Educación

9/12/2025

El gobierno nacional impulsa una Ley de Educación al servicio de las confesiones religiosas 

La laicidad de la educación argentina, un breve recorrido histórico para pensar el presente.

Lucha movimiento de mujeres.

En 1884 la Ley 1420 sentó las bases para la constitución de nuestro sistema educativo, sin embargo, el debate respecto a qué modelo de educación debía promoverse la antecedió en el tiempo. 

Bajo el gobierno de Julio Argentino Roca y, a instancias de éste, el 11 de abril de 1882 se llevó a cabo en la actual plaza Miserere el 1er Congreso Pedagógico con el propósito de discutir las bases que darían sustento a la futura Ley del de Educación de nuestro país. La presencia de los bloques conservador y liberal en el Congreso, según Cuccuza, se caracterizaba por tener acuerdos con respecto a la obligatoriedad, gratuidad y gradualidad de la educación, siendo el tema de "la laicicidad" el que dividía las aguas. En este punto es importante mencionar que lo que estaba en juego era una disputa de poder entre el Estado y la iglesia en un escenario de creciente secularización que no rompía, sin embargo, la relación de dependencia de la Iglesia y el Estado argentino. 

En 1883, el debate se traslada al Congreso de la Nación y serán Mariano Demaría y Onésimo Leguizamón los responsables de argumentar a favor de los proyectos católico y liberal, respectivamente. Luego de un gran debate, en 1884 se sanciona la Ley 1420 y, si bien gana la posición liberal respecto a la laicidad de la educación primaria, autores como P. Pinau o Cuccuza plantean que hay cierta “tolerancia religiosa” en tanto el artículo 8º de la ley permite el dictado de religión en las escuelas fuera del horario escolar. Esto fue planteado como no obligatorio y serían los ministros de cada culto quienes dictaran las clases y no las maestras.  

Con el paso del tiempo, con el golpe de 1943 el gobierno de facto de Pedro Ramírez emitió el Decreto 18411 que derogó el art. 8 de la Ley 1420 y estableció la impartición de la religión católica como materia ordinaria en los planes de estudio: “en todas las escuelas públicas, de enseñanza primaria, secundaria y especial (…) quedando excluidos aquellos niños cuyos padres manifiesten expresa oposición, por pertenecer a otra religión, respetándose así la libertad de conciencia. A esos alumnos se les dará instrucción moral.”  Este revés a la educación laica y científica se impuso por más de una década. 

Una vez electo democráticamente Perón mantuvo una continuidad con la obra educativa de la dictadura impulsando en el año 1947 la sanción de la Ley N° 12978 que ratificaba el decreto de 1943 hasta el año 54, en el que se elimina la enseñanza religiosa en las escuelas. Nuevamente la discusión sobre la enseñanza religiosa o laica aparece como la cortina detrás de la cual, la burguesía nacional discute la relación entre el Estado y la Iglesia, los modelos educativos, de familia y de sociedad que quiere imponer en función de sus intereses de clase. 

En el año 2006, bajo el gobierno kirchnerista, se sanciona la Ley Nacional de Educación Nº 26206 y, en el año 2015, bajo el argumento de que la LEN superaba a la Ley 1420, la comisión bicameral de digesto jurídico (organismo que analiza la vigencia, desuso o superación de las leyes por otras leyes nuevas, para su pase a archivo o vigencia), envía a archivo a esta última. Esto suscitó nuevamente preocupación y, en relación al artículo 8°, la izquierda destacó la importancia de mantener su vigencia como único artilugio jurídico que, a pesar de sus límites, representaba un freno a las iglesias- principales empresarias de la educación privada en nuestro país-. Desde El Partido Obrero y el Frente de Izquierda nos opusimos a esa avanzada medieval, presentando un proyecto de ley que planteaba la restitución completa de la Ley 1420 y la vigencia de su artículo 8. Sin embargo, la mayoría K en el congreso eliminó la 1420 sentando las bases para el avance de la educación religiosa en las escuelas públicas del país. (Prensa Obrera 2015)

Milei refuerza su alianza con las confesiones religiosas y les otorga protagonismo en el plano educativo

Este breve recorrido histórico permite reflexionar sobre cómo, a través del tiempo, la relación entre Estado e Iglesia, con mayor o menor proximidad, siempre estuvo presente en nuestro país. Esa relación pone de manifiesto la función de control social que representa la iglesia en las democracias modernas.  La educación y sus leyes dan cuenta de esta afirmación al punto de encontrarnos hoy, a 101 años de la 1420, frente a un borrador de Ley de Educación Nacional que pretende derogar la Ley Nacional de Educación 26206 e imponer un modelo educativo a la orden de las patronales y de las distintas confesiones religiosas. El borrador, impulsado por el secretario de educación Argentina Carlos Torrendell, abre la puerta a la enseñanza religiosa en las instituciones educativas fuera del horario escolar, e incluso dentro del horario escolar, dando lugar a que las jurisdicciones elaboren planes de estudio que integren la enseñanza religiosa obligatoria (art 33) (Lugo. G. 2025)

