La oleada de tomas de escuelas secundarias que ocurren en esta segunda etapa del ciclo lectivo 2022 en CABA es un fenómeno que seguramente se extenderá en diferentes lugares del país. Son una respuesta a la destrucción de la escuela pública en general, pero especialmente a la disolución completa de la formación de les jóvenes y la adaptación de las escuelas secundarias al servicio de los reclamos de mano de obra específica de los capitalistas.

En las “Actividades de Aproximación al mundo del trabajo” (ACAP), parte de la “Secundaria del Futuro” del macrismo, las/los alumas/os van a call center, a cines, a hoteles, a locales de comidas rápidas, fábricas, incluso hubo un intento de trabajar monitoreando para la Policía de la Ciudad, para justamente -en lugar de aprender y educarse- realizar trabajos no remunerados durante la mitad de su quinto año. Trabajo gratuito y precarizado al servicio de los empresarios. Un ejemplo del cuadro de manipulación y disciplinamiento que ello implica fue el caso viralizado en las redes sociales de chicas de una escuela de Lugano que debieron realizar sus pasantías en el exclusivo Hotel Hyatt, en el que les exigen zapatos de taco negro cerrado, que no tienen, y que los docentes debieron organizarse para conseguirlos.

Este plan “educativo larretista” responde al objetivo del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) que, en junio de 2016, estableció un estudio denominado “Demanda de capacidades 2020”, que –a partir de solicitar las necesidades a las empresas- definió los requerimientos para la mano de obra de 21 sectores productivos que el sistema educativo debía proveer a las empresas. En ese estudio se señala que “las limitaciones de personal impactan directamente sobre la competitividad de las empresas, principalmente al afectar los niveles de productividad laboral y funcionar con sobrecostos. Ello genera un desafío para el sistema educativo y para la industria: lograr una mejora en la disponibilidad y calidad del capital humano que será clave para alcanzar el salto de productividad necesario para sostener una trayectoria de crecimiento de largo plazo (de la empresa), en un contexto global y regional altamente competitivo”.

Esta “educación del futuro” que Horacio Larreta y su ministra de educación Soledad Acuña pretenden y que los alumnes de CABA rechazan con las tomas y la lucha, no necesita de profesores altamente formados y que enseñen, sino de tutores que acompañen las “trayectorias educativas” que los preparen para el ingreso al mundo del trabajo precario y barato. La destrucción de los profesorados porteños mediante la Unicaba y estas “Actividades de Aproximación al mundo del trabajo” son causa y consecuencia de esta adaptación de la educación pública a las necesidades del capital.

Los K critican pero son los padres de la criatura

El kirchnerismo salió a denostar a la avanzada del Pro y a descalificar a las pasantías. Pero, y por casa, ¿cómo andamos? En febrero de 2022, el ministro de Educación nacional, Jaime Perczyk, declaró que “el gobierno convocará a alumnos, los profesores, las pymes, los trabajadores y la ciencia, para pensar una escuela secundaria que incluya la formación para el trabajo. La escuela tiene un papel en eso. La escuela técnica lo hace, la escuela agraria lo hace y tenemos que meter la formación para el trabajo en la escuela secundaria común” (Info-Región, 7/2).

Alberto Sileoni, ministro de educación de Buenos Aires, definió a ese secundario más detalladamente: “Aspiramos a que ese cambio vaya para el lado de una escuela con conocimientos básicos y, junto con esto, una fuerte carga de formación profesional” (ídem). Con otra música, la misma partitura.

Reforma Institucional Curricular en los terciarios bonaerenses, la Unicaba de Kicillof

La reforma reaccionaria de Macri, Larreta y Acuña está en completa sintonía con lo que se establece en la kirchnerista Ley de Educación Nacional del año 2006, motivo por el cual el exministro de Educación Nacional de Macri, Esteban Bullrich, acuñó la frase “nosotros construimos sobre lo ya construido”.

