El pasado martes 15 de mayo el gobernador Axel Kicillof, junto al intendente de La Plata, Julio Alak, visitaron la escuela secundaria n°22, ubicada en el barrio La Granja de dicha ciudad, para realizar la “reinauguración” del edificio escolar que fue vandalizado e incendiado en noviembre del 2022, quedando en condiciones inhabitables.

La ocasión no fue desaprovechada para tomarla como un acto propagandístico, con un gran montaje de equipos de sonido y demás artefactos completamente inusuales en la vida cotidiana de un colegio público, pasacalles saludando al gobernador y, por supuesto, múltiples fotos, discursos sobre el “Estado presente” e inclusive el descubrimiento de una placa.

Sin embargo, varios puntos no fueron tocados en el evento: en primer lugar que, como se dijo, el ataque a este edificio escolar ocurrió en noviembre de 2022. Desde el primer momento la comunidad educativa comenzó a organizarse para reclamar la solución de una situación que ya en ese momento avizoraba generar una enorme dificultad para el transcurso normal de las clases.

Además de protestas en la puerta de la escuela, en aquel momento docentes de esa escuela (y otras de la región con diversos problemas edilicios) se acercaron para llevar el reclamo a la Subsecretaria de Infraestructura Escolar de la provincia, en donde el propio subsecretario, Ariel Lambezat, en persona se comprometió a desarrollar la restauración en el verano del 2023 para garantizar el comienzo del ciclo lectivo normal aquel año.

Pese a las promesas, el ciclo lectivo no solo comenzó sin la restauración, sino que continuó hasta fin de año. Esto obligó a que los chicos asistieran todo el año en el otro edificio del colegio, por lo que cada grado tenía clases una semana si y otra no, para poder rotar, ya que sino no entraban todos. Por lo tanto, fue un año que, con suerte, estos chicos tuvieron la mitad de las clases correspondientes, lo cual llevó a la preocupación inclusive a las propias familias de la comunidad ante la escolaridad a medias de sus hijos.

En el medio, múltiples idas y vueltas con una obra que, por diversas excusas, comenzó y se interrumpió de forma intermitente muchas veces todo ese año. Eso sí, no faltó el cartel en la puerta desde mucho antes de que siquiera la obra se empezara a mover.

No puede obviarse que la situación edilicia de los colegios de la PBA dista mucho de ser “ideal”, lo cual explica que sea anunciada como algo extraordinario la refacción de un edificio preexistente: se suman de a montones los casos de colegios con graves problemas edilicios en techos, paredes e instalaciones, con falta de servicios básicos como el gas (problema que siempre sale a la superficie cuando vuelven los días de frío) o de ventilación para los días de calor.

Esto por no mencionar la enorme cantidad de colegios secundarios que directamente no cuentan con ningún edificio propio, teniendo que quitarle una parte de su espacio a algún colegio primario para tener algún lugar en dónde dar clases.

Tal es el caso de la secundaria 4, también de La Plata, cuyo edificio propio reclamado desde la década de los 90 (donde también era intendente Julio Alak, en su época menemista), fue prometido el año pasado, con cartel incluido (junto a la licitación del terreno y la obra), para iniciar este año con la triste noticia de la suspensión por tiempo indeterminado de dicha obra, la cual al día de hoy no se sabe cuándo será realizada.

Todo esto sin mencionar la situación salarial docente, en donde la docencia recibió la noticia de que deberá elegir entre aumentos de salario para no perder ante la inflación o cobrar el aguinaldo, a lo que se suma la directa eliminación por parte del gobierno nacional de Milei del Fonid, agudizando un ajuste de nacional y provincial que cae enteramente sobre toda la comunidad educativa.

Para enfrentar el proceso de deterioro de la educación pública que viene desde hace muchos años y se profundizó aún más en los últimos meses, la docencia no puede esperar los favores de los políticos de turno: es necesario profundizar la organización de toda la docencia para luchar por las condiciones de trabajo y el salario, pese a los ataques permanentes (como los descuentos por paros en el 2023, violando el legítimo derecho a huelga), en la perspectiva de una opción política y educativa propia, obrera y socialista.

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