Lejos de ser un debate ajeno a las preocupaciones de la sociedad, el intento de avanzar con un proyecto de ley que habilita la enseñanza religiosa en las escuelas, representa un ataque a nuestras condiciones de vida, en tanto son esas mismas confesiones religiosas las que se oponen a la educación sexual integral de nuestros/as niños/as y jóvenes, las que se oponen en muchos casos al divorcio y a La IVE, así como también las que quieren imponer un modelo de familia nuclear a la orden de lo que el capital demanda.

El gobierno nacional materializa a través de este borrador su discurso retrógrado en el plano educativo y avanza en su intento de destruir las conquistas que, en el plano educativo, hemos alcanzado los y las trabajadoras/es. Esto no será admitido sin que medien luchas. Las movilizaciones masivas en defensa de la educación universitaria durante el 2024 dan cuenta de la comprensión política que anida en nuestro pueblo respecto al valor de la educación pública en nuestro país, más allá de la crisis a la que la hay llevado los gobiernos patronales de los distintos signos político y de las complicidades de las direcciones sindicales traidoras de las centrales y de la Ctera.

Kicillof, en sintonía con Milei 

La DGCyE de la provincia de Buenos Aires, el arzobispo de La Plata, monseñor Gustavo Carrara, el sacerdote José “Pepe” di Paola y Adriana Puigross, exministra bonaerense, elaboraron el libro “El Maestro, el humanismo del Papa Francisco”, el cual fue presentado por el gobernador Kicillof como “…la decisión de una política educativa”. El material, que se encuentra subido al portal del ABC en la sección Continuemos Estudiando y que será distribuido en las escuelas de gestión privada y estatal de la provincia en forma gratuita, reproduce las ideas de Bergoglio para ser enseñadas en las escuelas, lo cual representa un acto contrario a la enseñanza laica y científica que promulgaba la 1420. La formación pedagógica y didáctica que necesitamos las y los docentes, debe ser brindada por las disciplinas científicas como la didáctica y la pedagogía, y no producto de las ideas de un representante de la Iglesia Católica.

Esta decisión del gobernador de Buenos Aires de producir un material de estudio junto a representantes de la iglesia católica, en un contexto de ataque del gobierno nacional a la literatura y a obras clave sobre violencia de género, feminicidios y justicia (como por ejemplo lo ocurrido con la novela de Dolores Reyes, (Cometierra), del desfinanciamiento nacional al Conicet, del desfinanciamiento a las políticas de género, representa un acto reaccionario que se suma al ataque a la Ley de ESI en la provincia, con la media sanción en Diputados de la Ley de Educación Emocional (a instancias de la diputada massista y el apoyo del peronismo, en sintonía con lo que ocurre en el plano nacional). 

En la presentación del libro, Kicillof expresó “Este libro es también un rechazo al ajuste educativo y un llamado de atención a todos aquellos que quieren imponer la lógica de una sociedad sin escuelas públicas, sin oportunidades, sin cultura del encuentro y sin inclusión”. Con el cuarto sueldo más bajo del país, con jornadas laborales de más de 10 horas, Kicillof implementa la reforma laboral en el plano educativo y se suma a la deriva de ataque a la laicidad de la educación pública. 

Cómo enfrentamos esta arremetida contra la educación laica y científica 

La reforma reaccionaria sobre la educación va de la mano del intento de reforma previsional y laboral, las cuales representan un ataque al conjunto de las y los trabajadores. Mientras la CGT está discutiendo con el gobierno nacional el borrador de reforma laboral y la Ctera, en el caso docente, atomiza los conflictos dejando pasar el ajuste de Milei y de los gobernadores, necesitamos recobrar el protagonismo con el que la docencia enfrentó junto al resto de las y los trabajadores el intento de reformas laboral y previsional en 2017, debemos poner en pie la fuerza con la que la ola verde impuso la aprobación de la Ive y, de esta forma construir un plan de lucha que derrote por medio del paro nacional el ataque a la educación pública y al conjunto de las y los trabajadores. 

La reforma laboral ataca la organización gremial y limita a sindicatos, delegados y activistas
El gobierno quiere maniatar a los trabajadores y imponer la dictadura patronal. -
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