La Dirección de Formación Docente Inicial de la provincia de Buenos Aires, sigue también los preceptos de Ley de Educación Provincial, de la Ley de Educación Nacional , y de las Resoluciones del Consejo Federal de Educación (CFE), de acuerdo a las cuales, supuestamente, “la validez de las titulaciones está comprometida” porque su estructura no se encuadra en las leyes vigentes ni en las resoluciones del CFE. Consecuentemente, anuncia una reforma que no sólo afectará a los nuevos alumnes que cursarán desde el 2023, sino probablemente también a los ya egresados, porque si los títulos fueron emitidos sin respetar la normativa, podría estar en cuestión su validez.

Devaluación de la carrera y precarización de los docentes

La propuesta curricular de la dirección de la formación docente inicial es una devaluación completa de los contenidos y el achicamiento de hecho de la carrera para les alumnes, de un lado, y la modificación de las condiciones laborales de les docentes porque, dicen, “nos obligan a reconsiderar la dinámica organizacional, el desarrollo profesional de las y los docentes, y el acompañamiento a las trayectorias estudiantiles, lo que hace necesaria la revisión de la normativa vigente para su adecuación jurisdiccional”, es decir, la eliminación del estatuto docente en los hechos. Respecto de los estudiantes, la estructura de esta Unicaba bonaerense parte de considerar que más horas al frente del aula de parte de los alumnes no es igual a más aprendizaje.

En primer lugar, reduce abruptamente la carga horaria de los alumnes, 458 horas anuales menos: “Una caja curricular más acotada, de modo que les estudiantes puedan contar con tiempo para dedicar al estudio, o participar de otras experiencias formativas e institucionales”, y separan la carga horaria de los docentes, “que serán asignadas a las cajas curriculares de los nuevos diseños curriculares y a las funciones institucionales”, aunque no está claro bajo que condiciones laborales.

Mientras, en la primaria agregan una quinta hora bajo la argumentación absolutamente contraria. En segundo lugar, “desecundarizar la propuesta curricular para facilitar las trayectorias estudiantiles”, lo que plantea flexibilizar la educación en función de las dificultades de los estudiantes, en lugar de resolverles los problemas que le impiden cursar normalmente.

Por último, “ofrecer propuestas formativas diversas”. No pensamos, dicen, en los “diseños curriculares como un corset sino como puertas que se abran”, actividades y experiencias formativas “no obligatorias”, “talleres optativos”, que permitan avanzar “hacia nuevas formas de escolarización”. Respecto de los contenidos, se reconfiguran a partir de afianzar el “marco territorial”, marcados “por una fuerte identidad bonaerense”, por lo local, por lo socio-comunitario, eliminando un marco teórico macro-político, basado en las relaciones sociales de producción, en el análisis de la actual sociedad capitalista.

Respecto de los docentes, modifica la normativa y el marco referencial de su actividad laboral, que permitan “la estandarización de procesos de trabajo” y avanzar en el “análisis del sistema y de su entorno, “para adecuar las prácticas institucionales a las necesidades del propio sistema educativo como de la comunidad, el distrito y la región en la que cada instituto está inserto, e instituciones y organizaciones de la comunidad”, entre ellas, las cámaras empresarias.

Los secundarios para el “trabajo” que Perczyk y Sileoni pregonan son una gota de agua de los secundarios del futuro de Larreta, y requieren de docentes formados en forma directamente proporcional a la devaluación de los contenidos, que den paso a la educación por competencias para la empleabilidad, definidas por la Universidad Pedagógica de la Provincia de Buenos Aires como “el dominio de las competencias, entendidas como capacidades llevadas a la práctica, necesarias para obtener y conservar un trabajo”.

Desde Tribuna Docente y La Unión de juventudes por el Socialismo decimos “Esta reforma a la basura”. La resistencia de alumnos y docentes a este engendro, augura el rápido acople de estudiantes a la oleada de tomas en defensa de la educación pública en toda la provincia de Buenos Aires.