El día martes 16 de agosto la comunidad educativa de la Ciudad se estremeció. Especialmente la comunidad de la Escuela 11, del Distrito Escolar 5 en el barrio de Barracas, con la terrible noticia del fallecimiento de una niña de 11 años estudiante de la escuela y habitante de la Villa 21/24 ocurrido el día lunes. La escuela pública está de luto.

La nena presentaba un cuadro de desnutrición con las consecuencias que esto conlleva. La docencia de la escuela realizó las acciones e intervenciones socioeducativas correspondientes a la situación desde que la niña comenzó a asistir a la escuela, en el año 2017. El viernes pasado la nena se descompensó, y tras esperar al Same durante 50 minutos, la asistencia médica nunca llegó, como es lo regular en la escuelas de las villas porteñas.

En los años 2018 y 2019 se presentó un certificado médico que indicaba la necesidad de un refuerzo alimentario, y aún con la precariedad de dicho refuerzo, durante el 2020 el mismo no se le otorgó. Pese a las reiteradas derivaciones realizadas durante el año 2021 y 2022 a la defensoría zonal nada se hizo, tampoco desde ninguno de los organismos correspondientes a la protección y defensa de los derechos de las infancias. En oposición a dicha política, desde la escuela se desplegaron una serie de medidas de acompañamiento, contención y apoyo a la escolaridad, pero es claro que la docencia articula estos quehaceres en medio de un vaciamiento que deja a las escuelas en una profunda carencia de soluciones reales a los múltiples problemas educativos, los cuales en muchos casos son derivados del hambre y la miseria como de largas cadenas de vulneraciones. Estas situaciones en la zona sur de la Ciudad se replican de manera lamentable.

A contramano, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y su ministra de Educación, Soledad Acuña, utilizaron el ángulo de la regularidad de lxs estudiantxs como argumento para retirar el precario subsidio por hijx escolarizadx. Un importe menor que no evita las extremas situaciones a las que son sometidxs cientos de miles de pibis, sobre todo en un marco de creciente miseria social, inflación, devaluación y carestía, pero que en muchos casos puede asegurar un vaso de leche, o un pedazo de pan, para estudiantxs que llegan a situaciones cotidianas como turnarse entre hermanxs para usar el único par de zapatillas que tienen y que les permite asistir a la escuela. Los recortes en becas o asistencia alimentaria son una regla que signa a este gobierno, que ha desatado una guerra a la docencia y a la educación pública.

El Estado es responsable

No es nueva la denuncia por la falta absoluta de políticas de abordaje a estas situaciones socioeducativas que se multiplican, y emergen al ritmo de la profundización de la crisis, que recorre el país en la cual la Ciudad se intenta impostar como el “modelo nacional a seguir”, pero que en cada barriada, y entre lxs estudiantxs como una expresión de ellas, se muestra exactamente lo contrario. Tampoco es nuevo el desprecio y cinismo del gobierno a los sectores más empobrecidos por ellos mismos, que son parte del régimen de los que nos gobiernan hace décadas condenándonos a la miseria.

En el país en que el 60% de los pibis son pobres, y con datos recientemente informados por la Unicef sobre más de 1 millón de infancias y adolescencias que comen una comida diaria menos con respecto al año pasado, Larreta y Acuña pretenden enmascarar la pobreza extrema que hay en una ciudad entregada por completo a los negociados de la especulación financiera e inmobiliaria.

Mientras el jefe de Gobierno junto a su gabinete busca presentarse como futuro presidenciable, la verdadera cara de la Ciudad que gobierna es la niña de 11 años de la Villa 21/24 que muere de desnutrición. En el maltrato a las infancias en todos los planos, como la vulneración del acceso a la vivienda, a la salud, a la educación y al trabajo genuino para sus familias, el Estado y sus gobiernos son el primer responsable.

Les docentes de la Esc N 11, convocan a una caravana educativa el lunes 22, de la escuela (Lafayatte 1879) a la Jefatura de la Ciudad, a las 17hs.