pibe pueda estudiar y cada docente dictar clases.

Y este ajuste se acelera. El ministro de Economía, Martín Guzmán, presentó recientemente la “actualización” del presupuesto por decreto de 2022, que fue un compromiso ante el FMI de culminar el año con un 2,5% de déficit fiscal pese a que este se acentúa. Eso solo vaticina que el ahogo presupuestario va a seguir creciendo, una situación que empeora ante un sistema educativo completamente descentralizado. También crece la intransigencia de los gobiernos para negarse a atender los reclamos educativos, cuando pocas horas antes de escribirse estas líneas Kicillof reprimía y encarcelaba a estudiantes y docentes de Lomas de Zamora que peleaban contra la liberación de zonas en su terciario, el 103.

A su vez, las reformas educativas privatistas y mercantilizadoras a la que se comprometieron los gobiernos en el pacto con el Fondo ganan cada vez más terreno. Mientras el gobierno porteño de Larreta y la ministra Acuña siguen mandando a los pibes a ser mano de obra gratuita de las empresas para realizar todo tipo de trabajo precario, incluyendo ahora también tareas en la Policía de la Ciudad, Perczyk y los rectores del Consejo Interuniversitario Nacional avanzan en la creación de “carreras cortas” en las universidades devaluando la calidad educativa al servicio del mercado laboral.

Con nombre y apellido, acá están los responsables de la hecatombe educativa que atraviesa nuestro país. Desde el gobierno nacional a los provinciales y municipales, todos obedecen un mismo horizonte ajustador y privatista, al tiempo en que son los responsables de la crisis social que expulsa cada vez más chicos fuera de la escuela. Esta extensión de la jornada horaria adolece de cualquier criterio pedagógico, así como sobrecarga la jornada laboral de una docencia precarizada.

Llegó la hora de decir basta. Distintos centros de estudiantes independientes de los gobiernos y las autoridades educativas están convocando a un encuentro educativo del AMBA, que tenga por fin sortear la parálisis de las federaciones y los centros integrados a los gobiernos y las autoridades para pelear por la defensa de la educación pública. Un primer y necesario paso a multiplicar para organizar la lucha. Es imperioso en ese mismo sentido apoyar a fondo cada una de las peleas que viene llevando a cabo la docencia, como los autoconvocados de La Rioja, de San Juan y Misiones por el salario, o contra los derrumbes edilicios en la provincia de Buenos Aires y contra la reforma del estatuto en CABA; que también desafían la inmovilidad de las burocracias docentes. Codo a codo entre toda la comunidad educativa se le podrá imponer una derrota al ajuste y la mercantilización educativa.